La alimentación es imprescindible para la supervivencia y un derecho de todo ser humano, por ello, cada 16 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Alimentación, a fin de concienciar a todos los países sobre el tema alimentario y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza. Este 2019 la celebración se centra en la importancia de una alimentación sana para un mundo con hambre cero.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), más de 800 millones de personas padecen hambre en el mundo, de estos alrededor de 60 millones son de América Latina y el Caribe. Sin embargo, se producen suficientes alimentos, que si estuvieran bien repartidos, nadie pasaría hambre.
El 70 por ciento de las personas que viven en condiciones de pobreza extrema son de áreas rurales y la mayoría depende de la agricultura. El 45 por ciento de las muertes infantiles se relacionan con la desnutrición y 151 millones de niños menores de cinco años tienen retraso del crecimiento, por esa causa.
A su vez, 1900 millones de personas sufren sobrepeso y de ellos, 672 millones padecen obesidad, problema que aumenta en todas las partes del mundo; y por esa causa, 3.4 millones de personas mueren cada año en el planeta. Para cambiar la situación se necesita una mayor implicación de los gobiernos y de la sociedad en general, pues sólo un mundo comprometido puede alcanzar el #HambreCero y que todos puedan adquirir alimentos sanos.
Algunos consejos para una alimentación más sana
Una dieta sana fortalece el sistema inmune, el cual combate entre otras cosas, las intoxicaciones alimentarias y las alergias. Las proteínas fortalecen la inmunidad, son importantes para la producción de las células, incluidos los anticuerpos y las enzimas del sistema inmune.
La fibra, que se encuentra en los alimentos integrales, frutas y vegetales, es vital para el sistema digestivo, mantiene limpio el colon, contribuye a la eliminación de toxinas y evita la proliferación de bacterias dañinas. Los ácidos grasos Omega 3 y Omega 6 reducen las inflamaciones y fortalecen la inmunidad en general.
Por ello, se recomienda comer abundantes verduras, frutas frescas, legumbres, frutos secos y granos integrales. Siempre que sea posible, sustituir los alimentos refinados (blancos) por sus equivalentes integrales, que son mucho más nutritivos, ejemplo el arroz, harina y pan integrales. Se debe reducir el consumo de alimentos elaborados de manera industrial y bebidas con alto contenido de grasas saturadas, azúcar o sal.
No se debe comer mucha carne ni otros productos de origen animal. Las grasas insaturadas que están en el pescado, frutos secos y en los aceites vegetales como girasol y soja son considerados sanos, pero debe tenerse precaución en la ingesta de grasas trans producida de manera industrial, que están en los alimentos fritos, entre otros. Además, se debe limitar el consumo de grasa saturadas presentes en algunos alimentos como la mantequilla y las carnes grasas.
La situación alimentaria en Cuba
Con motivo de esta celebración anual desde el 10 hasta el 19 de octubre de 2019, nuestro país desarrolla una Jornada Nacional, pues para el Estado cubano resulta de enorme prioridad alcanzar una seguridad alimentaria de manera sostenible.
Vale señalar que en Cuba se ha atendido, con estrategias y políticas priorizadas el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio: “Erradicar la pobreza extrema y el hambre”. Aunque aún no se ha alcanzado un desarrollo que cumpla con las expectativas y cubra todas las necesidades de la población, en los últimos años se ha implementado un modelo económico para intentar mejorar la situación socioeconómica y elevar la eficiencia. Recientemente se incrementaron los salarios del sector presupuestado, lo que eleva el poder adquisitivo de una parte no poco significativa de la población.
Para garantizar el acceso a los alimentos, existe una Política de Seguridad Alimentaria que traza objetivos de distribución racionada y de asignación a programas de alimentación y asistencia sociales. Se oferta una canasta de alimentos esenciales a toda la población, a precios subsidiados. Los niños de hasta seis años, las gestantes, los ancianos y los enfermos crónicos reciben surtidos y cuotas diferenciadas. Además, existe el Sistema de Alimentación a la Familia (SAF) (https://www.ecured.cu/Sistema_de_Atención_a_la_Familia) para las personas de bajos ingresos, por lo que puede afirmarse que no existen personas que pasen hambre.
Otro beneficio significativo para la población, que tomó en consideración las medidas adoptadas para potenciar la economía del país, en correspondencia con las normativas financieras actuales, fue cuando el Consejo de la Administración Provincial de La Habana acordó establecer precios máximos de venta de los productos agropecuarios, que comercializan los trabajadores por cuenta propia, los concurrentes a los mercados de oferta y demanda y los carretilleros.
Sin embargo, independientemente que no existe una cultura generalizada de alimentarse de manera sana, no hay una variedad de alimentos y a pesar de los precios establecidos, aún no son lo suficientemente baratos. Se dificulta el consumo de frutas y vegetales naturales de buena calidad, no hay suficientes opciones para adquirir alimentos integrales, entre otras situaciones. Prácticamente no hay ofertas de alimentos sanos elaborados, por lo general, todo hecho a base de harina blanca. Por lo que es difícil lograr una alimentación balanceada lo suficientemente sana.
Por eso, alcanzar la seguridad alimentaria continúa siendo un reto impostergable para Cuba, por lo que las autoridades de la isla refuerzan las políticas gubernamentales para lograr este objetivo, y el gobierno cubano mantiene en ese sentido un chequeo riguroso al programa alimentario.
Nuevas expectativas para la Isla
No puede haber soberanía sin seguridad alimentaria. Es por ello, que con el objetivo de apoyar el desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles mediante el incremento de la producción de alimentos diversos y sanos, se inició oficialmente en La Habana un nuevo programa conjunto entre el Ministerio de la Agricultura (MINAG) y la Unión Europea, con el acompañamiento de la FAO y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El programa se desarrollará hasta 2025 en seis municipios de Sancti Spíritus y Villa Clara y a nivel central, con un monto total cercano a los 20 millones de euros. Incluye tres proyectos, los cuales se enfocan en fortalecer el autoabastecimiento local para una alimentación sana y sostenible, la capacidad de gestión para los procesos de decisión y la formulación de políticas, y el Sistema Integrado de Gestión del Conocimiento para la seguridad alimentaria en el país, estos dos últimos con la ejecución de la FAO.
El programa contempla cuestiones relacionadas con la resistencia al cambio climático, la agricultura sobre bases agroecológicas y las experiencias de otras naciones en el tema. Además del MINAG, otros organismos nacionales intervienen en la implementación: los ministerios de la Industria Alimentaria, Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (MINCEX), Comercio Interior, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Educación Superior, Salud, y Economía y Planificación.
Por otra parte, el nuevo informe conjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Perspectivas Agrícolas 2019-2028, resume los desafíos en esta esfera para el futuro de América Latina y el Caribe.
El principal reto radica en garantizar que el crecimiento agrícola futuro sea más sostenible e inclusivo. Según precisa el documento, asegurar tal camino dependerá de avances necesarios en las áreas de nutrición, protección social y ambiental y el apoyo para los medios de vida, ya que la pobreza rural, el hambre y la obesidad están aumentando en la región. El texto indica que existen “fuertes oportunidades de crecimiento” en la zona para producir frutas y verduras de alto valor, lo cual brinda mejores coyunturas a la agricultura familiar y dietas más saludables para la población.
Con respecto a Cuba, el texto refiere un aumento considerable en la prevalencia de personas obesas, de 7,8 % en 1975 a 24, 6 % en 2016. En el caso del sobrepeso, la prevalencia varió de 31,4 % en 1975 a 58,5 % en 2016, según datos de 2019 de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Otro desafío que señala el informe es que alrededor de 20 % de los suelos de la región están amenazados por la erosión y, en particular 43 % del territorio cubano está en esa situación, lo cual acentúa la necesidad de una mayor integración de las políticas y programas agroambientales en curso.
Aunque el Estado cubano aboga por una agricultura sostenible, aún queda un largo camino por recorrer para lograr una sostenibilidad alimentaria y económica en la isla, pero mucho mayor es el camino que debe transitar el mundo para eliminar sus grandes diferencias socioeconómicas que permitan alcanzar un mundo con hambre cero para el cada vez más próximo 2030.
Referencias
Sitio web de la FAO
FAO en Cuba
Plataforma de Seguridad Alimentaria y Nutricional (en Cuba)
Opciones Producción agrícola sostenible por mejores sistemas alimentarios

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