“La vida no vale nada/ Si yo me quedo sentado/ Después que he visto y soñado/ Que en todas partes me llaman”.
La vida no vale nada cuando el vecino necesita le tiendan la mano, y por dejadez seguimos de largo sin siquiera darle el consuelo de una palmada.
Más, en tiempo de pandemia, cuando las necesidades arrecian, son miles las personas que anteponen el bien colectivo al propio, que salen a darle batalla a la muerte, aunque en ello pongan en juego su propia salud, y hasta la vida misma. Cómo darle gracias a los médicos que a diario desafían la muerte, o a los agentes del orden público que sin importar si deben trabajar en una zona en aislamiento, o en una en cuarentena, salen a cumplir con su deber de proteger la tranquilidad ciudadana y hacer cumplir lo que está dispuesto para cada momento y lugar.

Eran cerca de las 9:00 de la mañana del 30 de abril cuando de pronto, comenzaron a colocar cintas amarillas en los alrededores de mi casa, en el reparto La Caridad, en el municipio de Cotorro. Segundos después supe que varias manzanas de esa localidad acababan de entrar en aislamiento social. Un carro con altoparlante transitaba por las calles explicando la situación y la necesidad de permanecer ahora, más que nunca, dentro de las casas, de usar el nasobuco y lavarse constantemente las manos. Los agentes del orden público hacían su trabajo con celo y profesionalidad.
Mas, “La vida no vale nada/ Si escucho un grito mortal/ Y no es capaz de tocar/ Mi corazón que se apaga”, si no se aparta el descanso y se sale a ayudar a los más necesitados. En el barrio corre el rumor que van a vender aceite, en una esquina están vendiendo helado, a dos ensaladas per cápita, en otro sitio alimentos varios.

En la placita de la esquina se preparan las jabas para los abuelos, se venden frijoles, maíz, cebolla, las personas esperan para comprar viandas. El barrio está en efervescencia, se comenta van a vender aceite. Hay quienes están haciendo la cola para cuando llegue, realmente, no sé como las personas se enteran de todo tan rápido.
Cuando aparece el camión, tras él, llega un alud de desconocidos que traspasan rápidamente la cinta puesta por la PNR. Apenas unos pocos segundos bastan para verles dar la media vuelta. El aceite va a ser vendido por la libreta. Y lo mejor de todo, se va a llevar casa a casa. Quedo tranquilo en la comodidad de mi hogar, pues van a tocarme a la puerta.

Pero el llamado llega antes de lo que imagino. Hace falta ayudar a distribuir la mercancía. No me puedo negar, junto conmigo va mi esposa y otros vecinos del barrio. Amenaza con llover, pero eso no es impedimento, hay que evitar la aglomeración de personas, así que salimos a repartir el aceite. A fin de cuentas, “La vida no vale nada/ Si no es para perecer/ Porque otros puedan tener/ Lo que uno disfruta y ama”.
Y en definitiva, el agua se hizo presente a mitad de la jornada. Mas, a mal tiempo, buena cara. En cada casa que se llega las personas se sorprenden. Se les explica a qué se debe esta venta, se les pide la libreta, se anotan los datos de la misma. No pocos dicen haber hecho la cola para comprar aceite y no haber alcanzado. Algunos, al no salir de sus casas, ni se han enterado que se está en aislamiento.

El agua arrecia. Nos refugiamos cinco minutos en un portal hasta que amaina. Regresamos a cargar más aceite para seguir distribuyendo. Nos dicen no nos mojemos, algunos quieren que entremos a sus casas para evitar la lluvia, pero les decimos eso no puede ser, hemos estado en tantos lados, que no se sabe si podemos llevar impregnado al cuerpo o escondido bajo la suela de los zapatos el nuevo coronavirus.
Hay ancianos en cuyos ojos opacos se puede ver danzar una llama de alegría, te dan las gracias, y uno siente como el corazón se engurruña en medio del pecho al tiempo que se dice, yo no ha hecho nada, ellos merecen más que nadie cualquier atención. Gracias a ellos hoy estamos aquí.
Tras varias horas, terminamos el trabajo. El agua ha hecho de las suyas, el sol otro tanto. El dinero ya se entregó, las listas también. No somos los únicos en esta tarea, otros grupos han atendido otras partes de la zona en aislamiento.
Tengo la piel roja por el sol, y la garganta irritada por la lluvia, pero valió la pena, al fin y al cabo “La vida no vale nada/ Si ignoro que el asesino/ Cogió por otro camino/ Y prepara otra celada”. Y este es un asesino mortal, sin rostro, capaz de tomar cualquier sendero por tal de imponer su ley.
Minutos después, converso con Yaima Valle Barrio, vicepresidenta de la Asamblea Municipal del Cotorro. Ella me explica que el Consejo de Defensa Municipal decidió incrementar el aislamiento social en un cuadrante de ocho manzanas en el reparto La Caridad, debido a la existencia de nueve casos en esa zona y de esa forma poder cortar la transmisión de la enfermedad.

Sobre la distribución del aceite, el cual procede de la tienda La Favorita, comenta que se decidió llevar casa a casa para evitar aglomeraciones de personas y así evitar la propagación de la epidemia, labor que se hizo de conjunto con los factores de la comunidad y los miembros del Partido, el Gobierno, la Federación y demás organizaciones políticas y de masas.
“También se montó una carpa de gastronomía –agrega Yaima- con productos de comida rápida para llevar con los tablet establecidos; se trajo helado al área para que los niños también tuvieran, así como otros productos como refresco de lata, de bolsita. Además, se comenzó a preparar por comercio un módulo que va a ser entregado casa a casa, el cual incluye productos como el vino seco y vinagre, para que no salga nadie de este cuadrante. Todo esto se va a mantener mientras duren las medidas de incremento del aislamiento social”.
Sé que en cualquier momento, pueden tocar nuevamente a la puerta, bien sea para una pesquisa, para dar una orientación, o para ayudar nuevamente a distribuir cualquier producto. En cualquiera de esos casos, nos encontrarán dispuesto a hacer lo que sea menester, pues en fin de cuentas, La vida no vale nada/ si yo me quedo sentado/ después que he visto y soñado/ que en todas partes me llaman.
Fui parte de ese grupo, y al leer este texto se me humedecieron los ojos, pues si, se le aprieta el corazón a cualquiera viendo como esos ancianos y la población en general te agradece el gesto y te pide que te cuidas, un aplauso también para los periodistas que no dejan de hacernos llegar esos pasajes de nuestra historia tan bellos, gracias Oscar
Experiencia esta que sería positivo aplicar en todo el país, para que la mayor cantidad de productos de aseo y alimentos puedan llegar a un mayor segmento poblacional, que en estos momentos al igual que donde resido en el municipio guanabacoa de la habana, les es imposible adquirir debido a que los turnos de las colas en las tiendas del municipio(aché, el triunfo y la arcada) y por los comentarios de las redes sociales sucede por igual en el resto del país, están en su inmensa mayoría en manos de acaparadores revendedores que conocen con absoluta certeza, gracias a las tecnologías de las comunicaciones(teléfono celular) horarios y productos a surtir. Si seguimos así vamos a tener que rezar por tener un evento de transmisión local debido a la COVID-19 y producto del mismo aislamiento social, lo cual confío no sea necesario el llegar a este extremo para que los decisores del comercio piensen como pueblo al menos en estos tiempos de pandemia.
Por favor necesitamos esa caridad a domicilio de productos lacteos para los niños en el Municipio Marianao ya que hay lugares que estan en cuarentena ej: l Reparto zamora, en 35A y 37, por culpa de muchos indisciplinados que no portan el nasobuco y las aglomeraciones en los Kioskos de divisa y en el de moneda nacional. manden partullas para que controlen hoy mismo en el puesto de viandas que esta en 124 hubo broncas y agrupaciones por mangos y tomates yo salia para el trabajo y la griteria me hizo girar la cabeza y pude observr desde lejos las agrupacion y discusiones en ese lugar, les pedimos que manden policias y a esas personas irresponsables que no escuchan las leyes que dicta el pais y no ven a doctor Durán pues no interiorizan la situación que se les aplique la ley con multas altas a ver si escarmientan. gracias