Un aula inteligente y una biofábrica quedaron inauguradas el 15 de enero, Día de la Ciencia Cubana, en instalaciones de la antigua Estación Agronómica de Santiago de las Vegas, hoy Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical Alejandro de Humboldt (Inifat).
Esas dos obras, que fortalecen las capacidades del Inifat y deben impactar positivamente el escenario productivo, son resultado de la colaboración internacional, implementados por la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
¿Aula inteligente?
Tras bordear el patio central, en uno de los laterales del edificio, un saló acoge al aula inteligente: computadoras, conexión para sesiones presenciales y virtuales, son algunas de las facilidades.
La idea del aula inteligente surgió con la de fortalecer capacidades en todo el país y hacerlo no solamente de forma presencial, sino también virtual, explicó Grisel Tejeda González, la coordinadora nacional del proyecto POSAS (Fortalecimiento de políticas para la Seguridad Alimentaria Sostenible en Cuba), que pertenece al Programa País Apoyo estratégico a la seguridad alimentaria sostenible en Cuba (SAS Cuba), financiado por la Unión Europea e implementado por FAO.
De esta manera, agregó, queremos llegar a todos los municipios del país y apoyar la implementación de la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN). “A partir de la covid, hay muchas actividades que se requiere hacerlas de forma virtual y estas aulas tienen una tecnología que va a garantizar un nivel y una interactividad entre el profesor y los estudiantes y potenciar todo el fortalecimiento de capacidades en todas las temáticas asociadas a la ley”.
La ley SAN tiene temáticas importantes que están acompañadas de procesos de formación de capacidades, entre ellas, las más nuevas, pérdidas y desperdicios, políticas territoriales, planes municipales, gobernanza municipal de los sistema alimentarios locales. “Todos estos temas que son emergentes y necesarios se van a potenciar a partir de estas aulas”, destacó.

Junto a la recién estrenada aula de La Habana y otra en Mayabeque, han sido fortalecidas las aulas de los municipios del proyecto POSAS, tres en Villa Clara (Santa Clara, Placetas y Remedios) e igual número en Sancti Spíritus (Yaguajay, Sancti Spíritus y Taguasco).
Pedro Pablo Rodríguez, consultor de FAO, destacó la importancia de inaugurar el aula en el Día de la Ciencia Cubana y enfatizó que la “acción de fomentar aulas de capacitación con tecnologías y herramientas avanzadas sin dudas contribuirá al fortalecimiento de las capacidades de los actores territoriales para elaborar, aplicar, evaluar estrategias, políticas, marcos regulatorios para la gestión y la gobernanza de los sistemas agroalimentarios locales”.
La fábrica de las vitroplantas
Para la biofábrica, no podía haberse escogido lugar mejor: el Inifat, uno de los más importantes y representativos institutos de ciencias aplicadas a la agricultura tropical, con un fuerte vínculo con Italia, a partir del trabajo que los científicos Carlo Calvino y Eva Mameli realizaron en la Estación Experimental a principio del siglo pasado y donde nació en el 1923, Italo Calvino, uno de los más reconocidos y relevantes escritores y poetas de la literatura italiana, dijo en la inauguración el director de la AICS, Antonio Festa.
Según dijo, esta institución “es un actor fundamental en la implementación de los proyectos financiados por el gobierno de Italia con el objetivo de generar conocimientos y crear capacidades para mejorar la soberanía y seguridad alimentaria y promover la adaptación de los cultivos a las afectaciones del cambio climático”.
Al respecto, destacó que el Inifat colabora con la AICS, pero también con otros actores del sistema Italia, como son las organizaciones de la sociedad civil y, recientemente, ha establecido vínculos con empresas italianas interesadas en invertir en el sector en Cuba.
Este laboratorio para el cual la AICS destinó un financiamiento de alrededor de 100 000 euros, es una de las acciones del proyecto Autoabastecimiento alimentario y desarrollo de iniciativas económicas sostenibles en La Habana (HAB.AMA), coordinado por el Instituto de Investigaciones en Fruticultura Tropical con socios colaboradores como el Ministerio de la Agricultura, el Grupo Empresarial Agrícola (GAG) y el Instituto de Investigaciones de la Industria Alimentaria.
“Desde nuestra agencia es un placer inmenso poder inaugurar la biofábrica, constatando que el equipamiento adquirido ha permitido al Inifat iniciar la fabricación de plántulas de plátano y papas, aumentando de esta forma la disponibilidad de este material genético para su explotación en función de la producción de alimentos”, destacó el director de la AICS.
En lo adelante, con un equipamiento específico, actualmente en proceso de contratación, se introducirá la embriogénesis somática, una técnica más eficiente para la propagación de plantas. Por otra parte, se gestiona la participación del ente público italiano Acqua Campus con el propósito de dotar el área de adaptación de las plántulas con un sistema de riego de precisión.

“Estos logros alimentan a la vez nuestra motivación para seguir apoyando el sistema de la agricultura de Cuba”, concluyó Festa.
De acuerdo con Yaisely Hernández Fernández, investigadora auxiliar el Inifat, la biofábrica, primera de su tipo en La Habana, dará empleo a 15 personas y tiene capacidad para producir 500 000 vitroplantas con alto valor genético y fitosanitario. “El laboratorio surge para contribuir a dar solución a la necesidad de suplir el déficit de semillas de calidad en la capital”, explicó.
Con la aplicación de técnicas biotecnológicas se convierte en una alternativa por la cual se puede obtener material genético de propagación de muy alta calidad. “Con la biofábrica se espera atender al sector productivo, principalmente, los vinculados al proyecto internacional HAB.AMA, que alcanza cinco municipios de la capital: Boyeros, La Habana del Este, Arroyo Naranjo, Guanabacoa y Cotorro”, señaló.

De acuerdo con Guillermo Almenares Garlobo, director del Inifat, la biofábrica se inaugura ya produciendo y el próximo paso será la entrada del equipamiento para la embriogénesis somática y nos queda seguir creciendo en áreas de adaptación -insuficiente para la capacidad de producción total a la que se aspira-, en lo cual está apoyando el GAG, para que no se convierta en un cuello de botella.
“Ya iniciamos una primera producción, gracias al acompañamiento técnico de la biofábrica de semillas de San José de las Lajas, del GAG, con dos especies: plátano y papa”, señaló Yaiselys Hernández, quien agregó que en lo adelante incursionarían en otras viandas, frutales y plantas proteicas y medicinales.
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Saludos, la ciencia como sistema de conocimientos organizados debe de organizarse desde las necesidades hasta las satisfacciones del pueblo como consumidor. En estos tiempos de mucho descontrol se ve que; mucha inversión estatal en diversas actividades con prioridad, preparación de personal y adquisición de tecnología, para al final nuestros productos caigan en manos inescrupulosas que lucran con el bolsillo de la población aprovechando el descontrol y la tolerancia de las autoridades. He aquí donde "nuestra ciencia deja de ser eficiente", para ser fuente de enriquecimiento de una nueva clase de delincuencia.Ademas el considerable éxodo de personal preparado por años para " mejores lugares", sin haber un control responsable de las administraciones. En resumen, una inversión durante años en nuestra ciencia, perdida por el descontrol y la tolerancia a lo mal hecho.