El 1ro de julio de 1965 se funda en la Ciudad de La Habana el Centro Nacional de Investigaciones Científicas, CNIC, desde entonces denominado también el padre de las ciencias en Cuba.
La institución tendrá como misión desde entonces resolver con calidad y rigor científico problemas biomédicos y tecnológicos de importancia económica- social del país y fomentar productos científicos de avanzada en correspondencia con el desarrollo nacional y la capacidad competitiva en el mercado internacional, promoviendo la investigación, producción y comercialización de productos.
Sus trabajadores laboran incansablemente, a ciclo completo, con eficacia y científicidad para solucionar problemas biomédicos y tecnológicos y al mismo tiempo lograr ubicar de forma competitiva sus productos en otras naciones del mundo.
Durante más de de cinco décadas ha formado especialistas vinculados a las biociencias, relacionados con el despegue del desarrollo de anticuerpos monoclonales de empleo humano y también en las plantas. Ello se ha extendido a diversidad de centros instituidos a lo largo y ancho del territorio.
Por la visión de futuro del máximo líder de la Revolución Fidel Castro fueron multiplicandose estas entidades que tributan al desarrollo del conocimiento científico. Actualmente existen varias en el país; por solo mencionar algunas; Centro Nacional de Sanidad Vegetal, CENSA, Centro Nacional de Biopreparados,BIOCEN, el de Química Farmaceútica, entre muchos otros que contribuyen de manera encadenada a satisfacer necesidades de la Salud humana, animal y de las plantas.
La abnegada labor de los científicos cubanos durante la epidemia de COVID-19 permitió la contención del virus con la producción de varias vacunas, a pesar de los escasos recursos ante el perenne y criminal bloqueo económico, comercial y financiero de Washington el cual incluso ante la emergencia sanitaria durante la presencia de la epidemia continuó obstaculizando la entrega de insumos, oxigeno y tecnologías para diagnósticos y medicamentos.
El CNIC viene encaminando su trabajo al desarrollo de las ciencias naturales, biomédicas y tecnológicas. Entre sus logros se ubican productos para tratamiento de enfermedades, diagnóstico bioquímico y molecular para enfermedades heredo metabólicas, método quimioluminiscente para evaluar capacidad fagocítica y de opsonización, y matrices poliméricas, etc.
De igual manera realizan estudios científicos basados en el uso de fuentes radiactivas, análisis fluorescentes, de equipos rayos x, esencialmente en medicamentos, plantas, productos biomateriales, equipos, micro propagación por cultivos de tejidos, genética molecular e ingeniería genética, entre otras investigaciones.
Así mismo se destacan en la búsqueda de tecnologías para la fabricación de equipos médicos de última generación, empleo de la tecnología láser en cirugía, equipamientos médicos para el diagnóstico de enfermedades y microbianos, así como en técnicas para el tratamiento de agua.
Sin embargo, continúa siendo significativo su rol en la formación de personal calificado en estas ciencias, Han capacitado decenas de jóvenes vinculados con las biociencias que hoy están realizando sustanciales labores en diferentes sectores de la biotecnología, el Sistema Nacional de Salud y Educación del país.
Entre otros servicios, el CNIC brinda ozono a instituciones hospitalarias, además de aportar medios técnicos para validar productos potenciales para su comercialización en el exterior. Entre estos se encuentran; el Atemorixol, Neurónica, Medicid, Ozomed, Antiteofilina, y otros reconocidos por su demanda y los beneficios que ofrecen.
Uno de los sectores más prestigiosos en Cuba por sus loables resultados es el científico. Fidel de manera temprana expresó que “El futuro de nuestra patria tiene que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia, tiene que ser un futuro de hombres de pensamiento, ...”
Y luego de ese vaticinio fueron surgiendo los denominados polos científicos y los posteriores encadenamientos productivos que vienen demostrando la valía de las ideas del Comandante en Jefe.
Los cubanos siguen creando vacunas, novedosos tratamientos y medicamentos. Y con el espíritu de solidaridad que caracteriza a la Revolución comparten sus conocimientos y experiencias con expertos de otras latitudes, y particularmente con los pueblos más necesitados del mundo.
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Estimulan a científicos por resultados de sus investigaciones