La residencia estudiantil Doctor Fermín Valdés Domínguez, en el municipio de Cotorro, se ha transformado en estos días en una sólida barrera de contención contra la COVID-19. Desde que el 23 de marzo ese centro, perteneciente a la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, fue habilitado como Centro de Aislamiento para la vigilancia epidemiológica, el personal que allí se encuentra está alejado del calor de sus hogares.
Apenas unas pocas horas después de acondicionadas las instalaciones, allí recibieron a los primeros pasajeros cubanos que, procedentes de Canadá, Estados Unidos, España, Francia, Italia, México, India, Rusia, Nicaragua y República Dominicana, arribaron a esa institución el 24 de marzo.

De esa forma, la residencia estudiantil se convirtió en el primer Centro de Aislamiento para la Vigilancia Epidemiológica que abrió sus puertas en la capital y en el cual, al momento de nuestra visita, se encontraban 242 viajeros.
A nuestra llegada a ese centro fuimos recibidos por Nuria Rivero Martínez, directora de la residencia, y por el Doctor Fernando Zurita Zurita, quien funge como director adjunto para la asistencia médica.
Previo a la entrada a esa instalación debimos lavarnos las manos con hipoclorito, y colocarnos un nasobuco, como medidas elementales de protección. Durante la conversación conocimos que los viajeros deberán pasar allí un periodo de 14 días de vigilancia epidemiológica antes de poder ir a sus casas. Ese tiempo permite identificar signos y síntomas de posibles casos de coronavirus, para su traslado inmediato a los diferentes centros habilitados para esos casos.

Rivero Martínez explicó que “el centro cuenta con cuatro torres de aislamiento, cada una con tres salas de alojamiento, y estas con cinco habitaciones con literas y una batería de baños con buenas condiciones. Lo previsto era contar con habitaciones de 6 y hasta 12 pacientes”. Pero ante todo el proceso inicial, donde no se ocuparon todas las capacidades disponibles, se realizó un reordenamiento tras el cual quedó un máximo de seis viajeros por habitaciones, y de tres en otras.
Cada una de esas personas recibe un módulo de sábanas, funda, toalla, frazada, y otros avituallamientos de higiene como son pasta dental y papel sanitario, a lo cual se suma una alimentación balanceada, la cual cuenta de desayuno, almuerzo, comida y una merienda o cena nocturna, explica Rivero Martínez.
Además, dentro de las instalaciones los viajeros cuentan con la posibilidad de adquirir otros alimentos en una cafetería de Palmares allí existente.
El Doctor Zurita Zurita explicó que en cada piso donde se encuentran alojados los viajeros existe un personal de salud que les chequea los signos vitales tres veces al día. “También existe una consulta médica las 24 horas para tratar cualquier problema médico que puedan presentar. Aquí contamos con cinco médicos, 16 enfermeras y un personal de apoyo propiciado por el Gobierno y el Partido, además de los trabajadores de la institución aclara Zurita Zurita y agrega que “aquí todos estamos bajo vigilancia epidemiológica los 14 días, y no salimos, ni entramos. Eso es algo que compartimos con ellos y que les da a los viajeros más seguridad”.

Entre los reglamentos establecidos, existe un área limitada de esparcimiento para el personal que allí se encuentra y por donde esas personas pueden transitar libremente, de tal forma que no se tengan que quedar confinado todo el tiempo en sus habitaciones.
El contacto con los familiares es solo mediante la vía telefónica, para lo cual en la instalación existe una batería de teléfonos públicos donde, quienes no cuenten con móvil, pueden hacer uso de los mismos.
Pero si algún paciente necesita que un familiar le lleve alguna ropa, móvil, o tarjeta para el teléfono, existe una organización bien estructurada. Si bien del centro no sale nada, si hay la posibilidad que los familiares les lleven algunos artículos personales o de primera necesidad hasta la entrada del mismo, donde un personal de esa instalación, con toda la protección necesaria, lo revisa, y lo lleva para que le sea entregado.
Pero más allá de lo que puedan decir nuestros interlocutores, está lo que nuestros ojos pudieron ver y que se resume, en primer lugar, en un alto grado de organización y exigencia en el cumplimiento de las normas higiénico-sanitarias establecidas para estos casos.

A ello se suman la limpieza de las áreas, la correcta delimitación de cada una de ellas, con sus correspondientes medidas de acceso, así como una limpieza impecable. En este último aspecto, y a modo de barrera para evitar un posible contagio por el uso del teléfono público, hay una persona encargada de su limpieza cada vez que alguien hace uso del mismo.
Una vez concluidos los 14 días de aislamiento, el centro quedará listo para, en caso de mantenerse la contingencia, poder recibir a nuevos viajeros. Es entonces que comienza para quienes allí ahora se encuentran trabajando, un periodo de observación, el cual se realizaría fuera de esas instalaciones, mientras su lugar sería ocupado por un nuevo personal el cual, al igual que ellos, permanecerá dentro de las instalaciones durante los 14 días de vigilancia epidemiológica establecidos.
Como pudiese saber de mi tío que está en este lugar por covid y no sabemos de él ya hace cinco días.
Hola, quisiera de ser posible el numero del telefono del centro, tengo a mi tio hospitalizado, pero quisieramos llamar para saber en que horarios llevar las cosas para el. gracias de antemano.