Quizás hoy, de regreso a Suecia, Nancy Gómez Cruz le cuente por teléfono a sus amistades cómo pasó sus diez días de vacaciones en Cuba, adonde vino junto a su esposo en busca de un poco de sol.
No podrá faltar este comentario: “las personas que trabajan en el hotel Tulipán son muy sociales, fue muy buena la recepción…”. Pero, al coincidir su viaje con el coronavirus, seguramente no obviarán lo que les impactó: “no esperábamos nunca que esto fuera a avanzar tan rápido y hemos tenido la suerte de que nos mandaran enfermeras preguntando cómo nos sentíamos, si teníamos síntomas, y la radio y la televisión están informando continuamente para estar preparados para enfrentar esta situación…”.

Esas impresiones las compartió antes de regresar a su país “sin ningún problema”, porque en el Tulipán, como en las otras instalaciones del grupo hotelero Islazul, las acciones de preparación y enfrentamiento han sido intensas.
CAPACITAR A TODOS
Desde que recibimos las orientaciones del Ministerio de Turismo, se activó el plan de reducción de desastres, que contempla las acciones prioritarias para casos de epidemia y los protocolos de enfrentamiento, explicó Carlos Manuel Cabanes, director de la sucursal Islazul Habana, que agrupa 10 hoteles distribuidos en los municipios de Plaza de la Revolución, Centro Habana, La Habana Vieja y Marianao.
Sin titubeos, pusieron manos en la coordinación con los centros de salud cercanos para la atención de 24 horas a trabajadores y clientes, capacitación del personal, acondicionamiento de habitaciones para aislamiento, empleo de sustancias para la limpieza de superficies, medidas en la cocina y la gastronomía y pesquisa activa a trabajadores y clientes para detectar posibles síntomas de enfermedades respiratorias.
Según establecen los protocolos, ante la detección, se debe comunicar al policlínico y proceder al aislamiento. Hasta el momento, sostiene, no han reportado ningún caso.
DE DICHO AL HECHO
La capacitación es vital en el tema de la COVID-19. En el Tulipán, explica Yanira Hernández, su directora, aplican las medidas higiénico-sanitarias y epidemiológicas: lavado frecuente de manos, uso de sustancias químicas, pesquisa diaria a los trabajadores, entrevista a clientes en carpeta y, en la gastronomía, las mesas de montan una sí y otra, no, para mantener una distancia segura, entre otras.
Todo el mundo sabe qué hacer, por su salud y la de los otros. De acuerdo con Alberto Yadiel Hernández González, jefe de seguridad interna del hotel, colocaron hipoclorito en las entradas de acceso a restaurantes, bar y cafetería. “Lo más importante es que la comunidad y los clientes saben a qué nos enfrentamos y respetan las medidas”.
Según Irma Tania Franco Caballero, subdirectora de la instalación, dentro de los puntos de venta, cada 15 minutos se limpian las superficies con la solución de cloro, se garantizan el agua y el jabón y quienes están en contacto directo con los clientes, tienen que usar nasobucos.

La camarera de piso Yelena Gretel Pérez Sánchez, detalla cómo limpian las habitaciones “con nasobucos, guantes y cloro, el producto químico más importante para desinfectar”. A la hora de prepararlas, siguen un estricto protocolo. “En caso de algún cliente con síntomas o no quiera que se le limpie, debemos informarlo rápidamente”.
Al decir de Anisley González Pérez, recepcionista, han recibido toda la información necesaria y disponen de hipoclorito para la limpieza del mostrador, máquinas, teléfonos y las manos a los clientes.
AL RITMO DE LA VIDA
Según actualizó Cabanes, en la actual etapa, los turistas extranjeros –unos 400 en las instalaciones de Islazul en La Habana- están en aislamiento y no pueden salir de ellas. “Hoy, como medida de cuidar la salud de la población, los servicios son solo para las personas alojadas, no para la comunidad. Ante ello, se han creado algunos puntos de venta, sin que esto implique entrar a nuestros hoteles”, sostuvo.
Los turistas, fundamentalmente procedentes de Argentina, Chile, Alemania y México, deberán irse retirando, en coordinaciones con las embajadas, los turoperadores y las agencias aéreas. En tanto, los nacionales alojados por funciones de trabajo, retornarán a sus provincias, precisó.
Como estrategia, se han segmentado los públicos: los nacionales en un grupo de instalaciones, los turistas internacionales a otras. En el caso del Tulipán, están separados por bloques. En correspondencia con las decisiones del país, reciben a visitantes extranjeros que estaban alojados en casas, para lo cual se extreman las medidas de seguridad y protección para huéspedes y trabajadores: todo el personal de contacto lleva nasobucos y guantes, limpieza en la madrugada y se activaron los puestos de salud en las instalaciones con pesquisas activas y toma de temperatura dos veces al día.