Guanabacoa, fundada en 1578 para reunir a los indios libres dispersos de la región, es de esos municipios de nuestra bella Habana que guarda en su seno dulcísimas historias patrias. Ejemplo es el Liceo Artístico y Literario, una de las instituciones culturales más importantes del siglo XIX, donde José Martí, entre poderosos y precisos discursos hizo gratas amistades y fue ganando, entre los principales exponentes de las letras, ciencias y artes de la época, buen renombre.
Hoy en día este territorio es de esos que se sobreponen a las dificultades y alberga, en sus terrenos, la clave para sortear las medidas que el Bloqueo Económico Comercial y Financiero que el gobierno estadounidense impone a nuestro país desde ya hace más de 60 años.
Como bien se expresara en uno de los más recientes artículos del periódico Granma: "La tierra es el punto de partida para resolver muchos de los problemas que golpean a Cuba", y los jóvenes de La Habana, que en estos días celebran el advenimiento de la Asamblea Provincial del 12 congreso de la organización que les representa: la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC); lo saben, y más que hablar, tomaron acción. Nacieron así los Campamentos Agrícolas de la juventud, donde todos los meses diversos grupos de juventudes labrarán la tierra cada fin de semana, demostrando que sí pueden apoyar en el crecimiento de la economía nacional.

Fue Guanabacoa el primer municipio, más preciso: en la vaquería "Pradera Roja" de la cooperativa comercial del territorio, donde sucedió este hecho, que no solo ayudará en el fortalecimiento de la agricultura y alimentación, sino creará conciencia entre los jóvenes.
En el campamento inicial los trabajadores experimentados demostraron y educaron a los entusiastas y ansiosos por trabajar la tierra que les vió nacer sobre las labores que allí se realizan, algunas de ellas: enriquecimiento de la tierra, preparación del abono y siembra, ordeño de vacas y más. No lo pensaron dos veces, habiendo escuchado y visto bien cómo proseguir: machete en mano, guataca al hombro y manos a la obra, bajo el mismo sol que iluminó el camino de tantos campesinos, agricultores, gente de pueblo que dejaron el más puro sentimiento en el trabajo de producir.
"¿Podremos resolver el problema económico de Cuba?" se preguntaban algunos, a lo que otros respondían: "quizá no, pero sin dudas aportaremos a esa solución". Otros preguntaban: "¿A dónde deben dirigirse los que deseen venir a trabajar a estos Campamentos?", a lo que Raúl Alejandro Palmero Fernández, Primer Secretario de la UJC en la capital respondió: "a los Comité municipales de la UJC, allí se programan la asistencia y organización para ello.

La unidad, ya lo demostraron José Martí, Fidel Castro y el Che, es la clave del triunfo. De pequeños actos heroicos, dicen algunos, se hizo el puente hacia la eterna gloria, esa que sólo alcanzan los que desinteresada y sinceramente, a la altura de ese sol del mundo moral del que habló José de la Luz y Caballero, y que Cintio Vitier reflera en la obra escrita, del mismo nombre, consagran su proyecto personal de vida a uno mayor, uno que, solo "Con todos y para el bien de todos", puede lograrse.
Los jóvenes de La Habana celebrarán su 12 Congreso los próximos días 15 y 16 de febrero, y a esa Magna cita donde se debaten anhelos y se forjan suelos, llegarán con la dulce sensación que provoca la experiencia de, con estos Campamentos Agrícolas que llegaron para quedarse, haber obrado bien, y más para aportar, desde la fuerza joven, a la solución del principal problema que enfrenta nuestra isla bella: economía.

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Por favor es hora de volver a los trabajos voluntarios, las tareas de choques, las carreras agropecuarias en las soluciones de este país esta en el campo.