Más de 9 000 personas con discapacidad visual en la nación caribeña, pertenecientes a la Asociación Nacional de Ciegos –Anci-, están en edad laboral, cuya inserción al empleo constituye es un derecho garantizado por el Estado cubano, que a su vez impacta en la rehabilitación integral de ese segmento poblacional.

Hoy más de 4 000 invidentes o débiles visuales están ubicados en diferentes tipos de labores, lo mismo en el empleo ordinario, que en los talleres especiales–hay 146 habilitados en todo el país-, así como en el trabajo por cuenta propia. La viabilidad de trabajar en el hogar, o en encadenamientos productivos con otras personas, está siendo una oportunidad más amplia.

Foto: Cortesía de la ANCI

El jefe del departamento de Deporte, Recreación y Rehabilitación Integral de la Anci, Osmany Esquivel, destacó “el seguimiento a dicho propósito de conjunto con el Ministerio de Trabajo, lo cual permite velar mensualmente por que se cumpla lo establecido y dar respuestas en el menor tiempo posible a necesidades y solicitudes de los ancistas en los propios municipios”.

“Desde la Anci se trabaja con las empresas y organismos para adecuar los puestos de trabajo y asegurar mayor presencia en el empleo ordinario, cuestión que no avanza al ritmo esperado”, reconoció Esquivel, tras señalar cómo los que logran graduarse y alcanzar una categoría profesional, tienen un puesto seguro, pero la realidad no es igual para los que no tienen preparación y por ende deben permanecer en los talleres especiales”.

Durante el último decenio la Anci cierra cada calendario con una o dos personas pendientes de ubicación, cifra que satisface y es fruto del buen hacer y la atención concedida por las direcciones de la asociación en cada provincia del país.

Al decir de Osmany Esquivel, “una gran mayoría de nuestros asociados se ha beneficiado con la oportunidad del trabajo por cuenta propia, opción que gana seguidores”.

El acceso al empleo parte de la voluntariedad de cada asociado; sin embargo, es preocupación permanente de la Anci en la Mayor de Las Antillas acercarse a quienes pueden insertarse, ya que favorece su inclusión en la sociedad y la equiparación de sus oportunidades en relación con el resto de los coterráneos.

La atención a las personas con discapacidad ha pasado por varios modelos: el médico rehabilitativo, el asistencialista, y el social o de derecho; este último es el actualmente aplicado y tiene su cumbre en la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

Cuba la ratificó  en septiembre de 2007 para promover, proteger y asegurar el goce pleno y en igualdad de condiciones de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad y promover el respeto de su dignidad inherente.

“Nuestro Estado así lo ha hecho desde el triunfo mismo de la Revolución cubana en 1959, y adquiere mayor fuerza normativa en la Constitución del 10 de abril de 2019, en su artículo 89”, explicó el jefe del departamento de Relaciones Internacionales y asesoría jurídica en la Anci, Geudis Vega, quien hizo referencia a cómo, con el propósito de visibilizar la Convención y lo contextualizado en la Carta Magna, se hace necesario adoptar o promover una iniciativa legislativa dirigida a definir desde Cuba las políticas públicas para la atención a las personas con discapacidad y que se gane conciencia sobre nuestras aptitudes y actitudes”.

La Habana es seguida de la oriental provincia de Santiago de Cuba, la segunda del país con mayor cantidad de asociados a la Anci.