La mañana del pasado siete de abril será inolvidable, tanto para los viajeros como para el personal médico y de apoyo que durante 14 días convivieron en el Centro de Aislamiento para la Vigilancia Epidemiológica del municipio de Cotorro, ubicado en la Residencia Estudiantil Doctor Fermín Valdés Domínguez.

Desde bien temprano allí se vivía un ajetreo inusual. Tras haber sido sometidos a un test rápido, los 229 viajeros que se encontraban en ese centro habían resultado negativos a la COVID-19 y abordaban algunos sus propios transportes, mientras otros lo hacían en los ómnibus previstos para tales fines. Entre los choferes de esos ómnibus se encontraba Leonecio Ermida Domínguez, con quien tuvimos la oportunidad de hablar brevemente.

Usted se encuentra en estos momentos transportando compañeros que acaban de salir del aislamiento, cuéntenos un poco sobre este trabajo.

-Para mí es un orgullo poder trasladar a quienes hoy salen de alta de este centro. No hay mayor satisfacción que poder servir a la población, máxime en estos momentos.

Foto: Oscar Alvarez Delgado

¿Cuáles son las medidas que ustedes toman para este trabajo?

-A diario, durante los 14 días que hemos estado trabajando en esta misión, cada vez que entramos y salimos a la calle desinfectamos el carro con cloro. Ello lo hacemos viaje por viaje. Ha sido una labor dura, pero nos sentimos bien, sabiendo que hemos cumplido con nuestro deber.

Ya todos los pasajeros se encuentran sentados dentro del ómnibus. En sus rostros se nota la ansiedad por llegar a sus casas. Comprendo los deseos que deben de tener, tras 14 días de espera, por ver a sus seres queridos. Le doy las gracias a Leonecio y me apresuro a “robarles” algunos minutos más a los viajeros con el fin de saber, de primera mano, sobre sus experiencias durante esta etapa.

Si desea conocer lo narrado por esos viajeros, así como la opinión de quienes laboraron durante este período en el Centro de Aislamiento del Cotorro, le invito a visitar nuevamente esta página.