Nada mejor para reverenciar a nuestra bella ciudad en su aniversario 505, que recrearla y admirar su singular belleza.
Durante épocas ha constituido inspiración para poetas, escritores, pintores, arquitectos, escultores, cantores y artistas en general, poniendo su belleza al descubierto para crear excelentes obras.
Cada amanecer nos recibe, como una añeja pero elegante dama, para mostrarnos todos sus encantos, con su franco deterioro producto del paso de los años y el maltrato que le han propiciado algunos que no han logrado apreciar su maravillosa existencia, la que en tiempos pasados pudieron admirar nuestros antecesores y que nos toca conservar para que los que nos sucedan puedan seguir haciéndolo.
Hoy, como cada año, cuando demos una vuelta a la emblemática Ceiba de El Templete, pidamos entre nuestros deseos para La Habana la conservación de su historia y arquitectura, y que continúe brindando hospitalidad y belleza para todos, naturales y visitantes.
Feliz Aniversario hermosa y querida Habana.




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