Participantes de la II Jornada Científica Cuenca Este 2020, que organiza el Grupo de Trabajo Estatal-Bahía Habana (GTE-BH), muestran conocimientos adquiridos en círculos de interés, sociedades científicas y comunidades.
Cristian Lázaro Barrueta, de Guanabacoa, evidenció conocimientos sobre usando la Ley número 81, sobre el medio ambiente, mientras otros estudiantes de la enseñanza primaria, secundaria y preuniversitaria hablaron de indisciplina social, responsabilidad, acciones para revertir la situación.

Durante los días 18 y 19 de febrero, en la sede del GTE-BH sesiona el encuentro que reunió estudiantes de los Círculos de Interés (CI) y Sociedades Científicas Amigos de la Bahía y Grupos Gestores Comunitarios Ambientales de los municipios La Habana del Este, Guanabacoa, Regla, San Miguel del Padrón y Arroyo Naranjo.
De acuerdo con Johana Socarrás estable, directora de Educación Ambiental del GTE-BH, por la cantidad de trabajos presentados, a diferencia de la primera edición, la jornada científica se realizó como antesala del II Festival Amigos de la Bahía, para no atropellar las presentaciones. “En las ponencias ha prevalecido una alta calidad, a partir de la investigación, que ha sido una herramienta muy valiosa para trabajar desde círculos de interés, sociedades científicas y la comunidad”, dijo.
Se investiga, dijo, sobre cuáles son los principales problemas ambientales que hay en el territorio alrededor de la escuela y también se hacen propuestas de soluciones para contrarrestar estos impactos ambientales negativos, así como las principales acciones que se desarrollan por parte del grupo Estatal de la Bahía y otras instituciones, pero ya desde una visión comunitaria, empresarial y desde la escuela.
La labor educativa ambiental del grupo, agregó, llega hoy a 315 escuelas que abarcan 10 municipios de la cuenca hidrográfica tributaria de la bahía y a 40 de los 48 consejos populares vinculados. “Se ha avanzado bastante, pero aún no estamos satisfechos. El resultado se manifiesta en una cultura ambiental en la población y debe seguirse trabajando porque uno de los principales problemas que tiene hoy la Bahía es el aporte de la carga contaminante que proviene del sector residencial”.
Sabiamente, el jurado y los especialistas del GTE-BH, les orientan cómo mejorar y completar sus trabajos, los impulsan a que se asesoren de personas adultas y que se propongan impulsar a quienes los rodean en la comunidad, desde los que trabajan en la bodega, la farmacia o algún otro centro de trabajo, estudios o cultural del barrio.
Para Yildiz Gómez Varada, especialista para la ciencia tecnología y medio ambiente de la Dirección de Educación Ambiental del GTE-BH, en esta ocasión “se han superado las expectativas, se ha elevado la calidad y nivel investigativo”.
A su juicio, ha sido relevante que hablan de temáticas de su comunidad. “Desde Arroyo Naranjo es difícil hablar de La Habana Vieja –donde se encuentra la bahía físicamente-, porque queda un poco lejano, esas no son mis tradiciones, mis vecinos, mis calles. Las problemáticas que han presentado son reales de su comunidad y, desde la comunidad, también son las propuestas de solución, para hacerlas más resilientes”.

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