Sentada en el patio de la casa, la anciana no se resistió a usar el teléfono móvil que su hija le había regalado. Repetía las acciones y ejecutaba las herramientas del aparato pero , entre una cosa y otra, salían dudas pues tenía en sus gastadas manos por el paso de los años, algo muy novedoso para su avanzada edad. 

Foto: Oilda Mon

Las personas mayores no pueden sentir que están excluidas de estas novedades tecnológicas, aún cuando se niegan hacer uso de ellas por un problema de conflicto generacional, ellos deben adaptarse y desarrollar un grupo de habilidades a las cuales les sacaran provecho.

Con los más pequeños no pasa igual, ellos son nativos de la era digital, no hacen preguntas y todo lo saben. Refuerzan su aprendizaje y desarrollo de una manera rápida, aunque no es recomendado que estos pasen todo el día haciendo uso de los dispositivos, pues una exposición prolongada puede ocasionar algunos problemas psicológicos y sociales. 

Foto: Oilda Mon

Estos avances, de una u otra manera, han mejorado nuestra calidad de vida, pero lo más importante es que junto con el desarrollo se ha cambiado la mentalidad. En términos generales, los beneficios a la humanidad son considerables, y su papel principal es crear una mejora comunicacional con herramientas y accesorios adaptados a usuarios. 

Facilitan actividades y ahorran esfuerzos y tiempo en nuestra vida cotidiana. Las tecnologías generan progreso en la sociedad aunque dependen siempre del uso que les demos; por esta razón, debemos buscar una participación activa, sin excluir a ninguna generación, desde los más pequeños hasta la tercera edad tienen el derecho de hacer uso de ella porque cada uno busca satisfacer necesidades propias como individuo y ser social.