¿Cuáles serían los indicadores de biodiversidad más adecuados para el proyecto “Integración de la conservación de la biodiversidad y la mitigación del cambio climático en el desarrollo del turismo sostenible en Cuba”, conocido como Turismo Sostenible?
Para construirlos y actualizarlos participativamente intercambiaron especialistas del Instituto de Ecología y Sistemática (IES), el Instituto de Ciencias del Mar (Icimar), ubicados en La Habana; el Centro de Servicios Ambientales de Matanzas (CSAM), de la Agencia de Medio Ambiente, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), y del Centro de Investigaciones Marinas, de la Universidad de La Habana.
En una primera sesión del taller, se analizaron los indicadores de biodiversidad terrestre: jardinería, matorral, xeromorfo-costero, parches de bosque, playas-dunas, dinámica litoral, análisis espacial, lagunas costeras, mangle, reptiles y anfibios, aves, mariposas y crustáceos. Con posterioridad, se abordaron los indicadores para la biodiversidad marina: pastos, arrecifes y calidad del agua.
Según explicó Yariannis González Villalobos, especialista del IES y coordinadora del componente 2 del proyecto Turismo Sostenible, el encuentro está “en función de uno de los productos del componente 2 que es el desarrollo del sistema de monitoreo e indicadores diversidad, que serán los indicadores que permitirán monitorear esa implementación de las buenas prácticas en el proyecto".

Haciendo camino
González Villalobos recordó que al inicio del proyecto, que se enfoca en los cayos del norte de Ciego de Ávila y Varadero, se realizó un diagnóstico sobre la biodiversidad asociada a todos estos ecosistemas y en qué situación se encontraba, identificándose problemáticas, o sea buenas y malas práctica que se aplicaban en los hoteles y en áreas aledañas de los corredores turísticos y demás.
Identificadas estas prácticas, se devuelven a los hoteleros en encuentros con los directivos de cada uno de las 16 instalaciones donde se ha trabajado, a loa que se sumaron otras dos, en Matanzas.
Con posterioridad, abundó, se da un seguimiento a cuáles buenas prácticas fueron implementando, para en el plazo de un año o año y medio, retomar el monitoreo de biodiversidad, tomando como línea base el primer diagnóstico. "Estaríamos implementando estos indicadores que hoy estamos debatiendo, cuáles serían los más viables a evaluar para poder identificar cómo esos ecosistemas se van recuperando en función de la aplicación de las buenas prácticas", indicó.
En la construcción de esos indicadores, dijo la joven, se ha tratado de "aterrizar" a indicadores que puedan ser aplicados por los especialistas en las áreas, pero también por el jardinero, que pueda ser aplicado por el trabajador diario del hotel o una persona que tenga una preparación".
Para ello, el proyecto asumiría la primera parte de esa preparación con especialistas y expertos del proyecto, para capacitar a un grupo de personas en las áreas, que serían quienes después seguirían monitoreando para mantener la sostenibilidad de esas acciones, una vez concluya el proyecto, previsto en 2028, a partir de la creación de capacidades en los territorios.
Apuesta por las buenas prácticas
De acuerdo con la especialista del IES, se trata de desarrollar prácticas en función de proteger lo que se está explotando, porque "si tenemos un turismo expansivo…sin una práctica que mantenga ese ecosistema viable, al final nos quedamos sin el ecosistema", por lo que "estamos tratando de que ese turismo vaya hacia la sostenibilidad, logrando que esa biodiversidad se mantenga con buenas prácticas".
Entre estas citó las buenas experiencias en la jardinería, con la eliminación de especies exóticas y la incorporación de nativas, con avances en las exóticas invasoras.
"Este es un tema muy importante en nuestro proyecto y que ha llamado muchísimo la atención, sobre todo en capacitaciones a jardineros, especialistas de viveros, de trabajadores por cuenta propia (TCP) que se han incorporado a nuestras cursos de jardinería de exóticas invasoras y otros temas".

Unidad y ciencia por un turismo sostenible
El proyecto Turismo Sostenible comenzó desde 2023, con cinco componentes: el primero, coordinado por el Ministerio de Turismo, está encaminado al fortalecimiento de capacidades institucionales y el marco legislativo que dejará el proyecto en normativas y que desarrolle un plan integral en el cual se van insertando todos los resultados.
El componente número 2, señaló, incluye "la parte de biodiversidad y todas aquellas buenas prácticas que se están incentivando desarrollar en el sector turístico, mientras el 3 va encaminado a la mitigación del cambio climático con temas como el energético, cambio de la matriz energética, incorporación de energías limpias, paneles solares e inversiones para lograr ese cambio".
El componente 4 integra la parte de comunicación y la gestión del conocimiento, en tanto, el componente 5 se enfoca en el monitoreo y la evaluación, dirigido a la salvaguardas ambientales y sociales y el plan de acción de equidad de género.
Turismo sostenible El proyecto es implementado por el Instituto de Ecología y Sistemática (IES) de la Agencia de Medio Ambiente (AMA), con el acompañamiento del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Cuenta además con el apoyo financiero del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés). Se involucran también varias instituciones nacionales y territoriales como las universidades de Ciego de Ávila y Matanzas, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), y el sistema forestal del Ministerio de la Agricultura, entre otros |
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