“El mundo sangra sin cesar por los crímenes que se cometen en él contra la naturaleza”.

                                                                                                           (José Martí)

En cierta ocasión leí una frase, que aunque no era la más académica, encerraba mucho de verdad en su interior: "Qué vivan los locos, porque los que se dicen normales están acabando con el mundo". 

Hasta parece una frase irónica, pero no lo es. El planeta Tierra, el único que tenemos, está enfrentando una crisis climática sin precedentes en la historia: efecto invernadero, agujero de la capa de ozono, calentamiento global, derretimiento de los polos, subida del nivel del mar, miles de especies en peligro de extinción, el Amazonas ardiendo en llamas y otra serie de infortunios… todo eso ante los ojos de “personas normales” que no quieren darse cuenta de la emergencia medio ambiental, o simplemente, no les conviene.

Aludo entonces al gran Eduardo Galeano en una de sus citas, en la cual expresó que “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”. Justamente así comienza esta historia, un viernes de agosto del 2018.

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Greta Thunberg, una adolescente sueca, de entonces 15 años, se ausentaba todos los viernes de la escuela para asistir al Parlamento de su país con una pancarta donde se podía leer escrito a mano "huelga estudiantil por el clima". Surge de esta forma una reacción en cadena en todo el mundo con el movimiento ambientalista Fridays For Future (Viernes por el futuro), inspirados por las acciones de esta joven muchacha.

El movimiento estudiantil que ha crecido significativamente en este año, convocó a una Movilización Mundial por el Clima del 20 de septiembre hasta el viernes 27, coincidiendo con la Cumbre sobre la Acción Climática de la ONU en Nueva York el pasado lunes 23, el cual contó con la presencia de Thunberg.

Las marchas regulares de esta jornada han atraído a millones de jóvenes y movilizado a unas cuatro millones de personas, con más de 5000 eventos programados en 160 países del mundo, según refiere el portal de noticias de la Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU).

La esperanza desde una Isla  

Jóvenes integrantes del movimiento FFF Cuba. Foto: Cortesía del Proyecto

“Nací en Arroyo Naranjo, La Habana. A poca distancia del “pulmón verde de la capital”, el parque Lenin. Ir al bosque a jugar era prácticamente el día a día. Organizábamos excursiones en la zona, fingimos ser conquistadores de un nuevo mundo. Yo no era muy ágil que digamos pero si un poco inteligente y eso me convertía en el “científico” del club. Andaba haciendo dibujos, tomando muestras de plantas y recogiendo caracoles. Aquello me encantaba. Quizás ahí comenzó el amor a la naturaleza”. 

Jesús Linares Pérez tiene 23 años y es estudiante de gestión y preservación del patrimonio cultural, confiesa que luego de su niñez su vínculo con la naturaleza dejó de ser tan fuerte, aunque seguía presente. La conciencia de no contaminar ya estaba y siguió creciendo con ella. Entrando en la juventud, se vinculó con nuevos amigos, quienes compartían su interés por el cuidado del medio ambiente. En el camino conoció a Rubén, y le contó de Fridays For Future Cuba.

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Rubén Darío Herrera Rodríguez tiene 22 años y es de esas pequeñas personas que puede cambiar el mundo… y de hecho ya lo está haciendo. Siempre cuidó de la naturaleza como algo natural, sin embargo, una serie de sucesos en su vida hicieron que despertara. Ver a los movimientos juveniles surgidos en el mundo, con el florecimiento de FFF y muchos otros activistas, desarrolló su interés por el tema y comenzó a tomar partido por el clima, aunque sin una acción real pues no hallaba el modo de hacerlo.

“Me di cuenta que en Cuba no se habían realizado acciones bajo el nombre del movimiento y tampoco había grupos locales. Me puse en contacto con los coordinadores a nivel internacional a través de la página oficial. Les comenté a unos amigos sobre el movimiento, creamos un grupo de Whatsapp y los perfiles en redes sociales a finales de julio de este año y empezamos a invitar amigos que les gusta el tema y por ahí comenzó todo. Actualmente contamos con más de 50 integrantes y un grupo sólido de 10 personas”, explicó el estudiante de lengua inglesa y francesa en la Universidad Central de las Villas. 

La coordinación y el trabajo de FFF en Cuba es un poco diversa pues forman parte de un movimiento internacional que tiene un núcleo, pero igualmente cada país tiene sus particularidades. Las comunicaciones se realizan a través de grupos de Whatsapp, en el cual están presentes los representantes de la organización en América Latina y el mundo.

“Somos un grupo estudiantil en su mayoría. Buscamos concientizar y educar a la ciudadanía sobre la crisis ambiental en la que estamos, por qué es importante cambiar la forma en la que vivimos y cómo estamos afectando al medio ambiente”, aseveró Herrera Rodríguez.

Agregó, además, que la organización internacional tiene como objetivo exigir a los gobiernos en otros países medidas a favor del clima, en esa parte Cuba tiene una agenda bastante implicada en la lucha medioambiental, tiene varias inversiones en energía renovables, aunque todavía depende mucho de los combustibles fósiles como estamos viendo en la actual crisis energética. “Por ello, no es una demanda tan grande al gobierno pero si creemos que se puede hacer mucho más, como educación medio ambiental y talleres en las escuelas”. 

Es por ello que este viernes 27 de septiembre, estos jóvenes comprometidos con el clima realizarán una limpieza en el Bosque de La Habana, cerca de la rivera del Río Almendares en horas de la tarde para reflejar la urgencia climática del mundo y demandar un compromiso real y permanente para sanar el pedacito de planeta que está bajo sus pies. 

No obstante a las diversas políticas implementadas por el país en pos de la protección ambiental, no sirve realmente de mucho si el resto del mundo no toma partido en la lucha por el clima. Somos un solo planeta y las decisiones tomadas por unos, nos afectan a todos. 

No hay un planeta B  

Rubén Darío Herrera Rodríguez, coordinador general de FFF Cuba durante una de las actividades medioambientalistas de la organización. Foto: Cortesía del Proyecto

“Hoy, la lucha socio-ambiental es batalla de ahora o nunca. Recuerdo mis primeros años escolares cuando el enfoque del cambio climático alertaba de los estragos a futuras generaciones, sin embargo, pasados solo veinte años, ya tenemos delante, encima y dentro, el estado de emergencia climática, así que hablamos de las generaciones presentes. Por eso siento que todas las personas debemos ser militantes activos del cambio radical en nuestra cosmovisión y en nuestra forma de habitar el planeta, llamémosle evolución o adaptación a la extinción masiva”, comentó Daniela Portilla Hernández, diseñadora gráfica y joven integrante de FFF en Cuba.

En octubre de 2018, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicó un informe especial en el cual se destaca una serie de impactos del cambio climático que podrían evitarse si la marca de calentamiento global máxima se establece en 1,5ºC en lugar de 2ºC o más, esto requerirá cambios rápidos, de gran alcance y sin precedentes en todos los aspectos de la sociedad, si no las consecuencias serán devastadoras.

Portilla Hernández manifestó que el mayor desafío del movimiento ecologista mundial se concentra en las elites económicas que imponen modelos de producción y consumo insostenibles, controlan el gran aparato de la guerra y la desinformación mediática, y planean “adaptarnos” a la extinción mediante el exterminio masivo. “La unidad y el éxito de nuestro movimiento creo que descansa en el estudio constante y en la radicalización pacífica. “Radical” viene de “raíz” así que en el caso de Cuba queremos despertar al cocodrilo adormilado, afianzarnos desde adentro y atender lo impostergable”.

A su vez, Rubén Darío Herrera declaró que es de vital importante proteger al medio ambiente, porque no hay un planeta B. “Si las cosas siguen como están, si las emisiones de CO2 no se reducen y los líderes mundiales no toman acciones concretas, si seguimos como si nada estuviera pasando, vamos a perder el único hogar donde vivimos”.

Esta es una batalla mundial, la cual debe comprometer a todos en la búsqueda de verdaderas acciones por parte de los líderes mundiales a favor del medio ambiente y el clima, no es algo que deba ser postergado a un segundo plano porque sin la lucha ambiental ninguna otra causa tendrá sentido.

El llamado de Greta Thunberg en la Cumbre sobre la Acción Climática de la ONU representa el grito desesperado de millones de jóvenes en todo el mundo: “La gente está sufriendo y muriendo. Los ecosistemas están colapsando. Estamos al principio de una extinción masiva y ustedes solo hablan de dinero y de cuentos de hadas de crecimiento económico (…) si elegís fallarnos, nunca os perdonaremos”.