Cuba cuenta desde el 29 de septiembre con su primer documento oficial sobre agroecología: el Decreto no.128 de la Agroecología, que entrará en vigor el 29 de diciembre venidero, a los 90 días de su publicación en la Gaceta Oficial ordinario no.79 de 2025.

Según destacó Elizabeth Peña Turruellas, directora nacional de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar del Ministerio de la Agricultura, la aprobación de esta norma constituye una etapa legislativa superior, que acompaña la labor que desde hace años se realiza en Cuba en la transición agroecológica de fincas y otros escenarios destinados a la producción, procesamiento, comercialización y consumo de alimentos.

Al presentar el decreto, en conferencia de prensa, refirió que este tiene como basamento, entre otros, el Artículo 90 de la Constitución de la República que establece el deber de proteger los recursos naturales, la flora y la fauna, velar por la conservación de un medio ambiente sano; en tanto el artículo 77 reconoce el derecho de todas las personas tienen derecho a la alimentación sana y adecuada y señala que el Estado crea las condiciones para fortalecer la seguridad alimentaria de toda la población.

Por otra parte, los artículos 49, 87 y 88, regula los Sistemas Alimentarios Locales (SAL) como modelos sostenibles de producción sobre bases agroecológicas, y la promoción de la educación alimentaria y nutricional con enfoque agroecológico. Fomentar una agricultura sostenible sobre bases agroecológicas, que facilite innovaciones socio-tecnológicas sustentadas en sus principios y procesos, en aras de incrementar la eficiencia de los sistemas de producción, y potenciar el aprovechamiento de las distintas fuentes renovables de energía a nivel local, reducir las importaciones y contribuir a la repoblación rural.

Decreto por dentro

El decreto tiene como objeto establecer las regulaciones generales, principios y procesos para la aplicación de la agroecología, su promoción y facilitación; y sus objetivos son contribuir al fomento de una agricultura sostenible sobre bases agroecológicas, y estimular el asentamiento familiar en la zona rural, así como la incorporación, permanencia y estabilidad de la fuerza laboral del sector, en especial de jóvenes y mujeres, para contribuir, de forma gradual, a la repoblación rural.

El Decreto no.128/2025 contiene nueve capítulos y 40 artículos que abarcan desde la transformación y comercialización de productos obtenidos sobre bases agroecológicas, el servicio científico técnico, los oficios rurales y la infraestructura productiva a nivel local hasta el desarrollo de las comunidades rurales para el incremento de las producciones agroecológicas.

También incorpora elementos novedosos como los mecanismos económicos financieros, el sistema participativo de garantía agroecológica y la certificación participativa de garantia agroecológica del turismo agroecológico.

El decreto se aplicará a personas naturales y jurídicas vinculadas a los procesos de producción, transformación y comercialización de productos obtenido sobre bases agroecológicas, que tengan en cuenta los elementos como innovaciones que favorezcan las transformaciones socio económicas y tecnológicas, basadas en los principios y procesos de la agroecología; la reducción de las tierras improductivas y aumento de la eficiencia de los sistemas de producción; el empleo de las distintas fuentes renovables de energía; y la reducción de la dependencia de recursos externos.

Entre los principios que se sustenta la agroecología, Peña Turruellas mencionó la onservación de la vida rural y del patrimonio de la agricultura campesina; sostenibilidad económica, social y ambiental; no discriminación, igualdad y equidad; participación intersectorial, multiactoral e interdisciplinaria; sistematización de experiencias y diálogo de saberes; transformación de los agroecosistemas para facilitar sinergias y complementariedades; y sistemas justos y solidarios de comercialización.

Otros principios son las interacciones culturales entre las personas naturales y jurídicas productoras y consumidoras; manejo responsable y conservación de los recursos naturales; alimentación diversa, sana, nutritiva e inocua; gobernanza responsable, descentralizada y autónoma; transparencia, entendida como el acceso a información oportuna, veraz, contrastable, actualizada y comprensible sobre la producción, transformación y comercialización agroecológica y respeto a las tradiciones culturales.

Justo a tiempo

Según destacó la directiva, "por primera vez tenemos una política, un decreto que tiene entre lo más novedoso que vamos a lograr en primer lugar certificar fincas que hoy están haciendo agroecología en Cuba".
Hoy, afirmó, en el país existe sumada experiencia en estos procesos agroecológicos, que le pertenece y corresponde tener un decreto que realmente los regule, "pero que también estimule a seguir la agroecología, que es otra de las cosas que va a permitir a nosotros poder seguir estimulando y seguir sumando a campesinas y campesinos a los procesos agroecológicos, a partir de un sistema de bonificación y estimulación a estos productores".

Las representaciones de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (Actaf), la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA), el Instituto de Investigaciones en Agricultura Tropical Alejandro Humboldt destacaron la pertinencia de esta decreto, que reconoce años de accionar por incorporar las prácticas agroecológicas en la agricultura cubana y la importante contribución de científicos cubanos a impulsar la agroecología en el país. Sobre esa historia de la agroecología en el país, intervino el investigador Fernando Funes.

A su vez, se señaló que en ocasiones, seguidores de la agroecología que conocen de las experiencias cubanas se interesan por el marco normativo que lo ampara, por lo que el Decreto viene a llenar ese vacío y se enfatizó en la relevancia de la capacitación sobre el tema para darle vida al decreto y continuar impulsando la agroecología.

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