Los labios son una de las zonas que, al maquillarse, pueden transformar y potencializar un look. Su cuidado no debe pasar desapercibido.
Dejarlos resecar
Debe hacer una exfoliación labial, que es esencial para eliminar la piel muerta de esta zona del rostro. Acto seguido, se recomienda hidratarlos con un producto que humedezca y evite que estos se resequen.
Aplicar labial mate
Aunque el acabado mate es perfecto para el día a día, puede conllevar a marcar más los pliegues en el labio. Es decir, promover el código de barras (arrugas en los labios). Este efecto también lo hace el gloss y los labiales con acabado vinilo.
No respetar la forma natural
No importa si la forma en la que terminan tus labios es en corazón o el superior es más grande que el inferior. Tratar de cambiar el aspecto de los labios con maquillaje puede dar un efecto contrario al esperado.
Dejar de usar lápiz de labios
El lápiz de labios cumple una función importante al maquillarse. En primer lugar, lo que hace es rellenar y fijar los pigmentos en el labio. Además, no permite que el color del labial se salga de la comisura de la boca.
Olvidar la base
La base es un producto clave para que el labial se adhiera por más tiempo, así como para evitar las temidas grietas. También cabe destacar que este producto hace que el labial se fije mejor y sin imperfecciones.
Usar un tono incorrecto
Aunque unos labios rojos pueden parecer muy bellos, no es un color que aplique para todas las personas. La forma del rostro y el tono de la piel son fundamentales a la hora de elegir. Por ejemplo, los tonos fríos van mejor en la tez clara, mientras que, si la tez es media u oscura, los rosas, naranjas y rojos intensos le van mejor.

No usar pincel
Esta herramienta no es solo de uso profesional, ya que el pincel permite rellenar los labios con más precisión, sin gastar más producto del necesario. Su función está en dar un resultado uniforme.
Aplicarse más de lo que se necesita
Llevar más labial o gloss del necesario solo puede generar que el producto se corra y se manchen otras partes del rostro. El gloss, por su parte, tiende a ser abrillantado y pegajoso, razón por la que solo se necesita una pequeña gota.
Dejar de retocar
Aunque existen labiales de larga duración, después de beber algún líquido o cenar siempre será necesario retocar. Esto evita que el producto se corra y su apariencia se vea desaliñada.
Y se practica según el tipo de labios
Labios gruesos
En este tipo de labios se deben evitar los excesos. Hay que perfilar por dentro y rellenar con un pincel. Además, se han de evitar los tonos con brillos o gloss, ya que esto solo hará que se vean más grandes. Recuerda que este es uno de los errores comunes que cometes al maquillarte si tienes esta configuración anatómica.
Labios delgados
Aquí todo se trata de darle volumen. En este sentido, se debe delinear por fuera de la línea natural del labio y luego rellenar con un labial del mismo color del lápiz delineador. Para completar, es necesario evitar los delineadores oscuros.
Vea también: