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Diversas experiencias de recolección reciclaje de desechos, fundamentalmente plásticos, su reutilización en objetos útiles o de sensibilización animaron un encuentro sobre contaminación marina y reciclaje.

Conducida por Lizette Vila, realizadora y directora del proyecto Palomas, casa productora de audiovisuales para el activismo social, en la jornada se exhibieron el tráiler de “Mujeres…de la basura al bienestar”, de Palomas y el cortometraje “Flora, Sara y María”, de Alma producciones.

El panel sobre el liderazgo femenino en la protección del medio ambiente, estuvo integrado Aliena Alberto, coordinadora de una iniciativa de participación comunitaria y compromiso ciudadano, que funciona en la barriada de Micro X, en el municipio La Habana del Este y por Ángela Corvea, del proyecto de educación ambiental Acualina.

Foto: Raquel Sierra

“No bastaba con limpiar y sanear, mejorar el ambiente, la playa, el barrio, sino también reducir la cantidad de residuos que iban al vertedero, incorporándolos de nuevo al ciclo productivo”, explicó Alberto la esencia de su proyecto, que involucró a la comunidad y a la instancia encargada de la recogida de los desechos, proceso hoy detenido.

Ángela Corvea, creadora de Acualina, que funciona desde hace 15 años en la barriada del Náutico, en el municipio Playa, sensibilizando funda mentalmente a niñas y niños, consideró lo más importante evitar que la basura llegue al mar, recolectándola correctamente, un criterio apoyado por varias oradoras.

Corvea propuso que la Unión de Empresas de Recuperación de Materias Primas (UERMP) le incremente el precio del plástico en las casas de compras de materiales reciclables, de manera que les resulten atractivos a quienes desempeñan esta actividad.

A las panelistas se sumaron exposiciones del proyecto Akokán, de Los Pocitos, en el municipio Marianao, las mujeres creadoras de Cojímar; la cantante Yenisei del Castillo, que desarrolla acciones de educación ambiental y saneamiento ligadas al arte, en Regla; la iniciativa formativa Armonía y la sociedad civil Patrimonio, Comunidad y Medio Ambiente, de La Habana Vieja.

Realizado en el Centro Hispano-Americano de Cultura, en Centro Habana, fue organizado por la Embajada de Canadá en Cuba y el proyecto Palomas, casa productora de audiovisuales para el activismo social.

Un llamado a la ternura hizo la realizadora Lizette Vila Foto: Raquel Sierra

Un mensaje de la ministra para el Medio Ambiente y el Cambio Climático de Canadá, Catherine McKenna indicó que los desechos plásticos y la basura marina tienen efectos “especialmente peligrosos para las naciones insulares como Cuba, al dañar a los peces y a todas las criaturas marinas y tiene un impacto importante en la economía y el turismo”.

Para Osmel Francis, del grupo musical ecologista Cubanos en la red, para llevar adelante la prevención de la contaminación por plástico, Cuba podría unirse a aquellas naciones donde están prohibido el uso de bolsas de polietileno.

La realizadora Lizette Vila recordó que cuando fue presentado el documental “Mujeres…de la basura al bienestar”, Palomas lanzó un llamado sobre los desechos de tres R: reducir, reutilizar y reciclar. En esta ocasión, destacó que en Cuba, donde existe una amplia cantidad de legislaciones, leyes, ordenanzas y resoluciones sobre este tema, es preciso utilizar también otras tres R: revisarlas, reutilizarlas y reimpulsarlas, convocó la realizadora.

Durante el encuentro, el auditorio pudo disfrutar de la muestra fotográfica Exotéricas, de Marah Góngora, quien explicó sus motivaciones para captar imágenes que sensibilicen acerca de la necesidad de proteger la casa común de la humanidad.

Cifras que dicen mucho

-En el mundo hay más de 150 millones de toneladas de residuos plásticos en los océanos.
-A ese ritmo, para 2050 los plásticos podrían superar a los peces en los mares del mundo.
-Internacionalmente, se recicla menos del 10 por ciento de todos los plásticos.

Este año, Canadá encabezó el G-7 y priorizó la reducción de la contaminación por plásticos, iniciativa a la que se han unido el Reino Unido, Italia, Alemania y Francia, entre otros, firmaron la Carta de los plásticos en los océanos, a la que se han sumado también otras naciones y empresas a través del mundo, con el fin de promover el reciclaje y la reutilización de este material.