Se podría decir que este es uno de los consejos más importantes, y es que funciona para bien. Nadie quiere llegar a una casa en la que le esperen con regaños, malas caras, o quejas y más quejas.
La llegada al hogar debe ser serena y debe disfrutarse; tómate tu tiempo, aprende a escuchar y evita a toda costa los temas que puedan causar pesadez, un hogar feliz es un hogar sereno.
Respeta el tiempo de todos los integrantes de la casa, así puedes tener paz. No siempre es agradable que te reciban con una gran cantidad de preguntas, ya que, por lo general, la escuela, la calle o el trabajo pueden resultar estresantes, por lo cual, al llegar a la casa, debe existir un tiempo para la relajación, bien sea tomar una siesta, comer algún postre o darse una ducha, pueden ser suficientes para que nuestra familia tenga relajación, descanso y se desprenda del estrés externo.
Son pilares básicos para esa anhelada paz el respeto, la generosidad, cortesía, orden, buscar el bien personal y el de los demás; esto es justamente lo que trae como consecuencia la paz.
Sean felices y logren estar relajados cuando entren en el hogar.

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