Cuando la diputada Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual, Cenesex, reconoció la labor como educador del diputado General de Ejército Raúl Castro Ruz, y pidió felicitarlo en medio del plenario de la Asamblea Nacional, su abrazo resultó el de todos los cubanos. Allí, en aquel mo-mento emotivo de evocación necesaria de la entonces diputada Vilma Espín Guillois, Presidenta fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas, FMC, quienes le enseñaron; él, a “amar la Revolución sin abandonar a la familia y amar a la familia sin abandonar la Revolución” y ella, nuestra Vilma, el honor de incluir y defender en el Parlamento cubano la lucha por la familia y la inclusión social sin discriminación.
Minutos antes, la intervención de Mariela resultaba medular para esclarecer el enriquecimiento del contenido del artículo 68 y sentenció: “Hemos aprendido y hemos avanzado, para nada hemos retrocedido”, al reafirmar que los derechos, garantías y deberes de la diversidad sexual y de género quedan protegidos como nunca antes en la nueva versión del texto constitucional.
Y su aclaración también fue una enseñanza de valores adquiridos en una familia en la cual se fundamenta las bases de la familia como institución y los deberes para con la formación de los hijos en el compromiso eterno de defender a la patria en la preservación de los derechos de todos los ciudadanos.
Mariela, sencillamente, estremeció. En lo personal me obligó a pensar en los maestros de mi familia, los que estudiaron pedagogía, y un poco más allá, en el tiempo, a Fidel, en aquella tarde de octubre de 1987, cuando reunido con estudiantes de Periodismo de la Universidad de La Habana, en un salón del Consejo de Estado, ofrecía la imagen más sólida de un maestro, en sus palabras de visionario y estadista.
El hombre que nos acercó más a las raíces de la identidad cubana al fundar escuelas que marcó en su derrotero aéreo sobre la antigua provincia La Habana y alentó el crecimiento de las nuevas semillas en el Destacamento Manuel Ascunce Domenech, creado un 19 de mayo de 1972 –fecha de enorme significación histórica por la caída del Apóstol, nuestro José Martí- para fomentar la preparación de maestros y que devino en trascendental para las diferentes transformaciones de la Educación en Cuba.
Ése abrazo nos emociona a todos.
Bello, muestra de que no se puede separar al hombre, al revolucionario, al luchador del ser humano, del padre, eso también es un logro de la revolucion y en especial del General de Ejercito