Lázaro es el primer paciente, del primer turno, del servicio de hemodiálisis en el Hospital Universitario Calixto García de La Habana. A las 5:00 a.m., si todo marcha bien, debe estar conectado al equipo que filtra los desechos, sales y líquidos de su sangre, porque sus riñones ya no son lo suficientemente saludables.

Beatriz pasa a recogerlo a las 4:30 a.m. todos los martes, jueves y sábados, sin falta, desde hace 4 años. Antes era otro chofer. Y aunque las experiencias con los demás taxistas fueron buenas, la conexión de Lázaro con Beatriz es «especial». Así lo describe él. «Nosotros somos familia».

«Cuando nos conocimos hubo su cosa. Mujer, taxista. Pero Lázaro es muy humano», intenta explicar Beatriz.

Foto: Naturaleza Secreta

Lázaro es paciente de hemodiálisis por insuficiencia renal avanzada hace 11 años. Desde el comienzo de su tratamiento tiene apoyo para el traslado en taxis. Adela, su esposa, lo cuenta. «El primer día que comenzamos con la hemodiálisis me dieron el papel para el taxi y fui a la base».

Es un programa surgido a finales de la década de los años 90, se brinda nacionalmente a más de 3 mil 500 personas, funciona en todas las provincias, incluido el municipio especial Isla de la Juventud y en el Plan Turquino Manatí, para los que se dedican alrededor de mil 500 taxis, con taxistas entregados a su labor.

Foto: Naturaleza Secreta

El servicio para el paciente es gratuito. El costo lo asume el Ministerio de Salud Pública a través del presupuesto estatal. Y la Empresa Taxis Cuba, del Ministerio del Transporte, es la encargada de los traslados.

Beatriz lleva a Lázaro hasta la puerta del salón. Cuatro horas estará conectado hasta que regrese a buscarlo. «Cuando vamos a salir ya ella está afuera esperando», dice Adela. «Los llevo para su casa, merendamos, tomamos café, y luego me retiro a trabajar en mi horario libre», concluye Beatriz.

«Con lo que gana mi esposo, 1500 cup de una chequera de jubilación, yo no puedo pagar un taxi particular para venir a acá. Y como está la cosa de dura, menos todavía», explica Adela. «Este sistema de taxis es muy importante», sentencia la taxista.

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Beatriz ya es parte de la red de cuidados de Lázaro, de «su compañía», como dice ella. Una pieza indispensable para su tratamiento: la movilidad.

Como con Lázaro, pacientes oncológicos y de otras patologías también reciben servicios de traslado para sus tratamientos, pero de ellos hablaremos en próximas entregas.

(Tomado del perfil de Facebook de Eduardo Rodríguez Dávila)