Al asistir a una escuela, centro científico y de Salud concebido o inaugurado por él, también cuando se acude a brindar ayuda solidaria a cualquier ciudadano que lo necesite dentro o fuera de las fronteras de la Isla, está presente el pensamiento y accionar de Fidel.
Su imagen rebelde, auténtica y firme está viva y se evoca en toda la geografía de la Mayor de las Antillas, en los campos otorgando el derecho a la tierra al que la trabaja y concediendo títulos de vivienda a quienes durante décadas pagaron exorbitantes alquileres a usureros de la entonces “república” en el siglo XX.
Asimismo pueden constatarse sus realizaciones en la universalización de la enseñanza, el incremento de instituciones educativas, universitarias, culturales y técnicas a lo largo y ancho del territorio.
No es posible concebir el desarrollo y construcción de la nueva sociedad o del modelo económico socialista de la nación, sin tener en cuenta las ideas, alertas y previsiones de futuro expuestas por el líder cubano.
La creación de círculos infantiles, semi-internados y becas contó con la atención directa del Comandante en Jefe. Igualmente, las conquistas alcanzadas en la práctica masiva del deporte y en la vinculación del estudio y trabajo como fuente de formación del hombre nuevo, fueron producto de su quehacer cotidiano.
Sería imposible agrupar en pocos párrafos la impresionante obra al servicio de la Patria desplegada por Fidel, quien contribuyó con su inteligencia y energía a la dignificación del hombre y a sustentar la plena y definitiva, independencia de Cuba.
