El sostenido descenso de los casos de COVID-19 en la capital y el país, junto al avance de la vacunación de la población siguen marcando el comportamiento de la epidemia, y el reto ahora, como se ha dicho, es a mantener esa tendencia.

Ante este escenario y tras la flexibilización de algunas disposiciones restrictivas, con la apertura de diversos servicios y el acceso a algunos espacios públicos, no podemos confiarnos ante el virus, sino continuar con un actuar responsable y cumplir con disciplina las medidas higiénico-sanitarias y de bioseguridad dispuestas.

Por ello, el autocuidado debe seguir siendo una constante. El uso adecuado de los pasos podales y la desifección de las manos con sustancias cloradas o hidroalcohólicas son algunas esas medidas establecidas y que para nada se pueden descuidar, al igual que el distanciamiento físico que en no pocas ocasiones se desestima.

Igualmente, es primordial el uso adecuado de las mascarillas, así como el lavado frecuente de las manos con agua y jabón y la limpieza de las superficies y objetos, sobre todo los de uso más frecuente y común, entre otras regulaciones.

Cumplir con cada una de las disposiciones es un llamado que hacen a diario las autoridades sanitarias, del Partido y el Gobierno, involucradas en esta batalla en la que también permanece el personal de Salud, estudiantes de Medicina y de otras especialidades, junto a muchas otras personas en diferentes dependencias y entidades, y en las propias comunidades.

Desterrar definitivamente a la epidemia solo se podrá alcanzar con el concurso de todos.  

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