Con motivo de su 30 aniversario, el Centro de Isótopos (CENTIS) reafirma su papel estratégico dentro del sistema científico y sanitario cubano, al tiempo que proyecta nuevos retos para la industria isotópica nacional.
La celebración coincidió con la realización en La Habana del VI Seminario Internacional y el VI Taller Nacional sobre el “Uso y desarrollo de productos de la industria isotópica para la salud”, encuentros que reunieron a profesionales, científicos e investigadores de Cuba, Alemania, Hungría, México y Chile.
Ambos espacios sirvieron para el intercambio de conocimientos y experiencias entre especialistas de Radiofarmacia y Medicina Nuclear, así como para evaluar los avances y desafíos actuales de estos campos, tanto en el contexto cubano como a escala internacional.

René Leyva Montaña, director general del CENTIS, reconoció que las tres décadas de trabajo de la institución han estado marcadas por la combinación de avances sostenidos y retos complejos. En ese sentido, subrayó que la misión principal del centro continúa siendo “aplicar las sustancias radiactivas, principalmente en el sector de la salud, para el bienestar del pueblo”.
En la actualidad, Cuba cuenta con dos instituciones productoras de radiofármacos. Una de ellas es el Centro de Isótopos, que celebra sus 30 años de fundado, y la otra es una instalación más reciente ubicada en el Hospital CIMEC, destinada a la producción de radiofármacos mediante tecnologías diseñadas para su uso directo en el entorno hospitalario. El CENTIS, en cambio, mantiene un perfil productivo y distributivo de alcance nacional.
Creado en 1988 y con sede principal inaugurada en 1995, el CENTIS comenzó desde sus inicios a desarrollar y fabricar radiofármacos únicos en el país, lo que lo convirtió en proveedor de todos los servicios de Medicina Nuclear del sistema nacional de salud. Sus productos se distribuyen a lo largo de todo el territorio nacional.
Los radiofármacos producidos por el centro tienen usos tanto diagnósticos como terapéuticos. Su aplicación principal se encuentra en la oncología, pero también se emplean en especialidades como la cardiología, la radiología y otras áreas médicas.
Hasta mediados de la década de 1990, la producción y el manejo de radionúclidos en Cuba estaban a cargo del Centro de Estudios Aplicados al Desarrollo Nuclear (CEADEN). Sin embargo, el impulso del sector biotecnológico nacional provocó un incremento significativo del inventario de sustancias radiactivas, lo que hizo imprescindible la creación de una entidad especializada.
“Pronto se reconoció que en las instalaciones existentes no era posible continuar el manejo de un inventario cada vez mayor de radionúclidos”, explicó Leyva Montaña. Esta decisión se consolidó con la construcción de un centro concebido como una entidad de ciclo completo, que integrara investigación, desarrollo, producción y comercialización.
Los primeros pasos del CENTIS coincidieron con el final de los años ochenta y el inicio de los noventa, un período de fuerte inversión estatal en la industria farmacéutica y biotecnológica cubana. La medicina nuclear fue entendida como un soporte esencial de ese desarrollo, y se identificó desde entonces la necesidad de garantizar soberanía e independencia en la producción de estos insumos estratégicos.

Con el respaldo del gobierno y el trabajo de un grupo de jóvenes profesionales, el proyecto se hizo realidad. Para quienes participaron desde el inicio, el proceso ha sido, además de exigente, profundamente gratificante, explicó Jorge Cruz Arencibia, Doctor en Ciencias Farmacéuticas y director de Desarrollo e Innovación del CENTIS.
La madurez técnica y organizativa alcanzada por el CENTIS se expresa en avances significativos acumulados a lo largo de los años. Entre ellos destacan la puesta en marcha de instalaciones a gran escala para la producción de Yodo-131 y generadores de Molibdeno-99/Tecnecio-99m, la creación de áreas limpias para formulaciones liofilizadas y el desarrollo de servicios especializados.

Toda esta labor se realiza bajo un estricto marco regulatorio. Las actividades del CENTIS cumplen tanto las normativas de seguridad nuclear —actualizadas con el nuevo Decreto-Ley 102/2025 “Sobre el uso de la energía nuclear y las radiaciones ionizantes”— como los requerimientos de la seguridad farmacéutica. Aunque los radiofármacos son medicamentos especiales, están sujetos a las mismas exigencias que cualquier otro fármaco destinado al uso humano.
Los principales beneficiarios de los productos del CENTIS son instituciones del nivel terciario de atención, entre ellas institutos y hospitales de alta especialización. Destaca el Instituto de Oncología y Radiobiología de La Habana, pionero en el uso de la medicina nuclear en Cuba y el que mayor número de pacientes atiende. También reciben estos radiofármacos el Hospital Hermanos Ameijeiras, el Instituto de Cardiología, el Hospital Oncológico de Santiago de Cuba, el Hospital Lenin de Holguín, el Oncológico de Camagüey, el Hospital Frank País y el Instituto de Neurocirugía, entre otros.
El CENTIS ha consolidado, además, una red de alianzas internacionales de alto valor estratégico. Instituciones de Hungría, Alemania, Bélgica y Rusia mantienen vínculos de colaboración con la entidad cubana, reconocida como un referente en América Latina no solo por la solidez de sus resultados científicos y productivos, sino también por su enfoque formativo.
A este componente de capacitación han accedido profesionales de diversas partes del mundo, lo que refuerza el prestigio y la proyección internacional de la institución. En este entramado de cooperación destaca el vínculo con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

“El OIEA ocupa un lugar señalado al financiar de manera sistemática proyectos, bien directamente o a través de los Arreglos Regionales Cooperativos para América Latina”, señaló Anais Prats Capote. Asimismo, instituciones nacionales, universidades, organismos reguladores y entidades del polo científico han sido actores clave en el progreso sostenido del centro.
Tras más de 30 años de labor, el CENTIS se proyecta hacia el futuro con objetivos claros. Su misión principal sigue siendo garantizar los servicios de medicina nuclear en el país, pero uno de los grandes desafíos es lograr que las exportaciones permitan cubrir los costos en divisas asociados a la producción nacional.
Aunque en los últimos años se han dado pasos importantes en este sentido, aún no se alcanza el equilibrio deseado. El objetivo a mediano plazo es que las exportaciones financien completamente los radiofármacos que necesita el país, de modo que Cuba no tenga que destinar divisas para ofrecer estos servicios a la población.
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