Directivos del Instituto Finlay de Vacunas (IFV), investigadores del proyecto de desarrollo del candidato vacunal cubano contra la COVID-19 y la directora del Centro para el Control Estatal de la Calidad de los Medicamentos (CECMED) asistieron este jueves al programa de la Mesa Redonda para ofrecer detalles sobre el proceso investigativo y de ensayos clínicos de la nueva vacuna, dada a conocer con el nombre de Soberana 01.
Vicente Vérez Bencomo, doctor en Ciencias y director del IFV, trajo a colación en el espacio televisivo que este 14 de agosto se conmemoró el 139 aniversario de la presentación por Carlos J. Finlay de su teoría sobre el mosquito como agente transmisor de la fiebre amarilla.
Con relación a la rapidez con que fue logrado el candidato vacunal cubano para neutralizar los efectos negativos del nuevo coronavirus, llamó la atención sobre cuánto ha cambiado el mundo en seis meses, un tiempo relativamente mínimo en el que ya las vacunas en investigación contra el SARS-CoV-2 se cuentan por decenas
“Era imposible predecir que una vacuna que lleva años para desarrollarse pudiera ser hecha en un año”, sostuvo el destacado científico.
Vérez Bencomo recordó que las primeras opciones de vacuna en las que se trabajó, teniendo en cuenta experiencias anteriores, estaban encaminadas a cultivar el virus, inactivarlo y utilizarlo, pero cuando se conoció el genoma del virus, empezó a pensarse en un grupo de vacunas basadas en la información genética. “Es decir, introducir el material genético de este virus en un adenovirus y conseguir que se introdujera en nuestras células para generar los antígenos. Esta era la opción más rápida, aunque había cierto respeto hacia ella”.
La celeridad en aras de lograr la vacuna fue posible, entre otras razones, gracias a cambios extraordinarios en el sistema regulatorio mundial para permitir a científicos, equipos de investigación y entes reguladores ajustarse a la urgencia impuesta por la pandemia. “Se trató de mantener los protocolos de seguridad, pero se acortaron mucho los plazos de desarrollo”, subrayó el investigador.
“A finales de marzo, la pandemia iba tomando fuerza en Cuba, existía gran incertidumbre, había mucha tecnología fuera de alcance para nuestro país y pensamos que era imposible lograr alguna vacuna antes de que acabara el año. No existe una ocasión previa en la cual la humanidad haya generado tanto conocimiento científico en un periodo tan corto”, señaló.
En el proceso de creación de la Soberana 01 fue importante el acceso a la información sobre el virus y la enfermedad, producida en estos meses desde el inicio de la pandemia, principalmente por los datos registrados para el conocimiento público, de acceso gratuito, lo cual permitió acelerar muchas cosas. A partir de ese conocimiento, el proceso de entrar el virus a la célula humana fue reduciéndose en tamaño.
“Es decir, el virus tiene su llave para abrir la cerradura de la célula que necesita colonizar. La cerradura, cabe señalar, es la misma para el SARS-CoV y para el SARS-CoV-2. Sin embargo, la llave del primero es mucho más mala que este virus que produce la COVID-19. Es una de las razones por las cuales este virus se produce más rápidamente, porque tiene una mejor llave”, detalló el director general del IFV.
Conocido este mecanismo, se empezó a entender mejor el nuevo coronavirus. Su clave radica en que posee la llave escondida. “Pero si usted coge esa llave, la produce por biotecnología y la utiliza dentro de una vacuna, ya no está escondida, está en una vacuna que hará que su organismo produzca anticuerpos contra esa llave”, agregó Vérez Bencomo.
UN CAMINO TRANSITADO
Este procedimiento es empleado para producir muchas vacunas conocidas en el mundo. Y el Instituto Finlay al igual que otros centros de investigación en Cuba tienen experiencia con ellas. “Entramos en un camino más transitado, de más seguridad y en el cual nosotros sí podíamos competir más rápidamente”.
El doctor en Ciencias evocó una reunión sostenida con el presidente Miguel Díaz-Canel el 19 de mayo, en la que el mandatario cubano insistió en que no saldríamos totalmente de la pandemia hasta que no tuviéramos una vacuna.
“Fue una reunión clave. Salimos de allí decididos a entablar el combate. Ya teníamos los conocimientos, sabíamos que teníamos que agarrar el machete y competir por esa vacuna”, explicó.
A nivel global, el desarrollo de vacunas transcurre en cuatro etapas. En el actual contexto, los sistemas regulatorios han buscado acortar los tiempos. Desarrollar un candidato de forma acelerada implica montar unas fases sobre las otras, partiendo del supuesto de que muchas cosas van a confirmarse en el camino.
Entre las cuatro etapas establecidas internacionalmente para el desarrollo de una vacuna “el autorizo es una etapa muy importante, el primero de los cuatro escalones. Ahora mismo tenemos que vencer una primera fase de ensayos clínicos con un número pequeño de personas. Después pasaremos a fase 2 con mayor cantidad de participantes. En esas etapas se comprueba que la vacuna tenga la capacidad de producir la respuesta inmune necesaria”, puntualizó el especialista.
Después debe transitarse por la etapa 3 o de eficacia. En ella, aunque se observe una respuesta inmune capaz de prevenir la enfermedad, es importante demostrar que la vacuna es eficaz previniendo el contagio, sobre todo en el caso de una enfermedad nueva, como la COVID-19.
“Ese es el camino que queda por recorrer”, dijo Vérez Bencomo y añadió que “logramos vencer el primer escalón en tres meses. Un escalón que, en términos de coronavirus, es un escalón importante. Hay más de 200 candidatos vacunales en desarrollo en el mundo. Solo 30, incluido el nuestro, han logrado la aprobación para iniciar ensayos clínicos”.
TRES MESES DECISIVOS
El licenciado Yury Valdés Balbín, director adjunto del IFV, consideró que la visita Díaz-Canel fue muy estimulante, pero a la vez significó un enorme reto para los científicos que intervienen en el proyecto.
“Recuerdo que al finalizar la presentación tuvimos un encuentro con él y allí nos definió que este era un tema de soberanía para el país. Cuando llegamos a la oficina estábamos convencidos de que teníamos que cambiar todo lo que habíamos planificado, teniendo en cuenta la variable tiempo”.
El directivo del IFV reveló que “como la variable tiempo era una de las fundamentales, se tuvieron en cuenta cuatro pilares: la apuesta científica de usar como antígeno principal el RBD (Dominio de Unión al Receptor, Receptor Binding Domain, por sus siglas en inglés) a partir de nuestro potencial.
”El segundo elemento fue la plataforma a utilizar, y en este sentido es importante recalcar que todas las plataformas vacunales que existen hoy se montaron sobre otras plataformas de vacunas, y eso lo pudimos hacer por nuestra capacidad en la producción de vacunas.
”El tercer pilar es la gestión del conocimiento en tiempo real, y esto se debe a que nunca habíamos tenido tanto conocimiento científico a la vez sobre un tema. Esa información puede ser veraz hoy, pero dentro de tres días puede dejar de serlo. Por tanto, había que tener capacidad de análisis crítico”.
Respecto al indispensable cuarto pilar, generar alianzas, el experimentado especialista expuso que se basa en el principio fundacional del sistema de ciencia en Cuba, impulsado por el Comandante en Jefe. “En este proyecto tuvimos que buscar al mejor para cada reto científico, buscando la capacidad técnica y científica para resolver los problemas”.
De ahí el protagonismo de las instituciones que han sido fundamentales en el eje estratégico de este proyecto: el Instituto Finlay de Vacunas, el Centro de Inmunología Molecular y la Universidad de La Habana.
Al respecto mencionó que “no fue una alianza que surgiera en medio de la pandemia, sino que se fortaleció y se redireccionó por las necesidad del momento”.
Además, otras dos organizaciones también fueron vitales: la organización superior de dirección empresarial del grupo BioCubaFarma, que articuló el sistema de intercambio de conocimiento, y el Ministerio de Salud Pública.
Valdés Balbín concluyó su intervención con una alerta: “Podemos asegurar que habrá una vacuna, pero le recordamos a la población que la vacuna más importante es la responsabilidad”.
BORRANDO FRONTERAS
Belinda Sánchez Ramírez, directora de Inmunología e Inmunoterapia del Centro de Inmunología Molecular (CIM) señaló ante la teleaudiencia de la Mesa Redonda que para los científicos de esa institución fue un privilegio participar en este proyecto.
“Desde que el IFV nos dio esta oportunidad, hemos trabajado muy unidos, hemos funcionado como un único centro y esta experiencia en medio de la pandemia de COVID-19 deja como sello de la biotecnología cubana la capacidad que tenemos de borrar las fronteras entre cada una de nuestras instituciones”, argumentó.
Y agregó que “la razón por la que el Instituto Finlay de Vacunas nos convoca está relacionada con la proteína RBD. Sus investigadores la identificaron como el antígeno preciso para desarrollar la formulación vacunal de la que estamos hablando. Es una proteína compleja (glicosilada); aunque se pueden utilizar otras tecnologías para producirla, es más factible hacerla en la tecnología de células de mamíferos”.
“El CIM tiene desde hace muchos años el foco en vacunas contra el cáncer y anticuerpos monoclonales. Por tanto, desde hace décadas fue necesario montar esas plataformas que hoy nos han permitido llegar hasta aquí. Para la institución era muy factible incorporarnos a este proyecto para generar la proteína RBD”, añadió la especialista.
Durante muchos años el CIM ha desarrollado en sus laboratorios la tecnología de ADN recombinante para la expresión de proteínas complejas en células de mamíferos. “Ya tenemos la capacidad de utilizar en nuestros laboratorios vectores mucho más desarrollados, no solo los plasmídicos, que hace muchos años se usaban, sino vectores lentivirales que permiten que la expresión de estas proteínas en las células de mamíferos sea alta”, detalló la doctora.
Sánchez Ramírez resaltó también la experiencia del CIM en el campo de la inmunología, ya que esa institución trabaja en el desarrollo de anticuerpos monoclonales para el tratamiento de pacientes.
“El conocimiento de la inmunología y el hecho de contar con especialistas en el manejo de equipos como el citómetro de flujo, además del manejo de técnicas inmunohistoquímicas como los ensayos ELISA, nos permitieron en tiempo récord, con todo un equipo de investigaciones concentrado en la COVID-19 (donde participó además el CIGB), montar muchas técnicas que permitían evaluar el antígeno que iba a ser parte del candidato vacunal, pero también la calidad de la respuesta que se inducía en los modelos animales que se inmunizaron”.
Por la tecnología de células de mamíferos, el CIM pudo producir en solo dos meses, además de la RBD, más de siete proteínas recombinantes que permitieron montar las técnicas analíticas.
“Porque no podíamos, en medio de un escenario donde arrecia el bloqueo, contar con ninguna proteína que compráramos a alguna compañía, y teníamos que montar las técnicas necesarias. De disponer de esos reactivos dependía poder evaluar cómo transcurre la respuesta inmune al antígeno vacunal. Hoy estos reactivos están siendo utilizados, incluso, por otras instituciones como el Centro de Inmunoensayo”, aseveró la directora de Inmunología e Inmunoterapia del Centro de Inmunología Molecular.
La investigadora destacó que el CIM cuenta con un sistema de calidad certificado, no solo por la agencia reguladora cubana, el CECMED, sino por otras agencias reguladoras del mundo. “Eso ofrece la tranquilidad de que nuestros procesos tienen la capacidad de generar productos seguros”.
UN RETO CIENTÍFICO
Por su parte, la doctora en Ciencias Dagmar García Rivera, directora de Investigaciones del IFV consideró ante los televidentes de la Mesa Redonda que “asumir el diseño de este candidato vacunal ha sido un reto científico”.
Más adelante argumentó que “no había, por ejemplo, conocimiento previo de qué estructuras antigénicas en el virus eran relevantes para hacer un buen diseño de un candidato vacunal”…
“Era preciso que la ciencia estuviera censando todo el tiempo la información científica disponible”.
En lo relacionado con la evaluación preclínica de este candidato vacunal precisó que, en primer lugar, se logró una respuesta inmune inducida por la vacunación en modelos experimentales en animales de laboratorio.
En segundo lugar, se consiguió producir anticuerpos específicos contra la proteína RBD en ratones y conejos.
El candidato vacunal cubano demostró la capacidad de los anticuerpos de inhibir la interacción del RBD con el receptor ACE2 (el receptor que facilita la entrada del coronavirus en las células), así como la capacidad neutralizante de los anticuerpos frente al virus SARS-CoV-2.
“Este último paso de trabajar con el virus vivo supuso una gran complejidad, pues en el país solo existe un laboratorio con nivel de Bioseguridad 3, el de la Defensa Civil, el cual lleva mucho tiempo trabajando en estandarizar este ensayo”, explicó.
La especialista mencionó que siete días después de la primera dosis, subieron los niveles de anticuerpos RBD en ratones, consolidados aún más 28 días después.
“El hecho de que tengamos anticuerpos ya a los primeros siete días es una cualidad distintiva y probablemente atribuida a la formulación en que nos basamos. Eso es una cualidad diferente que nos permitió además solicitar en días recientes una patente en Cuba”.
ENSAYO CLÍNICO AUTORIZADO
Sobre la fase de evaluación clínica, que comenzará el 24 de agosto, García Rivera dijo que, además del CEDMED, la OMS registra el ensayo clínico del candidato vacunal cubano.
“Soberana es el candidato vacunal número 30 que recibe autorización de ensayo clínico en el mundo, en una carrera de más de 200 proyectos en varios países. Menos del 20 % de los proyectos en el mundo han logrado el autorizo de ensayos clínicos”, aseguró la científica.
“Esos 30 candidatos vacunales con autorización provienen de solo 14 países, y uno de ellos, ahora, es Cuba”, afirmó.
RECLUTAMIENTO PARA EL ENSAYO: UN PROCESO RIGUROSO
La directora de Investigaciones del IFV comunicó que ya comenzó el reclutamiento de personas para el ensayo y este 24 de agosto comenzará la vacunación.
Los grupos de edades van de 19 a 59 años y de 60 a 80. La diferencia se debe a que la capacidad de respuesta inmune no es la misma en un joven que en un adulto mayor. “Se trata de un esquema de tratamiento de dos dosis en 28 días, para seguir la respuesta durante dos meses”, expresó.
Sobre el proceso de selección comentó que es riguroso y se lleva a cabo sobre criterios factibles de seguimiento. El ensayo está diseñado para 676 personas, que deben dar su consentimiento firmado.
IMPORTANCIA DEL CECMED
La ingeniera Yaquelín Rodríguez Valdés, subdirectora del CECMED, subrayó en la Mesa Redonda que “el país no solo se ha preocupado por tener una potente industria farmacéutica, sino que siempre se tuvo en cuenta la necesidad de tener una entidad reguladora cuyo estándar estuviera acorde con la industria.
”Desde el mes de enero, cuando el país se preparaba para el enfrentamiento a la COVID-19, nuestro centro fue llamado para integrar el comité de innovación del MINSAP. El CECMED tiene un amplio reconocimiento internacional a partir de la preclasificación de la vacuna recombinante contra la hepatitis B por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), lo que demostró la existencia de una entidad reguladora fuerte. Fuimos la primera entidad reguladora de América Latina con esta condición”, indicó.
“Al conocer la industria farmacéutica cubana y la especialización que tenemos, trabajamos para realizar un acompañamiento regulatorio de los productos innovadores; por lo tanto, no es una práctica nueva la que ha habido con la COVID-19”, aclaró Rodríguez Valdés.
La especialista concluyó su intervención exponiendo que “se ha hecho una inspección rigurosa de todos los procesos. No obstante, no se culminan los procesos, porque se continúa con los ensayos clínicos. El Instituto Finlay debe entregar informes parciales y luego un informe final para su aprobación. También se evalúan las buenas prácticas en estos procesos”.
¿POR QUÉ SOBERANA?
Ya en los minutos conclusivos de la Mesa Redonda retomó la palabra el doctor en Ciencias Vicente Vérez Bencomo, director general del IFV, quien se refirió al nombre de la vacuna, Soberana, que fue inspirado por el pedido del presidente cubano de alcanzar soberanía en la vacuna contra el SARS-CoV-2.
Al respecto Vérez Bencomo expresó que “quien realmente le puso el nombre de Soberana fue el pueblo, por el orgullo que nos hizo sentir, y será el nombre comercial de la vacuna para su utilización en el país”.
En cuanto a la fase 1 y 2 de los ensayos clínicos, previstos para iniciarse el 24 de agosto, dijo que deben acabar a finales de noviembre, y que se presentará un informe en enero y febrero.
“Nosotros haremos cortes de evaluación de la fase 1 y 2, que, si son positivos, nos darán la posibilidad de hacer una evaluación de eficacia. Es necesario, antes de utilizar una vacuna, demostrar su eficacia contra la enfermedad, y esas evidencias las vamos a buscar”, sentenció.
“El elemento ético de inmunizar a miles de personas con un placebo o algo no relevante y enfrentarlas a la enfermedad, a nuestro juicio no es aceptable”, precisó el especialista para adelantar que “se diseñará una forma de medir la eficacia que, en la medida en que se tenga disponibilidad de vacunas y existan resultados positivos, se encuentre la manera de, a partir de intervenciones en sectores de la población, avanzar en la búsqueda de la eficacia”.
Antes de concluir, el director general del IFV ponderó el trabajo de cada una de las personas vinculadas a este proyecto y recordó el legado del Comandante en Jefe: “Si no hubiese existido la Revolución, yo no hubiese podido estudiar ni ser científico. Por tanto, ¿a quién dedicárselo sino a Fidel? Por él, nosotros estamos aquí”.
Al final de su comparecencia, Vérez Bencomo, en alusión a la canción de Buena Fe, Valientes, dijo sobre el logro alcanzado por estos científicos en solo tres meses y el esfuerzo anónimo de todos los que han estado combatiendo a la COVID-19: “No hay nada de valientes; es un beso al mundo y nada más”.
Felicidades a todos nuestros cientificos que en tan poco tiempo han logrado tal proeza.
Hoy gracias a nuestra revolución cubana tenemos un sistema de Salud bien eficiente y bien preparado nuestros científicos ,que fueron capaces de encontrar una vacuna trabajando día y noche para salvar a nuestro pueblo y a los pueblos que nos pidan ayudas , a el gobierno de Estados Unidos se le achicharra el hígado viendo que con el bloqueo que nos tienen puesto Cuba se crece ante todas las propagandas que hacen contra nuestros médico y los dirigentes de nuestra revolución ,somos un pueblo que estamos decididos para defender hasta las senizas de nuestros pueblos y ellos quieren que nuestro pueblo se muera de hambre para echarle la culpa a nuestro dirigente ,pero hoy más que nunca debemos de crecernos ante toda esas dificultades ,Cuba jamás será vencida somos fiel a Fidel y a la Revolución Cubana