Las hormigas, son pequeños seres que suelen vivir en colonias y a pesar de la fobia de muchos, terminan imponiendo su presencia en los hogares, sobre todo en las cocinas y despensas, donde aprovechan el menor descuido humano para caer en ¨pandilla¨ sobre cualquier residuo de alimento olvidado.

Cuentan que ellas evolucionaron de antepasados similares a una avispa a mediados del período Cretáceo y se valieron de la aparición de las plantas con flores en el mundo, para diversificarse.

Pertenecientes al orden de los himenópteros, resultan uno de los grupos zoológicos de mayor éxito, al punto que hay clasificadas en el planeta 12 mil especies, pero investigaciones actuales calculan unas 21 mil, según espacios digitales especializados.

Sus colonias pueden estar formadas por docenas de individuos y también ocupar grandes extensiones por millones de ejemplares.

Foto: Tomada de ACN

Y sorprendente, tienen similitudes con los humanos por su comportamiento, al ser el único animal presente en casi toda el área terrestre y además prosperar en todos los sistemas que coloniza.

Y aunque trabajan en grupo y hacen prevalecer el bien común sobre el individual, un estudio reveló que sus colonias devienen semillero para desarrollar comportamientos egoístas y corruptos.

Estimados apuntan a que entre el 15 y el 25 por ciento de la biomasa animal terrestre está cubierto por las hormigas, en tanto su gran organización social, unida a la capacidad para transformar el entorno donde habita, las convierten en seres exitosos.

Acostumbran a domesticar a otras especies, con la finalidad de que las ayuden en su trabajo, lo cual resulta un indicio de su inteligencia, quizás derivada del tamaño de su cerebro, el mayor del reino animal comparado con su talla, de acuerdo con páginas digitales.

Muchas veces alguien se percata que quedó un rastro de alimento sobre la mesa, y hay varias hormigas a su alrededor y solo en el trayecto de buscar un paño para eliminar el descuido, como por arte de magia se multiplicaron por decenas.

Y es que pueden comunicarse entre ellas por medio de las feromonas, que son señales químicas que pueden emitir con su cuerpo y dejarlas en la tierra, para que las demás huelan los mensajes.

Duras de matar, pueden sobrevivir hasta dos semanas bajo el agua, una curiosidad que muchos ignoran, al igual que son capaces de levantar 50 veces su propio peso y otras 30 el volumen de su cuerpo.

También, aunque parezca imposible, se le hace fácil cultivar, algo facilitado por el traslado de raíces y semillas hasta el hormiguero.

Pero si capturan a un insecto vivo, con destreza lo inmovilizan, al sujetar cada animalito una pata, mientras otros se encargan de la amputación de los miembros de la presa, y si es venenosa, del tipo oruga, la envuelven en una especie de bolsa.

Sin embargo, ellas tienen una bien preparada defensa, atacando mediante mordeduras y algunas especies por medio de picaduras.

Y tras esas razones, nada más aconsejable que tener listo el insecticida, no vaya a ser que esas diminutas criaturas arruinen a alguien este espléndido domingo, con temperatura algo fresca, un alivio para el cuerpo tras el excesivo calor reportado en Cuba en estos meses veraniegos.

(Tomado de ACN)