Numerosas resultan las maravillas de la naturaleza que atesora la capital cubana. Lamentablemente, muchas veces por la vida tan agitada que llevamos no nos detenemos a observarlas y valorarlas en su justa medida.

A asomarnos a los orígenes del territorio habanero, así como a su naturaleza actual, nos llama una interesantísima muestra nombrada Naturalmente La Habana, exhibida en el Museo Nacional de Historia Natural de Cuba, en Obispo 61, a un costado de la populosa Plaza de Armas, en la bien llamada Ciudad Maravilla.

Debe saber que la biota que habita esta gran urbe no siempre ha sido la misma; ello ha estado en dependencia de las idas y venidas del mar producidas por los cambios climáticos y los movimientos de placas, así como de las rocas que subyacen en el suelo, del desarrollo humano y de la urbanización.

Foto: Radio Rebelde

Por ley natural, los organismos vivos de un momento geológico se adaptan a otros momentos o desaparecen dando paso a la llegada de nuevos organismos.

De tal manera, en La Habana convivimos con especies exclusivas de la mayor de las Antillas, con algunas que pasan un tiempo de sus ciclos de vida en la ciudad, o con aquellas que, de diversas maneras o modos arribaron a nuestro territorio y se cuentan entre los “inquilinos” de una urbe que exhibe con orgullo sus medio milenio de existencia.

Gracias a Naturalmente La Habana, una muestra que le recomendamos visitar más de una vez, conocimos de significativas especies, algunas de las cuales le presentamos ahora.

Descrito en 1839 por L. Pfeiffer en La Habana, Biomphalaria havanensis es una especie de molusco que mantiene en su nombre su relación con la capital cubana, aunque no se precisa la localidad de los ejemplares colectados.

Casi cinco décadas después, en 1886, Küster y otros autores señalaron como localidades de la especie “áreas pantanosas de los alrededores de La Habana”.

En el caso de Alecton discoidalis, se trata de una luciérnaga endémica cubana. Descrita en 1833, se halla representada en las colecciones del Museo Nacional de Historia Natural por 36 ejemplares, de ellos 18 fueron colectados en localidades de La Habana.

Según consta en los registros, el más antiguo data de 1932, siendo colectado por Manolo Barro, otros fueron colectados en la misma década por Miguel Jaume.

Una de las localidades más frecuentes de la época donde podía encontrarse esta especie era el litoral de Marianao, pero en la actualidad se halla muy impactado por la actividad del hombre, y quizás ya no se pueda localizarse allí. Sin embargo, los especialistas consideran que la cuenca del río Almendares pudiera albergar un relicto, o sea, individuos aislados.

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Al entomólogo alemán Jacob Hübner (1761-1826) debemos la descripción para la ciencia de Calisto herophile a partir de ejemplares colectados en La Habana. En la actualidad, esta especie de mariposa habita en no solo en Cuba sino también Bahamas.

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Otro lepidóptero, Eumaeus atala, fue nombrada por el sabio Don Felipe Poey en el ya lejano año de 1832. Descrita originalmente a partir de tres ejemplares procedentes de “los alrededores de La Habana”, esta mariposa está considerada como “el licénido más grande de nuestra fauna” en alusión a la mariposas cubanas. Actualmente, además de nuestro país se localiza en el sur de la Florida, Islas Caimán y Bahamas.

(Tomado de Radio Rebelde)