La hidroterapia es una técnica en que solo se utiliza agua a diversa temperatura y presión, según el beneficio que se desee obtener para la circulación.
Es fundamental poner en práctica y mantener buenos hábitos de vida y, claro, se deben seguir todas las indicaciones del médico, en especial, si existe un trastorno circulatorio.
No obstante, la hidroterapia brinda alivio y cuida la calidad de vida.
Siempre que se finalice una ducha de contraste, es necesario secar el cuerpo rápidamente, realizando movimientos circulares y vigorosos con la toalla (sin llegar a lastimar la piel) con el fin de favorecer la circulación sanguínea.
No se debe abusar del agua caliente. Debe aplicarse en determinadas zonas y en periodos muy cortos, pues puede debilitar demasiado.
Las duchas de contraste, que alternan agua fría y caliente, son una de las más recomendadas para mejorar la circulación, pero, ¡cuidado! pues hay pacientes que deben evitarlas.
Baños para pies
Muy útiles para mejorar la circulación sanguínea. Tan solo será necesario calentar dos litros de agua en una olla y verterlos en una palangana o recipiente plástico donde podamos introducir los pies. No sumergir los pies cuando el agua esté hirviendo, sino con un calor soportable.

Una vez que el agua se enfríe, añadimos varios cubos de hielo al agua y mantenemos los pies allí durante un par de minutos. Evidentemente, es una versión de la ducha de contraste, solo que en una zona menos extensa del cuerpo.
Es bueno añadir a estos baños, un poco de bicarbonato de sodio o sal marina gruesa, pues relajan los pies con mayor facilidad y se obtiene alivio a la pesadez, cansancio e inflamación.
Para calambres y varices
Aquí es necesario contar con una ducha de mano. La idea consiste en realizar un recorrido por las piernas con agua fría de la siguiente manera:
Subir por el lado exterior de la pierna derecha, bajar por el lado interior de la misma pierna, subir por el lado exterior de la pierna izquierda. Cuando lleguemos a la altura de la rodilla, pasamos un momento a la rodilla derecha. Luego, volvemos a la izquierda y continuamos hasta abajo.
Repetimos el recorrido por la parte trasera de las piernas, sin necesidad de hacer el cambio de las rodillas.
A la hora de secarnos las piernas con la toalla, haremos un poco de fricción sobre la piel, de abajo hacia arriba.

Para el corazón, agua fría
Si aplicamos agua fría sobre los ojos cerrados, conseguiremos relajarnos y calmarnos y así equilibrar el ritmo cardiaco. Para llevar a cabo esta técnica podemos recurrir a las compresas de hielo o bien, podemos aplicar directamente un chorro de agua fría sobre el rostro, durante unos 10 segundos. El agua no debe tener mucha presión.
Duchas de contraste en los brazos
Esta técnica puede contribuir tanto para aliviar inflamaciones, como dolores articulares y musculares.
Debemos comenzar por rociar los brazos con agua caliente, durante unos segundos, y luego, con agua fría. Siempre se debe finalizar con agua fría.
Frotar y así mejorar
Frotar puede ser una excelente manera de mejorar la circulación. Tan solo será necesario humedecer ligeramente una toalla con agua fría y, seguidamente, realizar el siguiente recorrido: mano-hombro, pie-ingle, tronco. Las frotaciones deben llevarse a cabo con rapidez. Luego nos abrigamos bien para entrar en calor.
Bajo ninguna circunstancia debe realizarse una presión excesiva que pueda causar dolor, ya que esto podría traer diversos inconvenientes.
Recuerda, aunque la hidroterapia puede ser un buen tratamiento para la circulación, debes tomarlo como una terapia complementaria y ¡ojo! consultar con tu médico si es adecuada en tu caso.
Fuente: Mejor con salud

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