Faltan pocos minutos para que inicie la conferencia de prensa que cada día, a las 11:00 a.m., actualiza a la opinión pública sobre el comportamiento de la COVID-19 en Cuba y el mundo. De pronto, dos jóvenes estudiantes de medicina, vestidos de batas blancas y resguardados por nasobucos llaman a la puerta de mi casa, en el municipio de Cotorro. Indagan sobre la cantidad de personas que en ella vivimos, los mayores de 60 años, si alguien tiene fiebre, estado gripal, o cualquier otro de los síntomas que provoca la pandemia.
Segundos después vuelven a llamar. El grupo ha crecido, y con ellos llegan dos rostros familiares: la enfermera y la médico de la familia que nos atienden. Esta vez vienen a explicar cómo es la aplicación del PrevengHo®Vir, producto que por su carácter homeopático constituye un tratamiento preventivo contra dolencias respiratorias agudas, influenzas, enfermedades gripales, el dengue e infecciones virales emergentes, pero que no sustituye las medidas efectivas para evitar el contagio por la COVID-19.
Los estudiantes explican que tras golpear diez veces consecutivas el fondo del frasco, se agregarán cinco gotas del producto directamente debajo de la lengua, o disueltas en un cuarto de vaso de agua. Ello se hace durante tres días consecutivos, para luego reactivar la dosis al décimo día de iniciado el tratamiento. Siempre, teniendo en cuenta no ingerir alimentos media hora antes, ni media hora después de la aplicación del producto.
La información es dada una y otra vez, sin apuro, de forma detallada. Una vez comprobado que las personas han comprendido todo lo explicado, hacen entrega de un frasco del citado medicamento homeopático.
Desde la distancia que el momento impone, todos en la casa, sin tocarles, estrechamos sus manos y les damos un abrazo a cada uno de los visitantes. Con una foto inmortalizo el momento. Se trata de uno de esos instantes mágicos en que la vida, vestida de blanco y con el rostro cubierto, llama a la puerta.
Sin dudas, lo vivido hoy constituye una nueva muestra de que en Cuba nada es más importante que la vida. Se trata de un nuevo llamado a hacer cada uno lo que nos toca en este momento. Ellos están cumpliendo con su tarea para salvarnos la vida, hagamos nosotros la parte que nos toca, y quedémonos en casa.
Buenas Quiciera saber como será la aplicación de este medicamento en los repartos del Cotorro y si va a ser para toda la población o solo para los de más riesgo. Muchas gracias