Durante el pasado mes de agosto se apreció en el comportamiento epidemiológico un notable rebrote de la COVID-19 en la capital cubana, en el cual los casos confirmados durante este caluroso octavo mes del año, representaron una cifra casi seis veces superior a los reportados en el mes de julio. Las curvas de tendencia durante la primera quincena de septiembre indican una discreta desaceleración, lo cual nos muestra que el rebrote sigue planteando desafíos para su control y requiere de la colaboración de todos.
El equipo a cargo de realizar los estudios poblacionales en el municipio de Cerro visita centros de Salud como el policlínico Antonio Maceo, donde una joven y responsable doctora vela por el cumplimiento de los aspectos protocolizados e indicados para este tipo de estudios y que lleguen a tiempo a los laboratorios para su procesamiento.

La doctora Yasmina Fuentes, especialista en Medicina General Integral (MGI), dedicada a esta tarea en el municipio, explicó que estas exploraciones se realizan en toda La Habana con el fin de acorralar la transmisión mediante la identificación, de manera anticipada e intencionada, de casos que aún siguen en la comunidad asintomáticos o sintomáticos, estos últimos debido a limitaciones en la pesquisa o negación de síntomas por parte de la población.
Fuentes aclaró que ya no se hacen estudios de barridos como parte de los controles de focos, sino que existe una planificación que se presenta, analiza y aprueba cada viernes en la reunión técnica municipal, definiéndose a partir de un ejercicio participativo de estratificación epidemiológica, y se puntualiza cuáles son las principales áreas de riesgo de propagación.

Por su parte, la doctora Oliuska Pérez Llorente, especialista en MGI y directora del mencionado policlínico, señaló que estos estudios permiten adelantarse al caso e ir cercando la pandemia, y destacó que para seleccionar los lugares donde se realizaron los exámenes poblacionales se tuvo en cuenta los criterios de vulnerabilidad y riesgo.
“De lo que se trata es de combinar la epidemiología y la estadística... es ir poniendo la prueba donde hace falta, poner la diana donde va”.
Asimismo, la directora municipal de Salud de Cerro, doctora María del Carmen Cortes Santos, hizo alusión a las labores del equipo técnico de trabajo en aras de preservar la vida de nuestro pueblo.
“Hemos evaluado un grupo de instituciones y zonas de riesgo del municipio para acorralar la enfermedad, cercando a los asintomáticos y posibles sintomáticos que aún siguen portando este virus en los diferentes lugares, nos enfocamos a la hora de seleccionar la muestra en aquellos grupos de edades que más transmiten, pero también en los más vulnerables, y quienes por sus condiciones de vida, empleo y comportamientos representan un riesgo de transmisión”.
En esta zona existen tres premisas: “Tenemos que evitar que se pierda el tiempo, los recursos valiosos para el país y la oportunidad”, agregó la directora municipal de Salud.

Estas investigaciones forman parte de una estrategia territorial mucho más abarcadora e integral, dirigida a fortalecer el trabajo epidemiológico, el cumplimiento de los protocolos de atención médica y de las medidas de bioseguridad.
De igual manera, en la capital se vela por el mejoramiento continuo de la calidad de la pesquisa y todo lo relacionado con la puntualidad y manejo de los controles de foco. “Acorralar a la pandemia es algo que no hacemos solos”, insistió Cortes Santos, quien resaltó el papel de valiosos colegas y del Consejo de Defensa Municipal, espacio en el cual cada día se presentan, discuten y deciden los pasos a seguir para lograr el propósito de desterrar a la COVID-19 del territorio.
Muy buena esa experiencia en el Cerro; hace falta que se generalice en todos los demás municipios; principalmente Boyeros después del Aeropuerto 1; si se actúa de esa forma se gana la batalla. Las autoridades de salud del territorio citado que intercambien con las del Cerro para que la batalla sea pareja y acabar con este virus que tanto nos está afectando en todos los sentidos; material; social, económico y mentalmente.