La magia se extiende bajo ocho pies. Es la danza del cardinal, el número ocho que representa la transición entre el cielo y la tierra. “Soy quien está detrás del obturador”, asegura el multipremiado fotorreportero Jorge Luis Sánchez Rivera, quien construye metáforas artísticas desde el arte de la fotografía callejera, en movimiento; mientras ofrece, sin la disyuntiva de una retórica innecesaria a través de las sensaciones que alimentan lo hermoso en nuestra memoria y describe cada imagen compartida con el espectador.

Esta vez se han reunido. Cuatro estudiantes de ballet regalan este conjuro de pasos en un escenario conocido y pleno de luz. El escenario recurrente es La Habana, con su hermosa cabellera arquitectónica que desafía –desde lo ecléctico- los esquemas de quienes pretendan descifrar las corrientes y estilos desde la cual se construyó hace 504 años, bajo el nombre de Villa de San Cristóbal de La Habana. Es nuestro regalo compartido con lectores de esta página en la edición impresa dominical de Tribuna de La Habana.

Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera
Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera
Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera
Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera
Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera
Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera
Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera
Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera
Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera
Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera
Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera

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