Al primer taller llegaron, en su mayoría, temerosas y silenciosas, pero siempre con expectativas y esperanza. El año 2024 se acercaba a su fin y ante sus ojos aparecía un nuevo proyecto que había pensado en Guanabacoa, algunos de sus espacios agropecuarios y en ellas, mujeres vinculadas al sector.
El proyecto Impulsar la transición ecológica en La Habana para garantizar la seguridad alimentaria, la sostenibilidad de las formas de vida y la diversidad de ecosistemas (Transición agroecológica), llegó a Guanabacoa a cambiar muchas cosas.
Se propuso impactar en fincas seleccionadas y, sobre todo, en su gente, con una mirada especial hacia las mujeres. Pasado menos de dos años, muestra que ha conseguido cambiar ciertas cosas: no solo cómo se perciben las mujeres, sino también cómo dejaron atrás algunos de aquellos temores y miedos, cómo hoy los hombres de su entorno próximo las miran de forma diferente y hasta actúan de un modo equilibrado en ciertos espacios domésticos.

Pero hay más
En el camino del proyecto, ante una necesidad que arrojaron los estudios, se decidió darle mayor fuerza a la temática de género que, unida a las materias propiamente de negocios, sacaron a la luz sueños, aspiraciones y proyectos antes nunca compartidos.
En reciente taller de sistematización de las actividades de género del proyecto, Susana Palazón del Proyecto de Desarrollo Local (PDL) Innova Aché, de Guanabacoa, que condujo los talleres sobre género y negocios, recordó las expectativas de los inicios: conocer más sobre género para el desarrollo personal y lograr logros económicos, cambiar la visión que existe de estereotipos que afectan tanto a las mujeres como a los hombres, aprender para incorporar el género en la gestión climática, poner énfasis en el empoderamiento de la mujer en el mundo de los negocios y socializar e intercambiar experiencias para tener más reconocimiento familiar y social, entre otros.
Las emprendedoras, definió, “son mujeres que con iniciativa, innovación y resiliencia, crean negocios o proyectos que generan valor económico, social o cultural, rompiendo barreras de género y contribuyendo al desarrollo de sus comunidades. Son actores de cambio que, con creatividad y determinación construyen soluciones disruptivas, mientras desafían estereotipos y pavimentan caminos hacia la equidad y el progreso colectivo”.
Con los talleres, llegaron algunas palabras nunca antes escuchadas. Lisbeth Cárdenas, también de Innova Aché, hizo un recorrido por algunos de los temas abordados en las acciones formativas: plan de negocios, modelo Canvas –una herramienta de planificación estratégica para el desarrollo de nuevos modelos de negocios-, costos, rentabilidad y marcas, entre otros.
En la experiencia que les permitió soñar, pero poniendo los pies en la tierra, trabajaron en grupos, reflexionaron y construyeron participativamente, sostuvieron encuentros con proyectos de éxito en La Habana y Mayabeque, hicieron visitas de campo, entre otras actividades.
De esos encuentros surgieron algunas ideas que constituyen hoy proyectos que, tras su formulación definitiva, se presentarán al Consejo de la Administración para su evaluación como PDL: Las Cabritas, La Simiente, Agrovida, Los Gallegos y la línea de alimento para mascotas de Bacoretto.

Algo más que soñar
En el taller se sistematización de la iniciativa que implementa la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA) en La Habana y las contrapartes internacionales Movimiento por la Paz (MPDL) y Justicia Alimentaria (JA), con financiamiento de la Generalitat Valenciana, beneficiarias expusieron cómo transitar del sueño a los proyectos.
Anna Mairilys Darias Viciedo, de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Cinco Palmas, explicó que AgroVida se propone un modelo integral de agroecoturismo basado en el cooperativismo, que promueva la sostenibilidad ambiental, la inclusión social y el empoderamiento femenino, a través de experiencias educativas, productivas y turísticas, vinculadas a la biodiversidad y la transición ecológica.
Con Los Gallegos, Danay Alfonso Fonseca apuesta por maximizar la producción de huevos mediante genética seleccionada, manejo adecuado y nutrición óptima, asegurar huevos con estándares superiores y cumplir con normativas sanitarias y optimizar la conversión alimentaria (kilogramo de alimento/kilogramo de huevo) para reducir costos, entre otros.
En el caso de la Yamira Muñoz Creach y Betsy Ramos Rodríguez, de la finca Ananda, del proyecto Bacoretto, dedicado a la elaboración de harinas libres de gluten, a partir de materias primas como yuca, plátano y coco, se proponen iniciar una línea de alimentos para mascotas y lograr la integración con otros espacios productivos de su entorno y con emprendimientos dedicados a la comercialización de sus producciones y a la formación sobre alimentación para dueños de animales afectivos.
La Simiente se dedicará a la producción y comercialización de posturas, mientras que Las Cabritas se concentrará en la cría de cabras para la producción de leche y sus derivados.
En el taller, representantes de las contrapartes españolas, la ACPA, la Dirección de Desarrollo Local de Guanabacoa y el resto de las personas beneficiarias participantes expresaron satisfacción y orgullo por el crecimiento personal que experimentaron esas mujeres emprendedoras, que supieron aprovechar al máximo lo aprendido, como parte de un camino que apenas comienzan, pues a partir de ahora tendrán que materializar esos proyectos.

Lo que dijeron las encuestas
Según explicó Vivian Leiva, directora del proyecto y vicepresidenta de la ACPA en la capital cubana, a modo de verificación se realizaron encuestas para medir el impacto de las acciones formativas sobre género durante el proyecto.
Los resultados arrojaron que el 62,5% de las personas encuestadas consideraron que los nuevos planes de negocios diseñados en su entidad promueven la equidad de género (contratación equitativa, liderazgo femenino).
Por otra parte, el 94,1% consideró que el proceso de formación recibido en los Talleres de Género y Planes de Negocios ha favorecido la articulación o cooperación entre los participantes (hombres y mujeres) sin exclusión, mientras que el 93,3% opinó que el proceso de formación recibido en los talleres ha favorecido el empoderamiento femenino.
De acuerdo con las conclusiones de las encuestas, aun cuando existen opiniones divergentes en cuanto algunos aspectos encuestados -algo totalmente válido-, la inmensa mayoría de la personas reconocen los aportes de los procesos de capacitación en temas de género y planes de negocios para llevar a cabo sus emprendimientos y negocios.
Esto, se consideró, constituye una fortaleza del proyecto porque visibiliza las capacidades adquiridas y permite también conocer cuáles aspectos requieren mayor profundización y atención de cara al futuro en el seguimiento del ciclo del proyecto.
Algunos criterios
Como los asuntos de género no son solo de mujeres, sino de mujeres y hombres, para avanzar juntos hacia la equidad, como sostuvo la facilitadora de género Dilcia García, en el intercambio participaron algunos productores. Fueron valiosas sus visiones y recomendaciones.
Ernesto Rebollar, de la finca Homenaje, por ejemplo, se refirió a la necesidad de prepararse y estudiar siempre y profundizar en los temas de género y agroecología, incluso, reiteró su propuesta de crear una “familia agroecológica en Guanabacoa”, a partir de la diversidad de formas productivas a las que llega el proyecto.
Jesús Reyes, de MPDL, reconoció el trabajo realizado y destacó que el objetivo de este proyecto se ha cumplido más que con creces, con el apoyo de su organización, con Justicia Alimentaria y sobre todo, con ACPA, a proyectos que ya las emprendedoras tienen en la mente.
“Un día nos vamos MPDL y JA, pero vosotros ya tenéis todas las herramientas y las capacidades para seguir vuestros proyectos personales más que de sobras”, dijo Reyes y las convocó a apoyarse unas a otras y trabajar de forma conjunta.
Para Marina Echave, de Justicia Alimentaria, el resultado del proyecto “es un soplo de esperanza y de ilusión; las cosas se hacen con amor o no se hacen y creo que Innova Aché y ACPA han trabajado muy duro con este proyecto para ir plantando las semillitas, para abrir un camino feminista” con “personas que defienden un mundo en equidad de género y en igualdad”, lo que “da muchísima esperanza para seguir”.
"Nosotros no podemos ver el tema separado de otros temas, entre ellos, el género y la equidad, la agroecología es la persona como centro. Como organización muy humana, para ACPA tener a la persona como centro significa tener como centro a la mujer porque ha sido siempre la menos favorecida", consideró Aurelia Castellanos, presidenta de la filial de la ACPA en La Habana.
En opinión de Francisco Cárdenas, de Innova Aché, en el curso del proyecto destacó la solidaridad y la disposición de quienes participan de compartir semillas, experiencias, recomendaciones y ayudas. “En estos proyectos hemos tratado de potenciar modelos de negocios cooperativos, una visión fundamental en un mundo donde la cooperación muchas veces parece intrascendente…si queremos transitar hacia un mundo mejor para todos, para todas las formas de vida, tenemos que cooperar y trabajar de conjunto, sin dejar nunca de ser humildes”.
Desde la Dirección de Desarrollo Local de Guanabacoa, Bárbara Zamora Castañeda señaló que a partir de un proyecto madre como es el de ACPA han salido un grupo de iniciativas que van a enriquecer el desarrollo del municipio; mientras que María Caridad Fortún Torres, de la delegación municipal del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, convocó a dar a conocer más las iniciativas que se están desarrollando.
Uno de los saldos de esta iniciativa, coincidieron los participantes, es la sinergia, familiaridad y espíritu de cooperación creados, con lazos que tributarían a impulsar las iniciativas surgidas en el proceso.
Ahora, destacó Palazón, queda multiplicar hacia el futuro para tributar al desarrollo personal y colectivo.
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