Desde que entré el primer día a la zona roja del Hospital de Campaña de la Universidad de Matanzas, Michi me cautivó con su alegría, siempre contenta, moviendo todo el cuerpo o acostándose boca arriba para ser acariciada; te acompañaba a donde fueras, te avisaba si llegaba la ambulancia y no dejaba que se acercara nadie a zona roja, sin antes no ir uno de nosotros a recibirlo.

Siempre, después del intenso trabajo salíamos afuera a coger un poco de aire en los bancos y estaba ella allí, para hacernos olvidar el estrés, nos alegraba el día y nos hacía olvidar el cansancio de las escafandras por 6 horas continuas, subiendo y bajando escaleras para atender a cerca de 100 pacientes positivos.

Le dábamos siempre un poco de comida de la nuestra y ella nos recompensaba con sus juegos y su alegría. Algunas noches, cuando no podía dormir, bajaba y ella siempre estaba ahí para hacerme compañía. Varias ocasiones entré a zona roja y Michi siempre me reconocía y se fue haciendo una linda amistad entre nosotros.

Cuando cerraron la Universidad, la extrañaba mucho. Solo pensaba en cómo estaba, qué comía y cuando volvieron a abrir y volví a entrar al frente del equipo médico, mi alegría era volver a verla. En esa “última” vez, ya ella estaba ahí esperándome desde la misma puerta. Cuando salí definitivamente, en casa, sentía que algo me faltaba, quizás era su tierna mirada o su ladrido para avisarme que alguien venia. Su cariño su alegría, compañía. Fue cuando decidí ir a buscarla y adoptarla. Fue fácil desde que me vio salió corriendo, se dejó poner la correa y me acompañó alegremente hasta mi casa. Ya Michi tiene un hogar. Tiene una familia. Ya no deambula por la Universidad. Ya tiene el amor y el calor de mi familia que la cuidan y ella, alegremente, agradece. Dejó de ser la guardiana de la Universidad para ser la guardiana de mi patio, de mis días, de mi felicidad. Hoy parto hacia otro país, a trabajar en zona roja, pero Michi cuidará de mi familia y ella quedará bien atendida. Los guardianes también descansan y tienen derecho a ser feliz.

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