El máximo líder de la Revolución Cubana Fidel Castro fue el artífice del surgimiento del Polo Científico y su extensión desde su embrión en la capital del país, hacia otras provincias.

La principal fortaleza de esta iniciativa resultó ser el encadenamiento de instituciones científicas con especialistas y técnicos altamente calificados y capaces de afrontar colosales desafíos como los que atraviesa el mundo actual y particularmente la nación caribeña, luego del recrudecimiento del bloqueo impuesto por Washington desde hace más de seis décadas. Y reforzado criminalmente durante la pandemia de COVID-19 en un complejo escenario sanitario nacional, e internacional.

La idea tuvo desde sus inicios el noble y humano propósito de desplegar un amplio proceso de investigación e innovación orientado a la creación de avanzados tratamientos para disímiles dolencias, medicamentos y vacunas en función de la salud del pueblo, y en pos de contribuir al impulso del progreso económico-social de la Mayor de las Antillas.

Cuba cuenta hoy con miles de hombres y mujeres dedicados plenamente a esta ardua misión, la inmensa mayoría jóvenes graduados en centros educativos de nivel medio y superior, los cuales junto a experimentados profesionales siguen obteniendo importantes resultados que tributan a la calidad de vida de los ciudadanos y también a brindar ayuda solidaria a otras tierras hermanas que lo han precisado.

Por la inventiva de los científicos cubanos fueron creados varios candidatos vacúnales y vacunas contra el mayor flagelo del siglo, la pandemia de COVID-19.

A pesar del perenne acoso y la persecución económica-financiera y comercial de EE.UU, los gigantes de la Ciencia cubana siguen creciéndose. Con ilimitada entrega y sacrificio enfrentaron presiones y grandes retos agudizados por la estrategia genocida imperial que de forma oportunista previó en este complejo contexto, buscar mayor sufrimiento y precariedad para la población.

Y aunque mucho trecho queda por andar en el camino hacia la sostenibilidad económica, los resultados que van obteniéndose en este frente son muy alentadores y apostan también al modelo de actualización económico de la Isla.

Fidel avizoró que Cuba sería un país de hombres de ciencias, y luego de varias décadas de ese pronunciamiento, a lo largo y ancho del territorio nacional se han erigido baluartes científicos que son también bastiones de la Revolución.

Todos los científicos del país reciban en el “Día de la Ciencia Cubana” el reconocimiento y la gratitud de su pueblo y también de amigos solidarios del mundo, ante el valor, la abnegación y el profundo patriotismo demostrado en estos años de resistencia y decisión de vencer.

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El gran salto de la Ciencia cubana