El grupo empresarial BioCubaFarma se consolida como una institución imprescindible para el desarrollo y las previsiones para 2024 son de un crecimiento en el número de entidades a alrededor de 50 y extender su experiencia a naciones como China, Turquía y Australia.

A sus casi 11 años de fundado en La Habana, con sede central en el municipio de Boyeros, agrupa 46 empresas: 33 en suelo cubano y 13 en el exterior,  y centra sus empeños actualmente en 121 líneas de producción, tanto en el territorio nacional como en el exterior, lo cual permite la existencia de unos mil medicamentos y productos biofarmacéuticos relacionados con la fermentación de bacterias, levadura, síntesis química y de péptidos, y la creación de cremas y ungüentos, especificó su presidente, Eduardo Martínez Díaz, en el espacio radio televisivo Mesa Redonda.

De los más de 790 medicamentos que ese grupo empresarial genera en suelo cubano, 383 cubren el cuadro básico, aunque buena parte de ellos se encuentran en falta desde 2019 y pese a la inestabilidad en su producción, generada por la escasez de materias primas y la parada de las plantas por roturas o mantenimientos, la tendencia es al incremento en los próximos meses, aseguró Martínez Díaz.

Otras causas inciden directamente en la ausencia de medicamentos en instalaciones hospitalarias y farmacias, como el bloqueo económico, comercial y financiero que impone el Gobierno de EE. UU. y la inclusión de Cuba en la espuria y unilateral lista estadounidense de países patrocinadores del terrorismo, lo que rompe los ciclos de aprovisionamiento por problemas de financiamiento y también se afecta la distribución por la tensa situación económica que atraviesa la nación antillana.

No obstante, explicó que BioCubaFarma apuesta por incrementar el ingreso de divisas al país y, al mismo tiempo, emplearlas en la adquisición de las materias primas para sus productos, lo que repercute de manera positiva en el avance económico cubano y en las mejoras salariales y de las condiciones de vida del personal científico.

Si bien la cartera comercial de esa industria biofarmaceútica alcanza alrededor de 300 productos que se exportan, su presidente aclaró que ningún producto que falte en el sistema cubano de salud se comercializa en otros países.

Esa actividad, con más de 60 naciones, ha permitido no solo la internacionalización de sus medicamentos, sino la transferencia de tecnologías y el intercambio del conocimiento entre expertos, que tiene un valor intangible. BioCubaFarma trabaja, además, en su plan de desarrollo hasta 2030 y pretende extenderse en el tiempo, si de investigaciones científicas se trata.

Además del incremento de las ventas y las exportaciones, sus más de 20 mil trabajadores se encuentran en función de invertir en infraestructuras novedosas para las plantas de producción, como sucedió recientemente en la Planta de inyectables de la Empresa 8 de Marzo, significó.

Laboran intensamente en las vacunas contra el neumococo, en la NeuroEpo contra el Alzheimer y en diferentes productos para prevenir el cáncer, como el cérvico uterino, por solo mencionar algunos casos.

Enfatizó en la importancia de mantener los vínculos universidad-empresa, pues los centros académicos son una excelente cantera para aportar experiencias al trabajo de la industria biotecnológica en Cuba, como sucedió durante el enfrentamiento a la pandemia de COVID-19.

Insistió en la atención a los jóvenes que hoy integran la plantilla laboral de esos espacios, en su superación y para que se sientan realizados y construyan sus planes de vida.

El Grupo Empresarial BioCubaFarma se creó el 27 de noviembre de 2012 por disposición del Consejo de Ministros de la República de Cuba.

(Tomado de Radio Ciudad de La Habana)

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