Testigo de las primeras jornadas de enfrentamiento a la pandemia SARS-CoV-2 que produce la enfermedad COVID-19, evoco las precisas orientaciones del presidente del Consejo de Defensa de La Habana, Luis Antonio Torres Iríbar, cuando puntualizaba la necesidad de aplicar medidas de contingencia inmediatas como evitar la propagación del coronavirus entre el personal de Salud y concentrar la atención en los casos detectados para seguir la cadena de contactos y la habilitación de los centros de aislamiento con un seguimiento diario de los recursos disponibles.
En cuanto a la información pública, tanto el presidente del CDP, como su vicepresidente, el Gobernador de la capital, Reinaldo García Zapata, defendían la necesidad de crear una percepción de riesgo en la población habanera en correspondencia con la situación epidemiológica y las características de la ciudad en la cual la movilidad de los ciudadanos podía ser limitada, pero nunca alcanzar un nivel de detención temporal, salvo en las zonas consideradas en cuarentena.
Considero, y resulta necesaria esta reiteración, que estos esfuerzos requieren de un comportamiento social adecuado que mostró vulnerabilidades por la actitud irresponsable de ciudadanos que violaron lo establecido por las regulaciones sanitarias y llevaron a La Habana a una situación que se corresponde con modelos matemáticos previstos para la segunda oleada de la COVID-19, en el mes de noviembre.
A pesar de los ingentes llamados a mantener el distanciamiento social previsto en un metro y medio de distancia, durante las imprescindibles salidas a centros comerciales, es visible la cantidad de personas que no reparan en estas medidas y continúan sin la protección del nasobuco –que tampoco es infalible, solo disminuye la carga de virus en una exposición directa-, y otras indisciplinas que sostienen el elevado riesgo de contagio sobre todo porque muchas personas infectadas resultan asintomáticos.
Muchos de los comentarios de lectores a la redacción digital de Tribuna de La Habana, señalan estas vulnerabilidades y exigen una mayor rigurosidad por parte de las autoridades del orden público, lo cual es cierto, como también lo es la responsabilidad de la familia con relación a los hijos, especialmente cuando se ha demostrado que pueden ser convertidos en vectores potenciales de la enfermedad, y llevarla a los hogares donde se exponen aquellos de más alto riesgo de perder la vida por las consecuencias de la COVID-19.
Se trata de advertencias continuadas y de irresponsabilidades sostenidas por una actitud más que temeraria ignorante de las informaciones que ofrecen las autoridades sanitarias de nuestro país y el seguimiento del Gobierno en una batalla donde el tiempo condiciona la inclinación de la balanza hacia el lugar donde se muestra quién decide el final de esta batalla. Por el momento, sin pronósticos pesimistas, estamos distantes de contribuir a bajar la ascendente curva contra la COVID-19 y, en consecuencia, hemos retrocedido hasta el punto de perder el inicio de un nuevo curso lectivo que debió ser continuidad del anterior abruptamente interrumpido.
Lo anterior debe ser una alerta para los habaneros, si tenemos en cuenta que el presupuesto del Estado cubano para cada curso escolar, es multimillonario, solo por citar este ejemplo, además de los gastos adicionales en cuanto a la preservación de la salud pública, las inversiones detenidas y las respuestas urgentes de producciones alternativas que también conllevan una alta cuota de sacrificios.
El nro elevado d casos y su dispersión en toda la ciudad es el resultado d una apertura temprana o acaso podemos desconocer la indisciplina q conllevaría aprobar las operaciones del transporte urbano, abrir playas y CSO, bares y restaurantes. Nuestra primera etapa debió comenzar más tarde, tal y como se llevo a cabo en el resto del país. Cuándo y cómo lo haremos otra vez? No podemos dar por sentado que la población lo hará mejor y cumpliendo con lo establecido. Deberá hacerse entonces cuando no queden dudas sobre nuevos casos.
Sólo quiero hacer una observación por qué si volvimos a la fase epidémica, actualmente hay tanto vehículo estatales circulando, es que no tiene sentido,?? No es que tenían que tener autorización para esto, no estamos en condiciones de estar derrochando combustible por gusto que eso cuesta dinero al país y en divisas además que no hay, revisen esto porque se de centros que no han paralozados los vehículos como esta establecido o le pone un cartelito que diga covid y andando que nadie revisa si está autorizado o no
Pirmero que todo debo decir que la situación que hoy tenemos no tiene ninguna correspondencia con los modelos matemáticos que previeron una segunda oleada de la COVID-19, en el mes de noviembre. Hay dos razones, primera que sobre esos modelos se desconoce la fundamentación científica (y datos) pues nunca se ha hecho pública, y segunda, el pico más alto previsto no sobrepasaba los 250 casos. Tengo la percepción de que los modelos no han ayudado a la toma de decisiones.
Los modelos q se han utilizado son correctos y los expertos q han trabajado en ellos muy capacitado s. Que no se hayan mostrado no quiere decir q no sean buenos, acaso también hay q publicar la forma de elaborar las vacunas, medicamentos, etc? A mí entender es que se ha puesto demasiada confianza en la población y como visto hay quienes no tienen conciencia, respeto ni lo que se necesita para o quedarse en casa o salir y cumplir con las medidas establecidas.
Leer ahora mismo tribuna de la Habana, podemos decir, ahora sí, pero está muy lejos de la verdad, porque eliminar las colas es tarea titánica, hay que reinvertarse otros métodos para acercar los alimentos al pueblo a sus municipios y ser más equitativos,centro habana tiene el mayor comercio, cuántas personas de toda la ciudad diario se trasladan hacía esas tiendas, el desabastecimiento, es real, como real van a seguir el aumento de los casos, los cubanos de la Habana hacía donde tienen que concentrarse para las tiendas en MLC, y las de cuc de los barrios desabastecidas, creo la organización debe ser esa, y creo el reclamo de cada persona que se manifiesta a través de estás vías, lo plsntean se necesita mayor control y exigencias hacia las personas llamar a la conciencia no basta ya eso está más que probado, hay que exigir como en los primeros días de la pandémia, que se conocía muy poco, cuarentena total, Saludos
Considero que las medidas adoptadas por nuestro gobierno son muy positivas, pero debemos sacar experiencias de los errores cometidos, en aras de no dejar que se repitan. Debemos de tomar experiencias de las causas que han dado a lugar a segundas olas de contagios en otros países, para no repetirlas en el nuestro.. Desdichadamente, una parte de esta sociedad, no quiere comprender del riesgo a se someten, y exponen a otros con sus indisciplinas y falta de humanismo. Están hechando por tierra todo el esfuerzo de nuestro país por mantener a Cuba libre de riesgo. Considero que a esos ciudadanos indolentes, se les debe de aplicar medidas contundentes y firmes, ya que de su parte no van a tomar conciencia.. Otro factor preocupante: Desde el pasado mes de marzo, nuestro país mantiene las fronteras cerradas, con el bien sabido propósito de frenar la importación de casos positivos. Ahora bien, me gustaría saber por que también han sido cancelados los vuelos de CARGA.. si bien, dicha cancelación, repercute de manera negativa en la economía del país, afecta también de manera significativa a ciudadanos ( como es mi caso y el de mi pequeña hija ) que esperamos poder recibir medicamentos y otros artículos ( NO DE CARÁCTER COMERCIAL) que resultan imprescindibles. Si bien, estos vuelos, no son de pasajeros quizás se pudiera tomar en consideración restablecer los mismos. POSDATA: NO PIDO VUELOS COMERCIALES DE PASAJEROS NI QUE ABRAN LAS FRONTERAS.... SOLO VUELOS DE CARGA (CARGO).. Saludos cordiales...