En la mayoría de las ocasiones, ocurre de manera repentina e inesperada. No pensarías que un papel débil podría infligir un dolor tan agudo en el cuerpo humano. Sin embargo, cortarse con papel duele mucho.

El hacerte una leve herida con una hoja de papel no es tan grave como otras heridas, pero sí es muy molesto.

Las terminaciones nerviosas son las principales culpables de esto; ellas se llaman nociceptores, y advierten al cerebro, a través de la sensación de dolor, sobre las altas temperaturas, los productos químicos peligrosos y la presión que podrían dañar la piel.

Tenemos más receptores de dolor en las puntas de los dedos que en casi cualquier otro lugar del cuerpo, de lo que quizá ya te hayas dado cuenta si alguna vez has intentado coger algo muy caliente.

Las yemas de los dedos son como exploradores del mundo, ya que las usamos para realizar grandes y pequeñas tareas delicadas.

Tiene sentido entonces que tengamos muchas terminaciones nerviosas allí, es una especie de mecanismo de seguridad.

Sin embargo, también hay algo de culpa en el papel: los bordes del papel no son tan lisos como podrían parecer desde la distancia y pueden dejar un rastro de destrucción en la piel, en lugar de un corte limpio y bueno.

Ahora que conocemos todos estos inconvenientes, cuidemos nuestra piel entonces hasta de la menor rozadura.