Investigaciones y estudios académicos sobre la profundidad de la obra y pensamiento revolucionario del máximo líder de la Revolución Fidel Castro ocupan un lugar sobresaliente en Cuba. Desde el pasado siglo es considerado el artífice de la batalla de ideas asumida por el pueblo, con su certera guía.

Fidel, discípulo aventajado del apóstol, desde los primeros momentos de la victoria del Primero de Enero de 1959 que dio al trasto con el dictador Fulgencio Batista convocó a sus compatriotas a defender la independencia y los derechos ciudadanos de todos por igual, sin distinción de clase, raza, ni credo.

Promovió la lectura y llamó a los segmentos poblacionales, principalmente a los jóvenes, a participar activamente en la Campaña de Alfabetización, de manera que pudiesen ser protagonistas de las transformaciones políticas y socio-económicas que el entonces proceso emancipador, iniciaba.

El fomento de la Educación y la Cultura integral pasaron a ocupar un lugar preponderante en la nueva sociedad que se erigía en un contexto muy complejo marcado por las agresiones sistemáticas del gobierno de los Estados Unidos que no aceptaba que a solo 90 millas se alzase un Estado libre y soberano declarado además, socialista y antiimperialista.

En la medida que se erradicaba el analfabetismo e iban conquistándose posibilidades de instrucción hasta niveles superiores dentro del sistema de enseñanza del país, crecía la conciencia política del pueblo el cual sabiamente supo discernir sobre los peligros y la precariedad vivida en la otrora república mediatizada, esa que antecedió al proceso revolucionario que trajo consigo esperanzas de construir un mejor mundo, más justo y equitativo para todos los ciudadanos.

Así mismo calaron muy hondo las enseñanzas de Fidel. Cada discurso o alocución del Comandante en Jefe representaba un accionar pedagógico sin precedentes.

De forma esclarecedora y con sólidos argumentos propuso cada medida, disposición o legislación encaminada a favorecer a los más desposeídos, campesinos y obreros históricamente explotados por las oligarquías de turno y el capital foráneo.

Y cada desafío impuesto por Washington que jamás ha cedido en su empeño por apoderarse de Cuba tuvo siempre la respuesta inteligente y la visión oportuna del máximo líder quien valerosamente supo siempre conducir a la Mayor de las Antillas hacia puerto seguro.

A pesar del recrudecimiento del bloqueo yanqui y la perenne hostilidad de EE.UU., los cubanos han decidido convertir la Patria de Martí y Fidel en un sólido baluarte de ideas. Existe alto nivel de conciencia y comprensión de la necesidad de sustentar la Revolución y sus logros, y al mismo tiempo continuar actualizando la economía, erradicar errores y perfeccionar las estructuras, pilares esenciales para avanzar más hacia el desarrollo sostenible y el bienestar y la prosperidad de toda la población.