Días duros. Situaciones complejas de enfrentamiento a la COVID-19 vive la capital, cuando solo le resta una semana al mes de febrero. 

El tiempo apremia. Están creadas condiciones logísticas, de asistencia médica, organizativas y científicas, para vencer a una pandemia contra la cual numerosas fuerzas libran un duro combate desde hace casi un año.

Solo queda ser más eficientes, profundos en los análisis, certeros, previsores y aplicar el protocolo para la detección temprana de casos positivos, aislamiento de los contactos, entrega a tiempo de los resultados de los PCR, pesquisas activas eficaces en la comunidad, rigurosas medidas restrictivas en lugares donde por la cantidad de casos fue necesario crear un evento.

El llamado de las máximas autoridades del Consejo de Defensa Provincial (CDP) de La Habana, va dirigido en particular a jóvenes, mujeres y hombres de batas blancas, esos cuyos hombros soportan el mayor peso de la contienda.

Hoy es preciso, más que nunca, ser metódicos y, como señaló el presidente del CDP, Luis Antonio Torres Iríbar, comprobar los hechos, ser exactos, realizar análisis profundos de cada caso, evaluarlos de forma crítica y autocrítica.

Los directivos de Salud, los de Higiene, Epidemiología y otros especialistas, deben ir a la esencia ante cada situación, detenerse, observar, ir mucho más al fondo. 

Ellos constituyen la primera línea del combate, junto a los médicos y enfermeras de las familias, o a esos otros que entregan amor cada jornada en la asistencia en centros de aislamiento, a riesgo de sus vidas. 

Así lo reconoció el pueblo, al entregar la Bandera Proeza Laboral al Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología. En el estandarte va el agradecimiento por las horas de desvelo y el sacrificio. 

Pero ahora, ante el incremento de los contagios, esos expertos deben señalar el camino hacia la recuperación, depositar en manos de las autoridades decisoras las herramientas para dirigir estrategias que pongan coto a la pandemia; alertar, prevenir.

La experiencia y los medios puestos en sus manos sirven de base. En la medida que la organización del trabajo sea mayor, saltarán a la luz los resultados. Los capitalinos, que en su gran mayoría acatan las medidas restrictivas con disciplina y seriedad, esperan una respuesta más contundente.

Ante las limitaciones económicas, seguirán las colas para adquirir productos vitales, pero al restringir las compras por cada municipio, ahora existe un poco más de organización en las mismas, aún no exentas de dos situaciones esenciales: mantener el distanciamiento físico y que las administraciones de tiendas y mercados agilicen las ventas para evitar aglomeraciones.

El país necesita que se siga produciendo, creando, aportando, prestando servicios. Sin embargo, en cada centro laboral deben redoblar las medidas de bioseguridad, estar atentos si algún trabajador tiene el más mínimo síntoma, evitar que por un caso lleguen a contaminarse otras personas.

Junto a la batalla contra la COVID-19, marcha la Tarea Ordenamiento, que poco a poco va enrumbando senderos hacia un socialismo sostenible. Sin embargo, dentro de ella, cobra auge el enfrentamiento a personas inescrupulosas que tratan de enriquecerse con productos subsidiados, dirigidos al pueblo; contra quienes revenden a precios elevados artículos de aseo, del agro y alimentos. Medidas severas aplican a quienes lucran con el pan de la ciudadanía.

El esfuerzo de muchos, jamás será empañado por la avaricia de pocos. Los estudiantes de Medicina, que de manera altruista escogieron una profesión de riesgo para salvar vidas, están convocados a hacer pesquisas activas de calidad, efectivas, más profundas en su comunidad, siempre amparados por todos los medios de protección, con el fin de evitar contagios.

¿Qué hace un niño en este momento difícil que vive La Habana jugando en la calle?, ¿qué papel juega la familia en el celoso resguardo de los menores?, ¿hasta cuándo la sociedad debe asumir el rol de amparar a personas deambulantes que tienen seres cercanos encargados de su cuidado? Este es un momento
de lucha y trabajo.

En los consejos municipales y en el provincial discuten con rigor los casos de pacientes graves y con angustia buscan explicaciones cuando fallece una persona; instantes en que se indagan causas, si hubo algún error humano. En la seriedad de esos análisis, se ve la preocupación de especialistas y directivos por su pueblo.

Es así como se demuestra el valor de una de las conquistas sociales más importantes en Cuba: el derecho a la salud, a la vida, a la dignidad del hombre.

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