El municipio Cerro alberga una de las instituciones más respetadas por todos los cubanos, y que ha sido morada de miles de nuestro ancianos desde algo más de cien años, hoy dia, puede decirse, casi con seguridad, que es el mejor asilo de ancianos de Cuba entera: hablamos del Asilo Santovenia.
El actual asilo era conocido como La Quinta del Cerro, una vivienda palaciega y de recreo, propiedad de los Condes de Santovenia, los mismos poseían su palacio principal en el casco historico, hoy Hotel Santa Isabel.
Como ya conocemos el Cerro fue la primera opción de escape de los ricos hacia nuevos territorios en su huida de la congestionada ciudad intramuros, y durante el siglo XIX, representó lo que fue Miramar en el siglo XX.

La Casa Quinta fue construida entre 1832 y 1841, por Manuel Eusebio Martínez de Campos, Conde de Santovenia, en la Calzada del Cerro, el barrio de lujo habanero del siglo XIX. La edificacion es de estilo neoclásico con marcada influencia italiana. Es como un verdadero Trianon, no solo por su estilo, sino por su gran refinamiento, con su impresionante portal y capilla propia de estilo gótico, la gran sala principal se distingue por su elegancia y confluencia de estilos, posee además galerías y colgadizos con pisos de mármol negro y blanco, al llegar nos recibe una alta escalinata en forma de abanico, en sus pasillos podemos encontrar estatuas de mármol de excelente manufactura que embellecen sus jardines.
En esta fantástica propiedad estuvo hospedado el Archiduque Alejo, hijo de Alejandro II, Zar de Rusia, asi como dos principes de la Casa de Orleans.

Dentro de las edificaciones del Cerro, es uno de los conjuntos más importantes, no solo por la riqueza de su arquitectura, sino por su historia, extensión y labor comunitaria.
Los condes de Santovenia, después de disfrutar la casa por varios años, la pusieron en venta, y fue adquirida en 1886, por los albaceas de la acaudalada señora Susana Benitez de Parejo (que había fallecido en Madrid en 1885, dejando esta encomienda entre sus Actos de Ultima Voluntad) para ser convertida en lo que es actualmente atendido por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados y continúan realizando su atención pulcramente por las monjitas.
La gran belleza y monumentalidad de sus instalaciones es excelencia de la atención a los ancianos, y su dedicación no tiene igual.
Cuenta con numerosas donaciones de particulares, y de la Xunta de Galicia y los gobiernos Autónomos de Asturias y Canarias, quienes han provisto al asilo hasta de vehículos automotores y ambulancia propia. Y, como si todo lo anterior no fuera suficiente, en 1998, el Asilo abrió el comedor Betania, que brinda alimentación a una cierta cantidad de ancianitos de la zona que no residen en el centro, pero asisten a diario para ser acogidos con gran dedicación.
Una bella joya arquitectónica dentro de la ciudad con un alto valor humanitario.




Ver además:

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He visitado el asilo varias veces y nunca he dejado de emocionarme ver con el amor inmenso que son tratados los ancianos. También hay personal civil, pero los encamados son atendidos solo por las monjitas. La limpieza es de salón quirúrgico, ni en los baños hay olor a orina. Toda esa atención es la misión que les ha sido encomendada. La descripción del bellísimo edificio está plasmado en las hermosas fotos.