Muchos atractivos existen en nuestra bella ciudad que, en ocasiones, la prisa no nos permite apreciar pero fueron hechos para recrear el arte.
Corría el mes de octubre de 1963, cuando en nuestra capital se celebró el VII Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos, lo cual motivó que se realizaran un conjunto de acciones urbanas encaminadas a enriquecer la imagen de La Rampa, en el Vedado.
Entre algunas de estas obras estuvieron el Pabellón Cuba, la fuente de la cascada de 23 y Malecón, y la remodelación de sus aceras con la inclusión de los mosaicos, lo que la convirtió en una verdadera galería de arte al aire libre.
Los mosaicos reproducían obras de relevantes artistas cubanos, quienes aceptaron la convocatoria de engalanar las aceras con éstas, llevadas a finos mosaicos que fueron elaborados de granito integral por la empresa cubana ORNACEN. Son 15 diseños originales de algunos de los artistas de la plástica más significativos de la época.
En esta tan colosal como artística obra intervinieron los arquitectos Fernando Salinas y Eduardo Rodríguez.
Los 15 diseños originales fueron colocados desde la calle J hasta Infanta, alcanzando la cifra de 180, pues éstos se repiten.
Sin dudas esta instalación permanente dotó a La Habana de una identidad singular.
¿Quién no ha caminado en repetidas ocasiones sobre estas bellas obras de arte reproducidas en mosaicos?
Se ha hecho un gran esfuerzo por conservarlas en perfectas condiciones, aunque, en ocasiones han sido dañados, lamentablemente, para acometer trabajos necesarios en varias especialidades ya sean eléctricas o telefónicas, acción que debe evitarse a toda costa debido a que representa un daño al Patrimonio y la belleza de nuestra ciudad, que es preciso conservar.
Estos son los artistas de la plástica que aportaron con sus diseños a la realización de estos murales:
René Portocarrero (1), Wilfredo Lam (1), Hugo Consuegra (1), Sandú Darié (1), Raúl Martínez (1), Mariano Rodríguez (1), Luis Martínez Pedro (2), Guido Llinás (1), Cundo Bermúdez (1), Antonio Vidal (1), Antonio Quintana (1), Antonia Eiriz (1), Salvador Corratge (1), y Amelia Peláez (1).
Este particular y valioso legado queda en nuestras manos para cuidarlo y mantenerlo.













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Interesante artículo, pero me gustaría conocer a cuál de ellos corresponde cada obra, es algo que desde niña me pregunté, porque vivo en la zona y de paso un mural que está dentro del banco de 23 y P. Saludos Ester
Realmente fue una galería a cielo abierto, que debiera recuperarse, viví cerca de ahí y recuerdo perfectamente los trabajos realizados en 23 por esa época, aunque hay un dato con el que no concuerdo, la fuente de la cascada no se hizo en ese momento, se realizó en los años 80.
Entonces como conclusión: ¿Ya están todos los mosaicos como estaban originalmente o continúa la lamentable rotura de éstos por diz que "arreglos necesarios"? Yo lo que estoy seguro es que si los jefes que mandaron a romper esta emblemática calle hubiesen ido presos por daño al patrimonio cultural nacional ya hace rato que hubiesen estado restaurados. Seguro estoy que habían formas de hacer lo que fuese necesario rompiendo la calle en vez de los mosaicos... o lo hubiesen hecho todo por debajo de ellos cuando en realidad fuese imprescindible. Se ha hecho antes y de seguro que se hará, pero claro, no aquí donde la impunidad medra por sus campales... espero que autorizen este comentario... Que yo sepa no ha trascendido medida alguna tomada contra estos "jefes", al menos no públicamente, y de ser así pues comenten a este comentario...
Es una verdadera belleza, es una lástima que muchos no se den cuenta.