El vuelo conjunto soviético-cubano al cosmos se desarrolló del 18 al 26 de septiembre de 1980, hecho de enorme trascendencia en el que el General de Brigada Arnaldo Tamayo Méndez, se convirtió en el primer cosmonauta cubano y de Latinoamérica.
Las investigaciones físico-técnicas, médico-biológicas y geofísicas y los experimentos que se llevaron a cabo, incluidos trabajos de teledetección de la Tierra, contribuyeron a que los científicos encontraran respuestas a muchas interrogantes de la vida y sobre el funcionamiento del organismo humano en el espacio sideral.

Entre las de mayor interés están las investigaciones acerca del estado del sistema nervioso central y el cardiovascular humano, durante un vuelo espacial, así como su influencia sobre algunos indicadores antropométricos y posibles mutaciones genéticas.
Especialistas cubanos fabricaron para cada miembro de la tripulación una especie de casco especial de látex que llevaban incorporados unos electrodos de plata y estimuladores de la actividad eléctrica cerebral, así como un dispositivo de registro. De este modo, mediante estímulos luminosos y sonoros los médicos podían monitorear los cambios que se producían en la actividad cerebral del cosmonauta mientras se encontraba en el espacio, y como incidían en su capacidad para trabajar en ese medio.
Por vez primera se realizó un experimento acerca de la influencia del cosmos sobre el organismo de una persona nacida y criada en una región tropical. En Cuba se diseñó un dispositivo especial que tenía la forma de la planta del pie, a fin de estudiar la posibilidad de evitar trastornos de la función del aparato motor y restablecer la coordinación de los movimientos en condiciones de ingravidez. En transmisión desde la nave, Tamayo explicó que todos los días, durante cuatro horas, se calzaba las sandalias especiales y registraba las lecturas de los instrumentos de medición.
Durante el vuelo se estudió la influencia de la ingravidez sobre la conducta humana, su sistema inmune, la percepción visual y el metabolismo. Gran importancia para el desarrollo de la cosmonáutica tuvieron los trabajos relacionados con la evaluación psicológica de los cosmonautas y su actividad, encaminados a garantizar la confiabilidad de las personas en las condiciones de un vuelo espacial.

Se le confirió especial atención a las investigaciones en el campo de la teledetección de la atmósfera. Especialistas cubanos y soviéticos investigaron los vínculos entre la nubosidad y la estructura de la atmósfera tropical en el Atlántico Norte, el mar Caribe y el golfo de México en las temporadas de ciclones y de frentes fríos.
Las investigaciones sobre el planeta Tierra incluyeron estudios visuales e instrumentales del medioambiente, estudios de modificaciones del estado del tiempo, así como la obtención de abundante información científica sobre el proceso y los mecanismos de la convección (una de las tres formas de transferencia de calor).
El programa científico incluyó 22 experimentos, entre ellos: Circulación sanguínea: redistribución de la sangre en el organismo del cosmonauta; influencia de la ingravidez sobre los procesos de la división y recombinación de las células de la levadura; sobre el sistema nervioso central del cosmonauta; Soporte: modificaciones en la estructura y funciones del arco del pie en condiciones de ingravidez; Escotilla: características espectrales de la escotilla de la estación; Biosfera C, Antillas y Trópico 3, sobre el estudio de los recursos naturales de la Tierra.
Tamayo estuvo en el cosmos siete días, 20 horas, 43 minutos y 24 segundos. Poco tiempo después fue condecorado con la primera medalla honorífica de Héroe de la República de Cuba. En la actualidad es una figura política, jefe militar y personalidad pública. Desde hace tiempo ostenta los grados de general, y es diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Pero sin dudas, su importante hazaña ha quedado para siempre en la historia de nuestra nación.
Referencia
Enciclopedia cubana EcuRed