Los bosques cubren un tercio de la superficie terrestre del planeta y su protección es fundamental para la vida de sus habitantes. Sepa que alrededor de 1600 millones de personas, incluidas más de dos mil culturas indígenas, dependen directamente de los bosques para vivir, y el resto de los humanos, aunque de manera más indirecta, también. Y todos somos responsables por su preservación. 

Los árboles constituyen el cimiento de muchos sistemas naturales. Ayudan a conservar el suelo y el agua, previenen las avalanchas, impiden la desertificación y protegen las zonas costeras. Los bosques son el conjunto más importante de la diversidad biológica terrestre, ya que en ellos se encuentra más de la mitad de las especies terrestres. 

Estos funcionan como habitats de animales, moduladores de flujos hidrológicos y conservadores del suelo. Son imprescindibles para la absorción de carbono y el control del clima mundial. Su deforestación y degradación provocan graves consecuencias medioambientales y sociales. 

Son fundamentales en la vida cotidiana de las comunidades rurales. Suministran madera, leña, alimentos, forraje, aceites esenciales, gomas, resinas y látex, medicinas y sombra, lo cual ayuda además a proteger nuestra piel de los rayos ultravioletas que provienen del sol. Ayudan a mitigar el cambio climático, principalmente por su capacidad de alterar el nivel de dióxido de carbono en la atmósfera: cuando crecen, absorben parte del carbono, que queda almacenado en la madera, las hojas y el suelo. 

A pesar de su increíble valor ecológico, los seres humanos no detienen la destrucción de los bosques. La deforestación es un proceso provocado en gran medida por la acción humana debido a las talas o quemas realizadas por la industria maderera, también por la utilización de suelo en la agricultura y ganadería, o por la creación de asentamientos de población. 

Debido a esto, unas trece millones de hectáreas de bosque desaparecen cada año. La deforestación también contribuye en un 12 a 20% a la emisión de gases contaminantes que agravan el calentamiento global. 

Por estas y otras razones, se hace imprescindible crear una conciencia política mundial, que priorice los intereses de supervivencia de la humanidad por encima de los intereses económicos. Esto solo será posible mediante la creación de nuevos niveles de cooperación entre los Estados y personas en general, a fin de alcanzar un desarrollo forestal sostenible. 

Lamentablemente la mayoría de los seres humanos no tienen percepción del riesgo que representa para nuestras vidas la pérdida de los bosques, que contribuye en gran medida al cambio climático, y aunque sus consecuencias ya se están sufriendo, y existen organizaciones para proteger el medioambiente, muchos no se involucran en defensa de esta realidad global, tan dañina como las pandemias. 

Referencia 

Sitio web de la ONU