Los cubanos llevamos en las venas el amor por los deportes, de ahí que la larga sequía de eventos deportivos que nos hemos visto forzados a vivir parezca no tener fin, aun cuando se han buscado alternativas para paliar esa situación, provocada por la pandemia de la COVID-19.

Para los habaneros, esta ausencia se torna demasiado larga, máxime ahora que el eco de los tambores anuncia el inicio de la 60 Serie Nacional de Béisbol, mientras en la capital se sabe que, -al menos durante las primeras cuatro sudseries-, el Coloso del Cerro permanecerá en silencio. Algo similar ocurre con los planteles deportivos capitalinos, donde reina un silencio insoportable.

Sin embargo, no todo son malas noticias, pues este tiempo de espera y el retraso en la entrada de los alumnos a los planteles escolares de La Habana, permiten avanzar en una serie de necesarios arreglos en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Mártires de Barbados.

Foto: Oscar Alvarez Delgado

En ese plantel estudiantil, se acomete en estos momentos un amplio plan de reparación, a cargo de la Empresa UEB Construcciones y Servicios perteneciente a la Empresa Agropecuaria Bacuranao.

Entre los objetos de obra que allí se realizan se encuentran el área de la enfermería, la cocina comedor, la impermeabilización de los techos y la pintura. Al respecto, la ingeniera civil, Niurisel de la Torre Pereda, expresó que lo más difícil han sido las labores en las redes sanitarias.

Del deporte al surco

El segundo de los sitios visitados en esta oportunidad fue la Granja Primero de Mayo, perteneciente a la Empresa Agropecuaria Habana, y ubicada en la comunidad de igual nombre.

Allí, sus 135 miembros se empeñan en llevar a la población, cada día, productos frescos. Bajo la guía de Pablo Lores Guerra, esos trabajadores han asumido el compromiso de, además de aportar productos frescos a los MAI, atender tres círculos infantiles que se encuentran en funcionamiento, y abastecer, tres veces a la semana, los hospitales Salvador Allende y Diez de Octubre.

Foto: Oscar Alvarez Delgado

Con una extensión de 21,5 hectáreas de organopónicos y 57,4 de de finca de cultivo en tierra, se encuentran enfrascados en estos momentos en dos tareas fundamentales: la campaña de frío 2020, que comenzó hace unos días, y para la cual se encuentran en plena preparación de tierra, aunque no han dejado de sembrar  boniato, yuca, plátano y tomate.

Foto: Oscar Alvarez Delgado

A pocos metros de allí, en la bodega de la comunidad, se realizó una venta móvil, en la cual los residentes del territorio pudieron adquirir un módulo con insumos alimenticios de primera necesidad, además de aseo . Al respecto, es destacable  la organización de la venta, a la cual contribuyeron los trabajadores de ese establecimiento, así como el delegado del barrio.

Foto: Oscar Alvarez Delgado

Viaje al centro de la pandemia

En estos tiempos, donde la pandemia de la COVID-19 ha obligado a posponer el inicio del curso escolar en La Habana, se hace necesario ver de cerca cómo es la vida en aquellas zonas donde se han detectado casos positivos a la peligrosa enfermedad. Por tal motivo visitamos en el Consejo Popular Magdalena-Torriente, en la calle 26A, entre 65 y 67, sitio donde a nuestra llegada se preparaban las condiciones para venderle a la población, que allí reside, diversos productos de la agricultura.

Otro lugar visitado en esta oportunidad fue calle 69A y Avenida 20, donde se detectó un caso positivo, hecho que determinó poner en aislamiento social las viviendas de esa área. Allí pudimos constatar la venta de productos gastronómicos a sus pobladores.

En próximas ediciones, Tribuna de La Habana brindará más informaciones sobre lo vivido en cada uno de los sitios visitados y las labores que se acometen en estos momentos en el Cotorro, en este combate sin cuartel que La Habana, como el resto de Cuba, sostiene contra la COVID-19.