El 12do. Congreso Internacional de Educación Superior Universidad 2020, que se celebra hasta este 14 de febrero en el capitalino Palacio de Convenciones, constituye un encuentro para el diálogo y la reflexión acerca del papel de las universidades y la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.

Talleres, exposiciones, conferencias magistrales, visitas especializadas y presentaciones de libros son algunas de las actividades realizadas en el evento, con la participación de un amplio público internacional (entre los que se encuentran rectores, directivos de la Educación Superior, presidentes de asociaciones, profesores e investigadores destacados) y representantes de las casas magnas, en especial de La Habana.

José Luis García Cuevas, presidente del Comité Científico de Universidad 2020 y asesor del ministro de Educación Superior, José Ramón Saborido, reconoció en entrevista exclusiva con Tribuna de La Habana el peso intelectual de las universidades y los centros de investigación enclavados en la capital,

El evento, desarrollado desde 1998 en Cuba, es también, al decir de García, un espacio de seguimiento, concertación y colaboración de lo que fue la Conferencia Regional de Educación Superior para América Latina y el Caribe (CRES) realizada en 2018 en Córdoba, Argentina, en el centenario de la histórica reforma universitaria de esta región.

“Ambos documentos (la Agenda 2030 y el plan de acción de la CRES) son buenos en lo conceptual, trazan metasy poseen un sistema de indicadores relativamente robusto. El problema está en la implementación, en cómo lograrlo; algunos son escépticos, otros creen que no será posible y varios señalan que hay indicadores contradictorios”, agregó.

El presidente del Comité Científico señaló, además, que con el sistema capitalista, de corte neoliberal, será difícil lograr el desarrollo sostenible pues persisten inmensas desigualdades y se apuesta por el crecimiento económico sin considerar al medio ambiente.

Incluso,“si se lograra que el PIB crezca un 6 o 7 por ciento, los hechos demuestran que termina siendo un fracaso económico y un desastre social como demuestran fehacientemente Chile y Argentina en los últimos meses.

“Los conceptos que están en estos documentos están bien formulados; pueden existir algunas ausencias y críticas, pero lo fundamental es que las universidades se han planteado cómo contribuir”.

-¿Cuál es el rol de las universidades cubanas en el desarrollo sostenible?

-Hoy la innovación tiene que ser un motor del desarrollo. Un buen sistema de innovación, en lo cual nuestro presidente Miguel Diaz-Canel está insistiendo, requiere de la correspondencia entre la universidad y la empresa, lo cual conlleva a varios elementos interrelacionados:

  • Potencial humano necesario y suficiente. Tenemos que crear una masa crítica de profesionales con el perfil y la disposición para sustentar ese desarrollo.
  • La concepción de un posgrado a lo largo de toda la vida; una enseñanza de calidad que no sea solo maestrías y doctorados, sino diversas formas de capacitación.
  • La actividad de generación de conocimientos y la investigación orientadas al desarrollo y la innovación. En este sentido las universidades constituyen más de la mitad del potencial científico del país y obtienen más del 60% de los grandes premios nacionales que otorga la Academia de Ciencias de Cuba anualmente.
  • Necesitamos un sector empresarial emprendedor, lo cual se vincula con la Educación Superior porque la mayoría de los dirigentes de las empresas se formaron en las universidades. Tenemos que lograr, desde la formación, una cultura de innovación para nuestros graduados.
  • Que existan leyes, regulaciones e incentivos necesarios para la innovación. Los objetivos pueden estar muy claros, pero si el sistema de regulaciones e incentivos se mueve en otra dirección, la gente se moverá en otra dirección. En buena medida eso nos ocurría, pero actualmente vamos por buen camino.

Asimismo, en el Congreso Internacional tuvieron lugar intercambios acerca de los problemas macros de la Educación Superior, los procesos claves universitarios (pregrados, posgrados, investigaciones y extensión universitaria), las direcciones especiales como la de formación de maestros y la enseñanza médica, los mecanismos de financiamiento, la energía, el medio ambiente, la alimentación, el hábitat y la vivienda.

“No estamos solo discutiendo de pedagogía sino sobre la universidad orientada a la solución de los grandes problemas mundiales, al desarrollo local y al sector productivo, estas dos últimas esferas son prioridades del país”.

-¿Cuáles han sido los avances de las universidades nacionales en los últimos tiempos?

-La Educación Superior cubana lógicamente está sometida al escenario que vive nuestro país, de recursos limitados, lo cual nos afecta en una serie de aspectos como la infraestructura.

“No obstante, la calidad de nuestros graduados se mantiene y continúa avanzando; el pregrado es bueno y formamos a excelentes profesionales en los posgrados, maestrías y doctorados. En términos de infraestructura el avance principal es en cuanto a la informatización y las tecnologías de las comunicaciones.

“La investigación sufre el deterioro de los laboratorios y el bloqueo la afecta directamente; sin embargo, contamos con un nivel de colaboración internacional que ayuda a paliar esas dificultades. Además de nuestras estrechas relaciones con lo que pudiéramos llamar el sector de la alta tecnología cubana como Biocubafarma; existen laboratorios conjuntos y el aprovechamiento de la base material”.

De acuerdo con García Cuevas, a pesar de las limitaciones consta el reconocimiento a la calidad de la educación cubana y a las ideas impulsadas por nuestro eterno Comandante en Jefe, Fidel Castro, y por el Guerrillero Heroico, Ernesto Che Guevara.