El Centro de Inmunoensayo (CIE) desarrolló, en apenas seis semanas, un novedoso sistema para el diagnóstico de la COVID-19 basado en la tecnología SUMA (Sistema Ultramicroanálitico), según reporta el diario Granma.

Denominado Umelisa SARS COV-2 IgG, el diagnosticador muestra indicadores favorables de sensibilidad y especificidad y fue obtenido por un colectivo de investigadores de esa entidad perteneciente al grupo empresarial BioCubaFarma, integrado por la doctora en Ciencias Irinia Valdivia Álvarez y los máster en Ciencias Aurora Delahanty Fernández, Darien Ortega León y Ariel Palenzuela Díaz, con la colaboración del Ministerio de Salud Pública y del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB).

Los especialistas encargados de su desarrollo tienen una amplia experiencia en la estandarización y producción de ensayos para la detección de enfermedades infecciosas, según explicó a Granma la máster en Ciencias Niurka Margarita Carlos Pias, directora del CIE, y han participado en la creación e introducción en Cuba de pruebas para la detección de Hepatitis-C y diferentes marcadores de la Hepatitis-B, Dengue y VIH, las que sustentan los programas nacionales de certificación de sangre y vigilancia epidemiológica.

El Umelisa SARS CoV-2 IgG es un ensayo capaz de detectar anticuerpos tipo IgG en muestras de suero o plasma. Para ello, emplea péptidos sintéticos de regiones inmunodominantes del virus (segmentos de las proteínas del virus sobre los cuales se desarrolla la respuesta inmune de la persona infectada).

El sistema tiene la ventaja de poder aplicarse en pesquisajes masivos de la COVID-19, unido a los resultados de otras pruebas de laboratorio, además de poder emprender estudios epidemiológicos dirigidos a conocer el grado de exposición al virus que ha tenido determinado grupo poblacional.

El nuevo ensayo utiliza plasma, por tanto, requiere realizar una extracción de sangre; demora alrededor de dos horas para obtener el resultado, y con cada placa se pueden estudiar decenas de personas de una sola vez, buscando la presencia de anticuerpos contra el nuevo coronavirus.
Se recomienda su uso a partir del séptimo día de inicio de los síntomas; no requiere de ninguna preparación previa del paciente y los resultados se validan, procesan y expresan de manera automatizada.

Carlos Pias subrayó, además, que existe capacidad productiva para satisfacer la demanda del sistema nacional de Salud y extender su empleo a todas las provincias. “Es de suma importancia para el país poder contar con una prueba cubana con soberanía tecnológica, que disminuye los costos y puede realizarse en la amplia red de laboratorios de la tecnología suma existente en la nación.

La tecnología SUMA también ha sido clave en el diagnóstico precoz del hipotiroidismo congénito a todos los infantes cubanos nacidos después de 1986, añade el diario Granma, así como en los programas de vigilancia epidemiológica, la certificación de sangre y órganos para trasplantes, además del control de enfermedades crónicas como la diabetes mellitus, el cáncer y la enfermedad renal crónica, entre otras.

De manera especial, ha contribuido a la reducción sostenida de la tasa de mortalidad infantil, al control de la transmisión de la hepatitis B y C, el VIH y del dengue. Igualmente, resultó decisiva para que Cuba fuera declarada en 2015 libre de la transmisión materno-infantil del VIH y la sífilis congénita.