Los cubanos han alcanzado altos niveles de conciencia sobre la necesidad de enfrentar el cruento recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos, trabajando con mayor ahínco, eficacia y productividad.
Con el propósito de alcanzar el desarrollo sostenible, actualizar su modelo económico y socialista se instrumentan medidas que permitan defender las conquistas sociales y al mismo tiempo mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos.
Por estos días en disímiles espacios se ha debatido bastante sobre lo impostergable que resulta la sustitución de importaciones, el incremento de la producción nacional, diversificar y aumentar, las exportaciones. Estos tres pilares son esenciales para el avance de la economía y el logro de la sustentabilidad que se precisa.
Cuba cuenta con profesionales de alto nivel cultural, científico y técnico, capaces de contribuir decisivamente a conseguir este objetivo orientado a satisfacer las necesidades básicas de la población y hacer posible mayores indicadores de bienestar y desarrollo.
Como se ha venido explicando por diputados y directivos en sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular y a través de los medios de comunicación del país, las condiciones actuales de la economía no son las mismas de la etapa del período especial en que la Isla tenía alrededor del 85 porciento de su comercio exterior con naciones del campo socialista y particularmente con la URSS.
Entonces tampoco existía la diversificación con que se cuenta hoy, ni los avances en sectores como el turismo, la energía, biotecnología, la industria farmacéutica, el proceso científico integrado, entre otros logros que posee y proyecta con perspectivas a corto, mediano y largo plazo, la Mayor de las Antillas.
Por supuesto, el genocida bloqueo estadounidense daña con creces y obstaculiza en gran medida la adquisición de alimentos, medicinas y tecnologías requeridas para la fluidez cotidiana de la sociedad. Y resulta tan vil e inhumano ese asedio que afecta el acceso a productos que son utilizados en la cura o tratamiento de enfermedades.
No obstante, aún en esas complejas circunstancias, el pueblo cubano resiste y batalla por solventar cada uno de los problemas generados por la diabólica intencionalidad de la Casa Blanca que prefiere invertir más de 30 millones de dólares en subversión y hostilidad contra la Isla que favorecer al pueblo con créditos e intercambios mutuamente ventajosos para las partes.
La administración de Donald Trump ha dado fehacientes ejemplos de querer asfixiar la economía cubana y rendir por hambre a los compatriotas que viven en esta tierra de titanes e intentan edificar un mejor futuro para sus hijos sin intervenciones foráneas, salvaguardando la identidad, cultura, y orgullo de ser cubanos.