La escasez de agua constituye uno de los mayores desafíos del siglo XXI, por eso cada 22 de marzo se celebra El Día Mundial del Agua, para promover la importancia de preservar y desarrollar los recursos hídricos en función de la productividad económica y el bienestar social.

El agua cubre 3/4 partes (71%) de la superficie de la Tierra. Sin embargo, debemos saber que sólo el tres por ciento de su volumen es dulce. El 97 por ciento restante es agua salada, la cual se encuentra principalmente en los océanos y mares.

Una de las metas del Objetivo 6 de Desarrollo Sostenible (ODS 6) consiste en garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua, y el saneamiento para todos de aquí a 2030. Por eso, la conmemoración de 2019 centra su objetivo en el derecho de todos los seres humanos a acceder a un servicio de agua segura, sin contaminación. En esta ocasión bajo el lema: No dejar a nadie atrás.

Para lograrlo, se deben concentrar los esfuerzos en incluir a las personas que históricamente han sido marginadas o ignoradas. Los servicios de abastecimiento de agua deben satisfacer las necesidades de los grupos marginados y sus voces deben ser tenidas en cuenta en los procesos de adopción de decisiones. En los marcos normativos y jurídicos debe reconocerse el derecho de todos al agua, y debe proporcionarse financiación suficiente, de forma equitativa y efectiva, para los más necesitados.

En Cuba son frecuentes los períodos secos, lo que provoca serias consecuencias en la vida socio-económica, el agotamiento de los suelos y la disminución de las reservas de aguas subterráneas.

Desde la sequía de 2005 surgió el Programa de Ahorro y Uso Racional del Agua (PAURA) a fin de crear conciencia en la población sobre la necesidad de ahorrar este recurso vital. Con este mismo objetivo el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), por más de 20 años convoca al Concurso Trazaguas, en el que participan estudiantes de todo el país. Sin embargo, aún persiste el derroche tanto en los hogares como en centros laborales.

El INRH realiza esfuerzos por garantizar el suministro de agua potable a la población, servicio que se ha incrementado en los últimos años, al reparar diversas redes. Tres de cada cuatro habitantes viven en zonas urbanas, que cuentan con miles de kilómetros de tuberías y equipos de bombeo, pero todavía existen problemas debido al estado técnico de las redes de distribución y los innumerables salideros.

A pesar de las serias dificultades, somos privilegiados en este sentido, pues según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), más de 700 niños menores de cinco años mueren todos los días de diarrea, a causa del agua insalubre o un saneamiento deficiente. Una de cada cuatro escuelas primarias del mundo carece de abastecimiento de agua potable, y los alumnos consumen agua de fuentes no protegidas o pasan sed.

El 80 por ciento de las personas del mundo que tienen que usar fuentes de agua no seguras o no protegidas vive en las zonas rurales. Unos cuatro mil millones de personas padecen escasez grave de agua durante al menos un mes al año. Se estima que 700 millones de personas en el mundo podrían verse forzadas a desplazarse debido a la escasez de agua de aquí a 2030.

Por ello, los países miembros de la ONU y varias organizaciones no gubernamentales pretenden llamar la atención sobre esta crítica situación. La producción de alimentos, el desarrollo de la industria, así como los recursos energéticos dependen de la disponibilidad de un agua potable segura.

Es necesario aunar esfuerzos para la protección, uso y gestión de los recursos de agua dulce de manera sostenible, que garantice el futuro de las generaciones venideras. Es imprescindible concienciar la urgente necesidad de ahorrar y proteger este preciado recurso, que se agota de manera cada vez más acelerada.

Referencia

Sitio web de la ONU