Para quienes han vivido a lo largo de más de 10 años en comunidades tránsito, agregados o en condiciones poco halagüeñas, ningún regalo mejor que un techo propio, sobre todo si es confortable y llega cuando el año está por despedirse, y andamos  ávidos de buenas noticias y gratas sorpresas.

El regocijo incomparable que ello puede representar, lo experimentaron hoy 24 familias, que en La Habana Vieja, recibieron las llaves de los apartamentos, que en lo adelante serán sus nuevas moradas, en una jornada, intensa y memorable; apasionada y reparadora, cargada de amor a raudales, como le calificara, a modo de cierre luego cuatro o cinco horas de agudo transitar, Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Comité Provincial del Partido.

Lo fue porque, en ocasión del aniversario quinientos cuatro de la capital, Torres Iríbar, acompañado de Yanet Hernández Pérez, Gobernadora de La Habana, visitó el Casco Histórico de la capital, con el propósito de inaugurar un grupo de obras de carácter social, en un gesto ya habitual en los sucesivos cumpleaños de la gran casa común que nos da cobija y nos honra.

Foto: Elías Argudín

Ubicado en Cuba 653, uno (13 apartamentos), y Obispo 202 (11 apartamentos) esquina San Ignacio, destaca el primero de los dos edificios multifamiliares por su condición patrimonial, y ambos de conjunto, por los valores históricos, la belleza que les distingue y sus ubicaciones de privilegio.

La comitiva apreció la amplitud y el confort, de los que más bien semejan swetts hoteleras, en lugar de apartamentos. En dependencia de la composición del núcleo familiar, el número de habitaciones –muy espaciosas- va de una a cinco, en el caso de esta última, como la que le asignaran a una madre de cinco menores, cuyo nuevo hogar cuenta además con sala, cocina comedor, con estantería incluida; dos baños, patio interior y exterior, y la opción de usar a su antojo agua fría o caliente, gracias a un moderno calentador.

Fruto del esfuerzo y auspicio de la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHC), con el apoyo de los gobiernos provincial y el municipio, y la colaboración solidaria de amigos en el exterior, los inmuebles, uno y otro, han devenido suerte de joyitas, que, por absurdo que pueda parecer, me hacen pensar que hasta cierto punto, valió la pena la espera.  

Foto: Elías Argudín

En correspondencia, con un principio esgrimido por el Historiador de la Ciudad, el insigne Eusebio Leal, artífices de todas estas transformaciones, en cada uno de los conjuntos le fue asignada una vivienda a un médico, un joven, un trabajador de la propia oficina, un funcionario de las direcciones de gobierno del territorio, y el resto para albergados o moradores de vivienda en regular o mal estado.

El periplo inició bien temprano, en la intersección de la Avenida del Puerto y el Callejón de Justiz, espacio yermo, que tras intenso laboreo, ha devenido parqueo automovilístico, multifuncional, en tanto ofrece la posibilidad de sentarse a descansar, disfrutar del paisaje o recrearse, contemplando el hermoso jardín vertical que decora la pared del edificio de viviendas, colindante.

Foto: Elías Argudín

Según explicaron a Torres Iríbar proyectistas y ejecutores, se trata de plantas de jardinería vertical, semihidropónicas. Un sistema que prescinde la tierra, donde las plantas crecen sobre fieltros y se nutren de agua fertilizada, que en este caso se recicla una y otras vez.

Ya con este, suman más de mil metros cuadrados de jardines verticales en toda La Habana, incluido el del Memorial Fidel Castro. Entre sus ventajas figuran aportar verde en lugares cuyas características no permite la siembra horizontal, además del aporte de oxígeno y minerales pesados.

Hasta el Palacio del Conde Jaruco encaminaron sus pasos asimismo las máximas autoridades política y gubernamental del territorio. El inmueble clasifica como de los más emblemáticos del Casco Histórico, la propia ciudad y la Isla. Sometido a un profundo proceso de rescate, en una primera etapa de revitalización estructural y acondicionamiento con las nuevas funciones que tendrá en lo adelante.

Foto: Elías Argudín

Aquí abrió puertas la Oficina de Gestión del Centro Histórico, un centro referencial llamado a atesorar y compartir todo lo hecho en sus predios para sistematizar proyectos culturales, compartir experiencia, con actores del ámbito local, pero también de otros municipios.

Casi de inmediato presentarán el mapa de las iniciativas culturales locales, un levantamiento de todas las iniciativas artísticas dadas en nuestro ámbito, ya sean institucionales, proyectos de barrios o emprendedores, en el ámbito personal.

El pequeño Acuario –su nombre es Acuarium-, que a instancia de Leal, fuera inaugurado en marzo del año 2000, ha quedado listo, tras abarcadores labores de remozamiento, para volver a recibir  público, a partir del venidero jueves 23 (de noviembre).

Cuentan con seis grandes peceras y otras más pequeñas, donde se exhiben fundamentalmente especies cubanas de peces, aunque también han sido dispuestas otras áreas, dedicada  a otras variedades de Asia, América, África y Oceanía.

Foto: Elías Argudín

Entre las atracciones de la instalación se incluye una sala de videojuegos, con fines didácticos.

En su periplo por el Centro Histórico, la comitiva visitó la Casa de la Natilla. A partir de su intercambio con trabajadores y directivos, los visitantes supieron que las ofertas vendidas (natilla, dulces finos, helado y café) son elaboradas en otras unidades de la empresa a la que pertenecen (CIMEX) y se quedan muy por debajo de la demanda, ante lo cual Torres Iríbar aconsejó buscar variantes, que garanticen mayor permanencia y estabilidad de los productos en venta.

El recorrido incluyó una sala del Museo de la Ciudad, donde hay montada una exposición transitoria con objetos personales del Titán de Bronce. El otrora Palacio de los Capitanes Generales y también del Segundo Cabo, también está sometido al influjo de acciones de restauración.

Y para concluir la jornada, una visita a otro rescate que viene a sumarse a los preciados regalos que la Oficina del Historiador hizo a los vecinos y toda la Isla. Hablamos de un edificio traído a la funcionalidad y el buen gusto. Se trata de lo que será en lo adelante la Casa Vitier

García-Marruz, una institución para, desde la esquina de San Ignacio y O´relli, no solo honrar y difundir la obra de una familia paradigmática en el quehacer intelectual y cultural de la Isla, además de atesorar parte importante de su documentación personal, sino también llamada a poseer el más completo portal digital en la red, dirigido a difundir la obra martiana.

Y en virtud de todas estas realizaciones, el llamado de Torres Iríbar a asumir la convicción de que, a pesar de las dificultades que a veces parecen aplastarnos, sí se pueden hacer grandes cosas. También lanzó la convocatoria a trabajar fuerte y unidos, desde ya, para un 505 aniversario de grandes realizaciones.

Foto: Elías Argudín
Foto: Elías Argudín
Foto: Elías Argudín
Foto: Elías Argudín
Foto: Elías Argudín
Foto: Elías Argudín
Foto: Elías Argudín
Foto: Elías Argudín

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