Cada 22 de mayo se celebra el Día Internacional de la Diversidad Biológica. En esta ocasión la conmemoración se centra en la biodiversidad como base de nuestra alimentación y salud, y como catalizador clave para transformar los sistemas alimentarios y mejorar la salud de los seres humanos.
La biodiversidad contiene todas las formas de vida que hay en el planeta, incluidos los ecosistemas, animales, plantas, hongos, microorganismos y la diversidad genética. Es el fruto de miles de millones de años de evolución, moldeada por procesos naturales y, en gran medida, por la influencia de la actividad humana.

En los últimos tiempos se ha desarrollado una guía científica para su conservación y la utilización sostenible de sus componentes en todo el mundo. Han entrado en vigor estrategias y planes de acción como el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020. Este pretende que para esa fecha, los ecosistemas tengan capacidad de recuperación, a fin de garantizar el suministro de los servicios esenciales y la variedad de vida en el planeta, para así contribuir al bienestar humano y a la erradicación de la pobreza.
No obstante, el número de especies disminuye a un ritmo acelerado. A pesar de los renovados esfuerzos, la pérdida de la biodiversidad, a consecuencia de la destrucción de los hábitats naturales, la agricultura intensiva o la contaminación, ha seguido su curso inexorable.
Según datos de la ONU, en los últimos cien años, más del 90 % de las variedades de cultivos han desaparecido de los campos de los agricultores. La mitad de las razas de muchos animales domésticos ya no existen, y las 17 principales zonas de pesca del mundo están siendo explotadas hasta sus límites sostenibles.

La variedad local de los sistemas de producción de alimentos también corre el riesgo de desaparecer, incluidos los conocimientos de los pueblos indígenas o las comunidades locales. Con este declive, la biodiversidad agrícola desaparece, así como el conocimiento vital de la medicina tradicional y los alimentos locales.
Desde el punto de vista científico también es importante la biodiversidad, porque cada especie puede brindar una pista acerca de la evolución de la vida en la Tierra y su papel en un determinado ecosistema. Estos constituyen infraestructuras naturales que regulan la disponibilidad de agua y su calidad. Los que más influyen en su preservación son los bosques, los humedales, las praderas y las tierras. Pero su degradación incrementa la inseguridad del vital líquido y perjudica la biodiversidad. Si estos no existieran, el ciclo del agua, así como los del carbono y los nutrientes, se verían severamente afectados.

Los Estados y la población en general deben concienciar la necesidad de conservar la diversidad biológica, pero lamentablemente aún prevalecen los intereses económicos y muchos seres humanos no se sienten identificados con este problema de escala mundial.
Alrededor de un millón de especies de plantas y animales están en peligro de extinción y muchas podrían desaparecer en solo décadas, lo que representa una amenaza de una dimensión sin precedentes en la historia de la humanidad. Resulta ineludible actuar para salvar lo que resta, pues los recursos biológicos son los cimientos que sustentan las civilizaciones y contribuyen a salvaguardar la existencia de las generaciones futuras.
Conservación de la biodiversidad cubana

Cuba aboga por su preservación, por lo que diversas instituciones y organizaciones realizan esfuerzos por alcanzar este enorme reto. Cuenta con un Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), cuya misión es asegurar la conservación de los valores naturales más representativos del país con énfasis en la biodiversidad. Esto garantiza la estabilidad ecológica y su uso sostenible, así como la protección de los valores históricos y culturales asociados. Hasta ahora han identificado 211 áreas protegidas, las cuales ocupan el 20,2 % del territorio nacional.
El SNAP cuenta con un Plan de Sistema que es su principal herramienta de gestión y se ejecuta a través de diferentes programas estratégicos. Su implementación es dirigida, coordinada y controlada por el Centro Nacional de Áreas Protegidas, institución que propone al Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, las normativas necesarias para su gestión.
Se plantea que en la Isla existen varias especies en peligro de extinción. Destacan por lo disminuido de sus poblaciones la Cotorra, el Cocodrilo Cubano, el Gavilán Caguarero, la Gallinuela de Santo Tomás. Posee dos de las 12 especies de vertebrados más amenazados del mundo: el Almiquí y el Carpintero Real, posiblemente extinguidas.
Referencias
Sitio web de ONU
Sitio web del SNAP
Centro Nacional de Áreas Protegidas