Cuba despliega un plan nacional tendente a mejorar las decisiones en el sector de la Refrigeración y la Climatización, en estrecho vínculo con la política energética del país y su efecto en la protección de la capa de ozono y la mitigación al cambio climático.
Su implementación tiene como meta estratégica introducir tecnologías de alta eficiencia energética y promover el uso de refrigerantes naturales, en especial Hidrocarburos y Amoniaco.
Igualmente, se centra en la eliminación de los Hidroclorofluorocarbonos (HCFC) y la reducción dentro de los planes futuros de los Hidrofluorocarbonos (HFC), a la par de mitigar el cambio climático y propiciar iniciativas de eficiencia.
Al abordar particularidades del denominado Plan Nacional de Enfriamiento, la especialista de Comunicación en CUBAENERGIA, Helen Rodríguez, recordó que los sistemas de refrigeración y aire acondicionado (RAC) utilizan sustancias refrigerantes sintéticas como los Clorofluorocarbonos (CFC), los HCFC y los HFC, lo cual ha demostrado un impacto negativo en la naturaleza por su efecto destructor de la capa de ozono, así como en el calentamiento global cuando son liberadas a la atmósfera.
“No olvidemos que para el funcionamiento de dichos sistemas se requieren grandes cantidades de electricidad, generada en su mayoría a partir de combustibles fósiles, con altas emisiones de dióxido de carbono. Como en muchos países en desarrollo, en Cuba la demanda de los sistemas RAC es creciente, además de ser amplia y abarcar todos los subsectores; su aplicación es vital en actividades económicas y sociales de gran importancia para el país como la Salud, en el procesamiento y conservación de alimentos, el Turismo, la Industria Biotecnológica y el desarrollo industrial.
Agregó que el número de hoteles es alto, el sector biotecnológico está en ascenso, así como los proyectos de desarrollo en la Zona Especial del Mariel, sin desconocer la necesidad del mejoramiento tecnológico de la industria alimenticia y de aumentar la capacidad de almacenamiento.
“Todo indica que el uso de los sistemas y equipos RAC crecerá en un futuro próximo”, señaló, tras indicar que la nación antillana se sumó a los esfuerzos de la comunidad internacional para proteger la capa de ozono con la firma del Protocolo de Montreal en 1992 y que con la ratificación del Acuerdo de París y la revalidación de la Enmienda de Kigali en el 2019, el gobierno cubano se comprometió decisivamente a la reducción de la emisión de Gases Efecto Invernadero (GEI) y la gradual eliminación de los HFC.
El sector de la refrigeración y el aire acondicionado es responsable de la mayor parte del consumo de electricidad, con una alta demanda para satisfacer necesidades de las personas en actividades del Comercio, Turismo, el sector de la Salud y la Alimentaria, así como de consumo en hogares.
El Plan Nacional de Enfriamiento tiene el potencial de promover los objetivos acordados internacionalmente del Acuerdo Climático de París los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Enmienda de Kigali del Protocolo de Montreal.
En el diseño de un programa participativo de este alcance figuró la Oficina Técnica de Ozono de CUBAENERGIA, de conjunto con Organismos de la Administración Central del Estado como el Ministerio de Comercio Interior (MINCIN), la Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energía (ONURE) y el Instituto de Refrigeración y Climatización (IRC), además de la Universidad Tecnológica de La Habana (CUJAE), entre otros.
Igual se contó con la asistencia técnica y financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Programa de Enfriamiento de Kigali (K-CEP).
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